Texto: Daniela Jurado
La Última Carcajada de la Cumbancha , el LUCC , fue un foro al sur de la capital donde la actriz Jesusa Rodríguez presentó sketches políticos, la banda de los Ángeles Jane´s Addiction filmó un concierto para una película y un día, sin avisar, llegó como público el compositor Juan Gabriel para quien la Maldita Vecindad tocó Querida .
Aunque abrió sólo por cinco años, de 1987 a 1992, y tuvo un aforo máximo de 700 personas logró ser la plataforma de nacientes agrupaciones nacionales y escenario de extranjeras. También tuvo presencia en festivales internacionales.
El creador de este espacio alternativo multidisciplinario, ubicado en la calle de Perpetua número 4 en la colonia San José Insurgentes , fue Eduardo Barajas con quien platicamos sobre este lugar, el cual nos dijo que se conformó en colectivo entre gente del ámbito artístico cercana a él.
Eduardo Barajas con un amigo. Foto: cortesía/ Alejandro Guerrero Massad.
“No había más que peñas y algunos hoyos fonky muy en los suburbios. Ante esa circunstancia detecté que no había espacios que estuvieran en una zona céntrica, con un escenario que no fuera una esquinita de techo bajito, con mal sonido e iluminación”, recordó Barajas respecto a la necesidad de construir este foro.
En ese momento Eduardo trabajaba como productor en televisión cultural donde hacía programas para jóvenes, razón que lo hizo estar al tanto de lo que ocurría en el arte. El talento emergente que notó estaba pululando en las artes plásticas, musicales, teatrales aunado a la falta de espacios alternativos mejor acondicionados lo motivaron a buscar un espacio donde pudieran presentarse.
Eduardo Barajas creador del LUCC. Foto: cortesía/ Alejandro Guerrero Massad.
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De tapicería a espacio alternativo
“Busqué un buen lugar en varias colonias y fue en San José Insurgentes donde vi una tapicería vieja de un solo piso, con techo de lámina al que, con apoyo de amigos le empezamos a dar forma. Yo no tenía grandes recursos económicos; nada más mi sueldo y el dinero que recibí al vender mi vocho para rentar la tapicería. Me apoyaron económicamente en ese esfuerzo Perico el payaso loco, Liliana Herrera, José Manuel Aguilera y Fabiola Barba. Ellos se sumaron para poder abrir el foro”.
Rafael Pérez, el papá de “Rabbit”, un amigo que participó en todo, ayudó con materiales de carpintería y de electricidad, Marco Barragán, que era el director técnico de la Sala Covarrubias de la UNAM, apoyó con un diseño de iluminación y con un escenario modular.
“Tratamos de hacerlo lo mejor posible dentro del alcance que teníamos. Queríamos que fuera un espacio que supliera las carencias que había normalmente en una tocada : mala iluminación, mala acústica. Vicente Garrido nos prestó dos grandes bocinas para empezar”, afirma Barajas.
El público del LUCC. Foto: cortesía / Álejandro Guerrero Massad.
La actriz Úrsula Pruneda platicando en el LUCC. Foto: cortesía / Salvador Torres.
Fue justamente Garrido, compositor de la canción No me platiques más, quien se subió al escenario por primera vez con un recital antes de la apertura oficial, ya que la inauguración tuvo que esperar porque las autoridades tardaron en dar permiso para que abriera el lugar.
Barajas fue persistente en sus visitas a la alcaldía Benito Juárez . Cuenta que de tanto que iba ya lo ubicaban. Luego de un largo periplo y algunos golpes de suerte, que dan para otro texto, consiguió la autorización.
Mientras eso ocurrió, los pagos de las rentas disminuyeron los recursos económicos, por lo que Eduardo y sus amigos se acercaron a la comunidad de artes plásticas entre ellos estaba Mario Rangel, Mario Orozco Rivera, y René Freire, por mencionar algunos quienes donaron obra para hacer una subasta y obtener ingresos; sin embargo, no fue ni un solo comprador y sólo se gastó en cervezas.
En el primer aniversario del LUCC Eduardo Barajas comentó: “todos los que estamos aquí sufrimos en carne propia la falta de espacios y de apoyo”. Foto: Archivo EL UNIVERSAL (31 de agosto de 1989).
Aunque ya tenían el espacio no había un nombre para el mismo. Fue Otto Minera, director de teatro, quien un día le llamó a Eduardo para decirle que debían verse urgentemente en una cafetería llamada Balzareti, porque había pensado en el nombre perfecto: La Ultima Carcajada de la Cumbancha . Como la canción de Agustín Lara.
“El nombre era muy largo, aun así, decidimos que se quedara, pero jugando con el anglicismo del look, como de moda, sólo que nosotros lo escribiríamos LUCC ”, cuenta Barajas.
“Público cumbanchero”. Fotos: cortesía/ Salvador Torres.
Algunas amistades de Eduardo sabían que una cadena de restaurantes llamada Salones Luz iba a desechar unos refrigeradores, mesas y sillas. Aprovecharon la oportunidad y fueron por todo lo que iba a terminar en la basura.
“Finalmente inauguramos el LUCC un dos de septiembre. Programamos a Eugenia León , a Perico el payaso loco . Ese día Jesusa Rodríguez se vistió de Salinas de Gortari para hacer una parodia del primer informe de gobierno”.
Betsy Pecanins en el LUCC. Foto: cortesía/ Alejandro Guerrero Massad.
Un espacio contestatario
Luego de seis meses que el LUCC abrió sus puertas sufrió la primera de muchas clausuras , la principal razón, narra su creador, fue porque era un espacio muy contestatario al que llegaba un público crítico y politizado .
Punks y la actriz Diana Lein. Foto: cortesía / Salvador Torres.
“Un día llegó el hermano de un amigo, David Ramírez, para hablarme de Los amantes de Lola. Ellos fueron la primera banda de rock en presentarse en el foro. Ya después se presentó La Maldita Vecindad , Café Tacvba , Ritmo Peligroso , Cecilia Toussaint y el grupo Arpía , entre otros. Fue en ese momento que la comunidad de rock se dio cuenta de que había otro lugar como no había en otro lado, un lugar grande en el que cabían entre 600 y 700 personas. Muchas veces teníamos que cerrar para que ya no entraran más”, mencionó Eduardo.
Cecilia Toussaint y Lalo Tex en el LUCC. Fotos: cortesía/ Salvador Torres.
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A propósito de la llegada del rock al LUCC compartimos lo que el músico Alfonso André , vía telefónica, nos dijo:
“No recuerdo mi primera tocada ahí. Aunque para ese momento, 1987, ya no existían Las insólitas imágenes de Aurora, tuvimos una presentación de reencuentro. Toqué ahí varias veces con Caifanes y con la efímera agrupación La suciedad de las sirvientas puercas. El debut de esa banda fue justo en el LUCC un 22 de agosto. Fue un concierto divertidísimo, a cada rato se iba la luz”.
André contó que cuando no iba como músico le gustaba disfrutar del lugar con amigos como José Manuel Aguilera de La Barranca.
Café Tacvba en concierto. Fotos: cortesía / Salvador Torres.
“El LUCC era como mi segundo hogar, tenía muy buena vibra. Ahí vi por primera vez a Café Tacvba . Un evento memorable allá fue el concierto de Jane´s Addiction . Verlos se me hizo de lo más surrealista, porque apenas había descubierto a esa banda. El cantante, Perry Farrel , decidió aventarse un clavado desde el escenario pretendiendo caer sobre la gente, pero todo mundo se abrió y se dio un golpazo. Se subió al escenario casi a rastras a seguir cantando”, finalizó Alfonso.
Perry Farrel vocalista de Jane´s Addiction, el productor Gustavo Santaloalla, Pacho Paredes y Lobito de La Maldita Vecindad son algunos de los que se reunieron en el Salón Tenampa en Garibaldi después de la tocada en el LUCC. Foto: cortesía/ Alfonso André.
José Luis Paredes Pacho, baterista de La Maldita Vecindad en el LUCC. Foto: cortesía / Salvador Torres.
Respecto al concierto del afamado grupo de los Ángeles Jane´s Addiction , Eduardo Barajas recuerda:
“Un día recibí una carta de Warner Music en la que me decían que me querían rentar el LUCC para que Jane´s Addiction tocara. Creí que era una broma, pero la carta membretada y el logo lo desmentía. Me dieron la opción de comercializar el evento, pero preferí no hacerlo, porque hubiera sido muy peligroso por todos los fans que hubieran llegado. Lo terminamos haciendo por invitaciones”.
El testimonio de aquella presentación se puede ver en unas escenas de The Gift , un largometraje del vocalista del grupo Perry Farrel:
The Gift de Perry Farrel:
Santa Sabina en el LUCC. Foto: cortesía / Salvador Torres.
Una visita inesperada
“Un día estábamos en la oficina y subió uno de los de seguridad y me dijo está afuera Juan Gabriel que si puede pasar. No creí que fuera él, cuando bajé las escaleras vi a alguien con un rebozo encantador y lentes oscuros. No sabía si anunciar o no la presencia del divo de Juárez hasta que empecé a escuchar que todos gritaban '¡Juanga, Juanga!' Los de seguridad lo llevaron a un balcón y los de Maldita Vecindad tocaron Querida ”.
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La Maldita Vecindad en el LUCC (años 80) y en el Zócalo de la Ciudad de México (2018). Fotos: cortesía / Salvador Torres y Carlos Mejía / EL UNIVERSAL. Diseño web: Alejandro Sandoval.
De un momento a otro el LUCC había comenzado a profesionalizarse, hubo más dinero. Comenzaron a tener un mayor alcance. Se hizo un mito en torno al sitio. Grupos internacionales como La polla records, The Cramps, Mano Negra fueron parte de la programación de los conciertos .
Hanna Matsumoto y Rubén Albarrán en el LUCC. Foto: cortesía / Salvador Torres.
El LUCC fuera del LUCC
“Del 89 al 92 fuimos invitados a un festival musical en Nueva York . Íbamos como un espacio autogestivo , dábamos conferencias cada año sobre nuestro funcionamiento y hablábamos de cómo era el ambiente underground en México . También empezamos a colaborar con Rogelio Flores que tenía un lugar musical importante en Guadalajara: el Roxy. El LUCC participó en el Cervantino y en el Festival de la Raza en la Frontera . Teníamos presencia en varios territorios”. Asimismo, estuvo en New Music Seminar.
A principios de 1992, Eduardo junto con su amigo el diseñador y pintor Mongo crearon Rola, un Festival de rock latino . La idea fue traer a proyectos que destacaban por su virtuosismo y representación de lo latinoamericano.
Volante del Festival de Rock Latino Rola en 1992. Foto: cortesía/ Mongo Sánchez Lira.
“Ya teníamos a las bandas confirmadas y el permiso para realizar el Festival en la Plaza de Toros México , pero un día me llamaron para decirme que el permiso estaba cancelado. Me dijeron que era un riesgo llevar a cabo el evento y me propusieron hacerlo en el Palacio de los Deportes , además querían que fueran menos grupos, el problema era que ya hasta boleto de avión tenían pagado, no se podía dar marcha atrás. Traté de hacer cambiar de opinión a las autoridades, pero de nada sirvió. Se hizo donde dijeron y encima de todo boicotearon el Festival por temor a un público que no conocían diciendo en taquilla que ya no había boletos, además de que cerraron las estaciones del metro cercanas y hubo granaderos por todos lados. El resultado: fue poca gente y perdimos mucho dinero”.
Cartel de un espectáculo multimedia de la revista La Pus Moderna. Foto: Twitter/ Museo del Objeto del Objeto (Modo).
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Las últimas carcajadas de la cumbancha
El asedio por parte de las autoridades y las más de 20 clausuras , provocaron que Eduardo por el mes de febrero o marzo de 1992 hiciera un trato con el delegado Ricardo Femat a quien propuso que, si él no le clausuraba el LUCC durante lo que restaba del año, se comprometía a cerrar definitivamente el 31 de diciembre.
“Creo que tocó La Castañeda el último día. Café Tacvba estuvo en la sucursal del LUCC en Cuernavaca , que no funcionaron. El 31 de diciembre de 1992 al terminar los conciertos cerramos como lo acordamos”. Así, el LUCC estuvo activo del 3 de septiembre de 1987 al 31 de diciembre de 1992.
Eduardo no quería traspasar el lugar a cualquier proyecto, no quería que terminara siendo un súper o un estacionamiento. Actualmente donde estaba el LUCC se encuentra El telón de asfalto un espacio alternativo de artes teatrales.
En la fotografía principal se aprecia un concierto de La Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio en el LUCC, es cortesía de Salvador Torres.
Entrevistas: Eduardo Barajas, Alfonso André, Mongo Sánchez Lira.