Al conmemorarse el centenario del asesinato de Pancho Villa, uno de los pasajes históricos más polémicos y llenos de dudas es sobre su muerte, pues los motivos que hubo detrás han generado diversas teorías, desde tensiones dentro de su mismo grupo de seguidores hasta una encomienda por parte del nuevo gobierno federal en busca de erradicar posibles revueltas por parte del caudillo.

En agosto de 1923, unas semanas después del fallecimiento de Villa, este diario dio a conocer que el diputado Jesús Salas Barraza envió una carta al general Abraham Carmona dando su confesión como director y responsable del tiroteo que le quitaría la vida al revolucionario mientras circulaba en su coche durante unas diligencias en Hidalgo del Parral, Chihuahua.

El 10 de agosto de 1923 EL UNIVERSAL publicó la confesión que hizo el diputado Jesús Salas B. como autor intelectual y material del asesinato del general Francisco Villa. Foto: Hemeroteca El Universal.
El 10 de agosto de 1923 EL UNIVERSAL publicó la confesión que hizo el diputado Jesús Salas B. como autor intelectual y material del asesinato del general Francisco Villa. Foto: Hemeroteca El Universal.

Después de darse a conocer púbicamente aquella carta del diputado surgió un fuerte revuelo en los diarios de aquellos años. El 12 de agosto de 1923 EL UNIVERSAL difundió una cobertura detallada de la detención del diputado en Monterrey a cargo del general Paulino Navarro y bajo órdenes del entonces presidente de la República, Álvaro Obregón.

El general Navarro manifestó en exclusiva para este diario que la confesión del diputado Jesús Salas no había sido espontánea, sino que fue consecuencia de la presión que ejercieron sobre el diputado los agentes policiacos de la Secretaría de Gobernación.

Jesús Salas Barraza era un diputado de la legislatura de Durando que mediante la publicación de unas cartas donde confesaba abiertamente ser el asesino de Francisco Villa se comenzó una investigación y posterior aprehensión en su contra. Foto: Archivo El Universal.
Jesús Salas Barraza era un diputado de la legislatura de Durando que mediante la publicación de unas cartas donde confesaba abiertamente ser el asesino de Francisco Villa se comenzó una investigación y posterior aprehensión en su contra. Foto: Archivo El Universal.

Un general tenía la orden de Obregón de buscar al responsable

Asimismo, el general Navarro explicó al reportero de esta casa editorial que se le había asignado la tarea de investigar más a fondo sobre el asesinato de Villa como un encargo del subsecretario de Gobernación, por ello pasó un par de semanas en Durango buscando pistas de los sospechosos.

Según su experiencia durante dicha tarea, el nombre que más se repetía entre los rumores de la zona era el del diputado Jesús Salas Barraza, incluso algunos de estos dichos afirmaban que él había sido quien se acercó para dar el tiro de muerte al caudillo, luego de quedar gravemente herido esa mañana de julio y escapó sin ser atrapado durante el tiroteo.

Una vez que el general Navarro recopiló la información suficiente en busca de los autores intelectuales del asesinato, regresó a la capital del país para dar un informe de la investigación al presidente Obregón.

Comentó el general en aquella entrevista que el presidente dio visto bueno de la investigación y que se diera seguimiento a todos los implicados. Sin embargo, cuando el militar le informó que el principal sospechoso era un diputado de la Legislatura de Durango, el mandatario ordenó su detención inmediata.

El 12 de agosto de 1923 la segunda sección de EL UNIVERSAL publicó la cobertura previa al juicio que tuvo el diputado Jesús Salas B. respecto a su confesión atribuyéndose a él mismo como responsable del asesinato de Francisco Villa. Foto: Hemeroteca El Universal.
El 12 de agosto de 1923 la segunda sección de EL UNIVERSAL publicó la cobertura previa al juicio que tuvo el diputado Jesús Salas B. respecto a su confesión atribuyéndose a él mismo como responsable del asesinato de Francisco Villa. Foto: Hemeroteca El Universal.

Una vez dada la orden, el general Navarro recibió el comunicado de que el diputado Salas había salido de Parral hacia Piedras Negras, Coahuila, con la intención de escapar a los Estados Unidos, pero su viaje cambió de trayectoria hacia Monterrey para después dirigirse a Durango.

Gracias a fuentes de información de un comisionado de la Secretaría de Gobernación se confirmó el paradero del diputado Salas en un hotel de Durango, en donde el general Navarro decidió hospedarse para proceder con la detención.

El diputado al notar la presencia del militar representante del Gobierno Federal decidió darse a la fuga tomando un tren hacia Nuevo Laredo, pero sus planes se vieron frustrados por la intervención del general que estaba decidido a detenerlo.

Según el relato del general Navarro, el diputado Salas estaba abordando el tren cuando lo detuvo sin dudar encañonando su pistola hacia el funcionario y dejándolo acorralado. En palabras del general le dijo: “tengo órdenes del presidente de la república de aprehenderlo”. Justo después de dichas palabras el señor Salas no opuso resistencia e inmediatamente fue rodeado por los demás agentes a cargo de Navarro.

En esta foto el diputado Jesús Salas B. se encuentra en el patio de la penitenciaria del entonces Distrito Federal, está sosteniendo en sus manos un ejemplar de El Universal Gráfico esperando la resolución de su juicio después de confesar públicamente la responsabilidad de asesinar al general Francisco Villa. Foto: Archivo El Universal.
En esta foto el diputado Jesús Salas B. se encuentra en el patio de la penitenciaria del entonces Distrito Federal, está sosteniendo en sus manos un ejemplar de El Universal Gráfico esperando la resolución de su juicio después de confesar públicamente la responsabilidad de asesinar al general Francisco Villa. Foto: Archivo El Universal.

Fue entregado a las autoridades en la capital y dijo haberlo planeado solo

Después de la aprensión, el general no se separó del diputado hasta su entrega a las autoridades correspondientes en la capital. El procurador general de la República fue testigo de la entrega por parte del militar, junto con cuatro oficiales, al jefe de Policía Federal, Alejandro Iñigo a quien le notificó que él era el responsable de la muerte del general Francisco Villa.

En una de las cartas de Salas, donde se atribuye el crimen, escribe al general Abraham Carmona los motivos que le llevaron a organizar el asesinato de Villa:

“¿El por qué me erigí en vengador? lo sabe usted de sobra, pues siendo diputado al Congreso Local de esta entidad, representante del distrito de El Oro, en donde con más saña atacó Villa a sus habitantes, natural es que haya dado este paso de importante trascendencia para mi Patria.”

El mismo Salas aseguró que los ocho hombres que se unieron a la encomienda fueron, igualmente, víctimas de Villa y que los movía el mismo deseo de venganza.

El 20 de Julio de 1923 el General Francisco Villa y su secretario personal Miguel Trillo habían sido emboscados y asesinados por un grupo de tiradores que habían monitoreado los movimientos del caudillo para atentar contra su vida. Se dice que después del tiroteo, los responsables lograron escapar sin problemas. Foto: Mediateca INAH.
El 20 de Julio de 1923 el General Francisco Villa y su secretario personal Miguel Trillo habían sido emboscados y asesinados por un grupo de tiradores que habían monitoreado los movimientos del caudillo para atentar contra su vida. Se dice que después del tiroteo, los responsables lograron escapar sin problemas. Foto: Mediateca INAH.

El diputado concluyó que hacía pública su confesión para desmentir los rumores donde se sospechaba de algunos funcionarios públicos de alto rango como directores intelectuales del magnicidio de Villa.

Aunque no quedan del todo claros los motivos de Salas Barraza para asesinar a Francisco Villa, según declaraciones compiladas por la prensa durante su juicio en la capital, uno de los principales motivos era ahorrarle dinero al gobierno mexicano, ya que consideraba escandalosa la mensualidad de 10 mil pesos que el gobierno pagaba a Villa y por la compensación de 200 mil de que se le proporcionó por las pérdidas que sufrieron sus negocios a causa de la Revolución.

El segundo motivo era para detener un inminente golpe de Estado que, según sospechas de Salas, estaba planeando Villa debido a que recibía frecuentes visitas de “enemigos del gobierno” como Antonio Villarreal, Raúl Madero, Díaz Lombardo, entre otros. Asimismo, otro motivo de su decisión era para vengar la muerte a manos de Villa de su compañero Catarino Smith.

Fue condenado a 20 años de prisión, pero…

El caso alcanzó tal nivel de fama que numerosos periodistas y conocidos del diputado iban a visitarlo en la prisión donde se encontraba recluido.

Dentro de este grupo de periodistas estaba un colaborador de esta casa editorial, quien hizo un reportaje especial publicado en EL UNIVERSAL ILUSTRADO el 16 de agosto de 1923. El artículo se tituló como “¡Este fue! ¡Este sí fue quién mató a Villa!”. La crónica inicia con el escepticismo del reportero Rafael F. Muñoz respecto a la veracidad de la confesión del diputado Jesús Salas.

Durante las mismas fechas en que se hizo cobertura de la detención y juicio del diputado Jesús Salas B. El Universal Iustrado hizo un reportaje especial publicando una entrevista íntima al funcionario dónde el reportero afirma que nadie podía saber tantos detalles del asesinato sin haber participado en el mismo.
Durante las mismas fechas en que se hizo cobertura de la detención y juicio del diputado Jesús Salas B. El Universal Iustrado hizo un reportaje especial publicando una entrevista íntima al funcionario dónde el reportero afirma que nadie podía saber tantos detalles del asesinato sin haber participado en el mismo.

El reportero asistió a la celda donde se encontraba recluido el inculpado y después de una larga entrevista, se recopilaron detalles que sólo podría saber el responsable del magnicidio, así pues, el reportaje concluye dando fe de que Jesús Salas era el autor intelectual y ejecutor del Centauro del Norte.

Una vez entregado a las autoridades federales, Salas fue enviado a la ciudad de Parral para ser juzgado bajo la ley del estado de Chihuahua, lo condenaron a 20 años de prisión bajo el cargo de ser autor intelectual del asesinato de Francisco Villa.

Su encarcelamiento apenas duró unos meses (en algunas fuentes de información se menciona que fueron 3, en otras 8) luego fue indultado por el entonces gobernador de Chihuahua, Ignacio Enríquez, y fue liberado de prisión en 1924.

Dentro del reportaje se recopilaron fotos exclusivas del diputado Salas dentro de la penitenciaria y se documentaron las numerosas visitas que tenía, el mismo reportero señala que tanto conocidos como amigos íntimos del funcionario iban a visitarlo para conocer más detalles de los motivos por los que decidió tomar armas en contra de Francisco Villa.  Foto: Hemeroteca El Universal.
Dentro del reportaje se recopilaron fotos exclusivas del diputado Salas dentro de la penitenciaria y se documentaron las numerosas visitas que tenía, el mismo reportero señala que tanto conocidos como amigos íntimos del funcionario iban a visitarlo para conocer más detalles de los motivos por los que decidió tomar armas en contra de Francisco Villa. Foto: Hemeroteca El Universal.

Según la exhaustiva investigación del historiador Friedrich Katz, la liberación del diputado Salas Barraza por parte del gobernador de Chihuahua fue gracias a una carta enviada por el general Joaquín Amaro que, al igual que Salas, consideraba el asesinato de Villa como un acto de justicia ante los abusos y crímenes que hizo el caudillo en contra de los habitantes del estado.

Luego de su indulto, Salas Barraza nunca tuvo represalias, por el contrario, continuó su vida participando en el Ejército Federal combatiendo la rebelión orquestada por seguidores de Adolfo de la Huerta y pocos meses después hasta fue recibido por el mismo Obregón, quien tiempo atrás lo mandó detener por la confesión de su crimen.

Credencial que identificaba a Jesús Salas Barraza como diputado federal de la XXXIII Legislatura del Congreso de la Unión, en septiembre de 1928. Foto: Twitter Reidezel Mendoza @ReidezelM / Especial.
Credencial que identificaba a Jesús Salas Barraza como diputado federal de la XXXIII Legislatura del Congreso de la Unión, en septiembre de 1928. Foto: Twitter Reidezel Mendoza @ReidezelM / Especial.

De criminal a deportista de tiro en los I Juegos Centroamericanos y del Caribe

Después de los eventos que pusieron el nombre de Salas Barraza en las primeras planas como autor intelectual del asesinato de Villa, Salas volvió a aparecer en las noticias, pero ahora en la sección deportiva, donde participó en la categoría de tiro al blanco en los primeros Juegos Centroamericanos y del Caribe que se celebraron en la ciudad de México, entre octubre y noviembre de 1926.

Este evento deportivo fue promovido por el Comité Olímpico Internacional el 4 de Julio de 1924, en París, Francia, durante los 8° Juegos Olímpicos, considerada como la competición regional más antigua avalada por este organismo.

Los primeros juegos Centroamericanos se llevaron a cabo del 12 de octubre al 2 de noviembre de 1926, se consideran como los juegos deportivos a nivel regional más antiguos aprobados por el Comité Olimpico. Foto: Olympic World Library/ Especial.
Los primeros juegos Centroamericanos se llevaron a cabo del 12 de octubre al 2 de noviembre de 1926, se consideran como los juegos deportivos a nivel regional más antiguos aprobados por el Comité Olimpico. Foto: Olympic World Library/ Especial.

El evento nació gracias a la iniciativa de la Sociedad Olímpica Mexicana, que buscaba elevar el nivel competitivo de los países de la región. Este primer evento deportivo dio origen a otros certámenes que se realizan en nuestros días como es el caso de los Juegos Panamericanos.

En la competencia se contemplaron siete deportes: atletismo, basquetbol, beisbol, esgrima, natación, tenis y tiro. De los nueve países invitados, en este primer evento solo se presentaron tres: Cuba, Guatemala y México, siendo este último líder en el medallero.

La participación de Jesus Salas pasó relativamente desapercibida, la modalidad de tiro en la que contendió fue tiro de precisión a 25 metros y su nombre quedó en el registro de resultados en cuarto lugar con 7 victorias.

La sede de los primeros Juegos Centroamericanos fue en la capital de México, habían sido invitados nueve países, pero solo se presentaron tres. En la imagen se aprecia la delegación mexicana desfilando en el evento de apertura, dentro de la delegación se encontraba el funcionario Jesus Salas B. para participar en la categoría de “Tiro deportivo”. Foto: Olympic World Library/ Especial.
La sede de los primeros Juegos Centroamericanos fue en la capital de México, habían sido invitados nueve países, pero solo se presentaron tres. En la imagen se aprecia la delegación mexicana desfilando en el evento de apertura, dentro de la delegación se encontraba el funcionario Jesus Salas B. para participar en la categoría de “Tiro deportivo”. Foto: Olympic World Library/ Especial.
Aunque la participación de Jesús Salas en la categoría de “Tiro deportivo” pasó relativamente desapercibida, dentro de la tabla de resultados quedó plasmado su nombre ocupando el 4to lugar en la modalidad de “Tiro de precisión a 25 metros” con un total de siete victorias. Ocupó el primer lugar el militar cubano Enrique Ros con una diferencia de tres victorias por sobre Jesús Salas.
Aunque la participación de Jesús Salas en la categoría de “Tiro deportivo” pasó relativamente desapercibida, dentro de la tabla de resultados quedó plasmado su nombre ocupando el 4to lugar en la modalidad de “Tiro de precisión a 25 metros” con un total de siete victorias. Ocupó el primer lugar el militar cubano Enrique Ros con una diferencia de tres victorias por sobre Jesús Salas.

Para 1929, Jesús Salas mantenía una relación estrecha con el general Joaquín Amaro y participó en diferentes rebeliones de las cuales fue deslindado por el mismo militar por su poca participación en ellos.

Jesús Salas B. continuó con su vida hasta los años 50 dedicándose a diferentes negocios, especialmente en el ramo de la minería, donde aparecía el general Amaro como uno de sus socios.

Durante este tiempo Salas se mantuvo firme asegurando que había actuado solo respecto al asesinato de Villa, que los altos funcionarios del gobierno no estuvieron involucrados y que nadie lo recompensó por participar en uno de los hechos que dio fin a los vestigios de la Revolución Mexicana.

Salas murió en 1956 llevándose consigo una de las historias más polémicas de la época revolucionaria.

Años después de ser condenado a 20 años de prisión y de ser indultado por el gobernador de Chihuahua en 1923, Jesús Salas Barraza participó en la categoría deportiva de “tiro” durante la primer edición de los Juegos Centroamericanos en 1926. Foto: Archivo El Universal.
Años después de ser condenado a 20 años de prisión y de ser indultado por el gobernador de Chihuahua en 1923, Jesús Salas Barraza participó en la categoría deportiva de “tiro” durante la primer edición de los Juegos Centroamericanos en 1926. Foto: Archivo El Universal.



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