Aunque hoy en día ya no sea una festividad común, durante varias décadas los policías tuvieron su momento de homenaje y reconocimiento en cada 2 de enero.
La idea de establecer un Día del Policía nació en Tamaulipas durante los años 20, gracias a un devoto oficial que quiso traerle más dignidad y honor a la labor.
Lee también Cuando regalaban hasta refrigeradores a los policías
Según indicó el investigador de Estudios Históricos del INAH y miembro del Colegio de México, Diego Pulido Esteva, en su texto El Día del Policía en México: una celebración para olvidar, durante los primeros años del siglo XX la policía mexicana debía “reformarse y profesionalizarse”, dejando atrás el periodo revolucionario y arcaico.
Era necesario construir “un espíritu basado en honorabilidad, sacrificio y compromiso social” para alcanzar mejores desempeños entre los vigilantes de la seguridad pública.
De acuerdo con Pulido Esteva, los elementos más bajos en la escala policial –entonces conocidos como gendarmes– eran quienes más flaquearon en términos de honor y compromiso, debido a su “escasa vocación y prácticamente nula capacitación”, además del pésimo salario posrevolucionario.
Lee también Mujeres policías, de la elegancia a la rudeza
Como forma de cohesión y merecido reconocimiento, en 1927 se estableció el Día del Policía, fecha idónea para celebrar la entrega y sacrificio de estos agentes del orden.
Manuel Vázquez, fundador y principal promotor del Día del Policía
En su edición del 14 de noviembre de 1928, EL UNIVERSAL publicó la convocatoria que el entonces Oficial Mayor de la Inspección de Policía de Tampico, Manuel Vázquez G., envió a todas las corporaciones policiacas de México para establecer el 2 de enero como Día del Gendarme.
El oficial tampiqueño aseguró que los policías eran los “encargados de velar, proteger y cuidar los intereses sociales, así como las vidas de los ciudadanos, misión tan delicada como honrosa”, por lo que merecían un día en su honor.
Lee también Los patrulleritos del Ejército Infantil supervisaban la CDMX en los 40
Documentos e investigaciones afirman que la motivación de Vázquez G. para el Día del Gendarme surgió tras un presunto motín ocurrido el 2 de enero de 1927 en el Penal de Andonegui, Tamaulipas, y que cobró la vida de varios uniformados, pero ninguna fuente de información ofrece mayores datos sobre el hecho ni se localizó alguna cobertura noticiosa que confirme su veracidad.
Tres décadas después de la convocatoria de 1928, el 10 de diciembre de 1959, EL UNIVERSAL recibió una carta del puño y letra de Manuel Vázquez G., quien ya era agente del Servicio Secreto de la Jefatura de Policía del DF. En ella, el prestigiado oficial dio a conocer su historia para establecer el Día del Policía.
Según recordó, en 1925 ya había hecho públicas sus intenciones de “erigir un homenaje anual a los policías de todas las latitudes”, pero entonces muchos “relapsos” lo consideraron como un plan “utópico, irrealizable y ramplón”.
Lee también Los motociclistas que en la mañana son policías y en la tarde acróbatas
Fue hasta 1927 y gracias al entonces Inspector General de Policía de Tampico, Leoncio Munguía, que se aprobó el 2 de enero como Día del Policía en Tamaulipas, convirtiendo a la entidad en “cuna del homenaje anual a la Policía del Mundo”.
Manuel Vázquez recordó que aquella primera celebración apenas ostentó una modesta comida en los cuarteles de la policía montada y tuvo menos de 20 invitados, pero adquirió un “significado más hondo y sentido que el de una simple diversión, porque mantuvo incólume el prestigio de nuestras escarnecidas corporaciones de seguridad pública”, según afirmó a EL UNIVERSAL en su misiva de 1959.
Para 1931, autoridades de Tamaulipas lanzaron una convocatoria a nivel internacional a través de la Revista de Policía de Tampico. Su mensaje se tradujo a 10 idiomas, desde inglés, chino y árabe, para que todos los países dispuestos a celebrar a sus elementos de seguridad pública lo hicieran cada 2 de enero.
Lee también México también tuvo un Sherlock Holmes
Vázquez G. comentó que el DF festejó su primer Día del Policía hasta 1932, cuando se determinó que su realización en la capital “sería benéfica para la disciplina policiaca y para que se apreciara la obra de quienes tenemos el honor de pertenecer a dicha institución”. En ningún apartado de su carta hizo mención del motín en Andonegui.
Desde comidas hasta espectáculos, así fueron las celebraciones para policías
Dentro de su propuesta de 1928 para establecer el Día del Policía, Vázquez G. solicitó a los ayuntamientos de cada estado que consideraran premiar a “aquel elemento que más se haya distinguido en el cumplimiento de su deber durante todo el año anterior”.
Además, propuso que cada 2 de enero los gobiernos pagaran doble jornada a sus oficiales de seguridad, así como organizar “desfiles, veladas culturales, juegos de baseball y basketball”. La intención era divertir y reconocer a los elementos más bajos de la seguridad pública, por ello era Día del Gendarme y no del policía en general.
Lee también Así eran las cenas baile de diciembre
En su texto El Día del Policía en México: una celebración para olvidar, el investigador Diego Pulido Esteva comentó que pobladores y autoridades de Tampico realizaron “festivales y obsequiaron regalos a los guardianes públicos” durante las primeras celebraciones, además de ofrecerles banquetes y bailes.
También permitían que todos los policías tuvieran un par de días de descanso, dejando la seguridad del municipio a tropas militares, además de honrar el legado de agentes caídos con sencillas ofrendas florales en sus tumbas.
De acuerdo con Pulido Esteva, entre los años 30 y 40 se extendió hacia más estados la celebración para los vigilantes públicos, sobre todo en el norte del país. Pronto cambió de nombre y se convirtió en Día del Policía para incluir “desde el primer policía hasta el jefe más encumbrado”.
Lee también Las manos mexicanas que construyeron el Palacio de Bellas Artes
En años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, se popularizaron los espectáculos de comedia y canto en honor a los vigilantes del orden. En su edición del 2 de enero de 1955, EL UNIVERSAL invitó a todos los agentes del DF a disfrutar de una presentación estelar en su honor, organizada en el Palacio de Bellas Artes.
Artistas como Agustín Lara, Consuelo Vidal y “Viruta y Capulina” fueron los encargados en aquella ocasión de celebrar a los agentes de orden y con el Día de Reyes a la vuelta de la esquina, también se tenían listos juguetes y regalos para los hijos de estos funcionarios, como una forma de celebrar su labor.
Según afirmó Diego Pulido Esteva en su investigación, cada 2 de enero se aprovechó para entregar “uniformes nuevos y zapatos. Los ascensos, premios y reconocimientos desplegaron una exhibición del fortalecimiento del orden”, afirmó el investigador.
Lee también Las mujeres policías y edecanes de los años 60
Para 1958, el Día del Policía era una celebración de júbilo en toda la república. Esta casa editorial informó que en varias comandancias alrededor del país sonaron “las mañanitas”, seguido por copiosos desayunos y cenas baile para sus elementos.
Las festividades no sólo se dedicaron a los miles de agentes de seguridad pública, sino que también se enalteció el legado de Manuel Vázquez G., cuya idea “germinó hasta que a la fecha no solamente se celebra en toda la República, sino en casi todos los países de América”, como se leyó en este diario el 2 de enero del 58.
Con el paso de los años, la festividad para los policías perdió potencia, en gran parte por la siempre cuestionable reputación de las dependencias frente al pueblo.
EL UNIVERSAL expuso un caso de Puebla en 1951, cuyo Día del Policía quedó eclipsado por la condecoración que autoridades estatales dieron a su entonces Inspector General, José López Hernández, a quien denominaron como “elemento ejemplar” a pesar de que la entidad vivía sumida en inseguridad e inconformidades.
Lee también La “mordida” trató de eliminarse desde 1932 en la CDMX
Según reportó este diario, durante el periodo de López Hernández como encargado de la seguridad poblana “nunca se han descubierto a los autores de asesinatos, ni se evitaron los robos. Los carteristas abundan en camiones, cines y paseos, y hasta en la catedral, los amantes de lo ajeno abren los bolsos de las señoras que concurren”.
Con desempeño así y muchos más tristes ejemplos de corrupción o ineficacia, no es de sorprender que el Día del Policía no sea apreciado entre la población.
Según apuntó Pulido Esteva, esta festividad “era un autofestejo del irrecusable consumo interno y, por lo tanto, difícilmente rompió el carácter institucional con dudosos efectos en la empatía del público con las policías”.
Para 1992, las autoridades capitalinas optaron por establecer su propia fecha de festejo, dejando al 22 de diciembre como Día del Policía, lejos de la tradición nacida en Tamaulipas varias décadas atrás. Por otro lado, Enrique Peña Nieto formalizó en 2013 el Día del Policía Federal, celebrado cada 13 de julio.
La intención que Manuel Vázquez tuvo hace 100 años ya se desdibujó y ahora parece que la reputación de las instituciones de seguridad pública va de mal en peor, pero eso no demerita la noble labor de miles de vigilantes que todavía cumplen con su trabajo, tengan desfiles en su honor o no.
![Según afirmó Vázquez G. en 1959, gracias a su iniciativa se implementó la medalla “Policía internacional” para aquellos elementos que alcanzaron una “honrosa antigüedad, actos heroicos en el cumplimiento de su deber o [cumplieron con] servicios o investigaciones distinguidas”. Foto: Colección Carlos Denegri/ESPECIAL.](https://www.eluniversal.com.mx/resizer/v2/HZFZNEFCMJGFDCCFL6Y3FFZKDA.jpg?auth=9f11c20a506d3e69505f964638e9a5dda96d91eaff9a06e1e8370c1d5b935335&smart=true&width=340)
- Fuentes:
- Hemeroteca EL UNIVERSAL
- Pulido, D. (2020). El Día del Policía: una celebración para olvidar. En Meridional, Revista Chilena de Estudios Latinoamericanos.
