Hasta hace dos años, el Día de la Enfermera en México tenía una conexión especial con la costumbre de los Reyes Magos. Durante 90 años, esta fecha para reconocer y agradecer a las colaboradoras de la salud se celebró cada 6 de enero, pero tras un decreto presidencial del 2021, cambió de día.
Las conmemoraciones y festejos para estas indispensables profesionales de la salud tuvieron sus variaciones con el paso de los años, pero su principal objetivo es dignificar su papel en el cuidado de enfermos y vulnerables.
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México conmemoró el Día de la Enfermera desde 1931
La iniciativa de establecer una fecha de reconocimiento para la labor de enfermería surgió del doctor y director del Hospital Juárez, José Castro Villagrana. El reconocido médico instituyó, desde 1931, el 6 de enero como Día de la Enfermera para su nosocomio, pues consideró a estas trabajadoras de la salud como un “regalo de Reyes Magos” para los pacientes.
Castro Villagrana estuvo al frente del Hospital Juárez entre 1929 y 1939, forjándose como una de las principales figuras médicas del país. Quien después fuera subsecretario de Asistencia para la Secretaría de Salubridad luchó durante toda su carrera por la dignificación de la enfermería.
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La primera mención de EL UNIVERSAL sobre el Día de la Enfermera se publicó el 7 de enero de 1936, cuando la conmemoración ganó convocatoria afuera del Hospital Juárez. La iniciativa de Castro Villagrana se esparció a instituciones de salud públicas y creció el reconocimiento a enfermeras.
Aunque las celebraciones del momento sólo incluían desayunos, banquetes y bailes sociales para trabajadores de salud, poco a poco se ofreció más que buenos deseos a las enfermeras.
El 6 de enero de 1937, el Hospital General visibilizó las carencias y difíciles condiciones del trabajo médico y anunció sus planes para un consultorio privado que atendiera a enfermeras y médicos. Fue un paso más para no sólo reconocer, sino fortalecer la labor de salud.
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Para 1938, el Consejo de Salubridad General de México estableció el 6 de enero como Día de la Enfermera a nivel nacional. Al año siguiente, dependencias de gobierno se sumaron a la conmemoración y se realizó el primer evento público para más de mil 500 trabajadoras de la salud, encabezado por el entonces subsecretario de Asistencia Pública, doctor Salvador Zubirán.
En esa celebración de 1939 se dieron los primeros reconocimientos a enfermeras del sector público. La primera en recibirlo fue Zaleta Ramírez, por su casi peligroso compromiso con su trabajo, pues ella cuidó incansablemente a sus pacientes y contrajo lepra tras largas jornadas en su hospital.
“Ella encarna a todas las enfermeras que, en el noble desempeño de su misión, han sido víctimas silenciosas y anónimas”, sostuvo el doctor Zubirán sobre Zaleta Ramírez; la merecedora no acudió al festejo por su condición, pero recibió 500 pesos –de ese entonces– como reconocimiento.
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Para el comienzo de los años 40, las conmemoraciones se realizaron en el Palacio de Bellas Artes. “Dada la general simpatía de que gozan estas trabajadoras, en todas partes hubo entusiasmo por agasajarlas en su día de fasto anual”, relató la edición de EL UNIVERSAL para el 7 de enero de 1940.
Los festejos no fueron tan espléndidos, aunque el cariño de la sociedad hacia sus “nobles elementos” se evidenció cada año. Por esa época, este diario y representantes del gobierno usaron el adjetivo “abnegadas” para dichas trabajadoras, como “madres fieles” que dejan su vida para salvar a otros.
Apenas días después de celebrar a las enfermeras por vigésimo novena ocasión, falleció el doctor José Castro Villagrana, el 27 de enero de 1960. Muchas colaboradoras de los diferentes establecimientos de salud pública rindieron sus respetos al subsecretario de Salubridad.
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“No era el jefe, era el padre y protector. […] Brindó magníficas enseñanzas y se encargó que el gremio prosperara”, declaró una de las trabajadoras de salud durante el sepelio del exdirector del Hospital Juárez y fundador del Día de la Enfermera en México.
Díaz Ordaz fue el primer mandatario que participó en las celebraciones
Entre los años 30 y 60, los encargados de agradecer las labores de miles de enfermeras eran representantes de dependencias públicas o la primera dama en turno, quienes entregaron algunos premios y reconocimientos, sin poner mucha atención a las condiciones de trabajo en sector salud.
Eso cambió el 6 de enero de 1967, cuando Gustavo Díaz Ordaz se convirtió en el primer mandatario en encabezar la conmemoración para las enfermeras del país. El entonces presidente describió a las trabajadoras de salud como “pequeñas banderas de paz que ondean en los hospitales, símbolos de abnegación, alivio, consuelo y esperanza para enfermos”.
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Para 1978, José López Portillo fue el siguiente mandatario en celebrar a las enfermeras y lo hizo en dos ocasiones más, en 1981 y 1982. Con la llegada de Miguel de la Madrid a la presidencia, su esposa, Paloma Cordero, fue quien asistió a los homenajes para trabajadoras de la salud.
Una de las conmemoraciones más emotivas del Día de la Enfermera fue el 7 de enero de 1986, meses después del sismo de 8.1 grados que azotó la Zona Metropolitana el 19 de septiembre del año anterior. El movimiento telúrico de 1985 cobró vidas en el sector salud y enfrentó a sus trabajadores a grandes retos para salvar a la población civil.
“La presencia de todos nosotros aquí reafirma la fe y la fortaleza de un pueblo que no puede ni debe doblegarse ante la fuerza de la naturaleza”, declaró Paloma Cordero de De la Madrid.
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Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto también encabezaron conmemoraciones del 6 de enero con miles de trabajadores de la salud, aunque su mayor objetivo fue comentar logros y proyectos de sus gobiernos, más que dignificar el trabajo de enfermeras.
Aumento salarial y reconocimiento profesional, demandas de las enfermeras
A pesar de las numerosas celebraciones y del innegable reconocimiento que mandatarios dieron a la labor de enfermería, las trabajadoras de este campo llevan años exigiendo una mejora efectiva y real a sus condiciones de trabajo y una presencia digna en el campo de la medicina.
El doctor Castro Villagrana destinó gran parte de su trabajo a posicionar a las enfermeras como personas fundamentales en el sector salud y no sólo como simples ayudantes de los médicos, aunque esa percepción todavía permea este competitivo campo laboral.
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El término “abnegada” era la palabra predilecta para describir a las enfermeras durante el siglo XX. Tan desapegadas de sus necesidades para cumplir con su trabajo, pero expuestas a trastornos de estrés y desnutrición, además de sufrir humillaciones y desacreditaciones de médicos de mayor rango y hasta de pacientes.
Con el paso de los años, las enfermeras pusieron límites a las precarias condiciones de trabajo y exigieron mejores prestaciones y trato digno para sus capacidades.
Con la severa crisis económica de 1994, el panorama en hospitales y clínicas pintó bastante mal. El reportero de EL UNIVERSAL, Eduardo Correa, escribió el 7 de enero de 1995 que “[el día conmemorativo] es sólo uno más para ellas”, pues no cambió las “extenuantes cargas de trabajo y bajos salarios. El Día de la Enfermera ya no tiene nada de significativo”, advirtió.
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Para el 5 de enero del 2007, esta casa editorial preguntó a trabajadoras de la salud sobre sus deseos para los Reyes Magos. “Voy a pedir que nos reconozcan como profesionistas y no como ayudantes del médico”, declaró Natalia Miguel, del Hospital Pediátrico del IMSS.
“Yo quiero aumento de sueldo y que los pacientes no nos vean como diablitos, sino como angelitos que buscan ayudarlos”, mencionó Magda Albarrán, del Hospital de Especialidades del IMSS.
Años después, el 6 de enero del 2011 y durante el discurso de Felipe Calderón sobre la noble obra de enfermeras mexicanas, varias asistentes al evento gritaron sus inconformidades y denuncias, o murmuraban críticas contra los “logros” del sexenio.
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El rechazo de las enfermeras se hizo evidente cuando Calderón, en un intento por enunciar sus acciones de sanidad, aseguró que su administración contrató o regularizó a más de 57 mil colaboradoras de la salud, a lo que una decisiva y desconocida voz le gritó “no es cierto”.
Un episodio similar ocurrió con Andrés Manuel López Obrador, en su presentación del Día de la Enfermera del 6 de enero de 2020, cuando varias asistentes le exigieron medidas inmediatas para el aumento en salarios mínimos, al grito de “hoy, hoy, hoy”.
En esa ocasión, AMLO también aseguró el pleno abasto de medicamentos, pero recibió un “uuuuuuy” desaprobatorio de las trabajadoras de la salud.
En el mismo evento del 2020, el director del IMSS, Zoé Robledo, declaró una frase popular del Día de las Enfermeras: “quien salva una vida es un héroe, pero quien salva 100, es una enfermera”, comentario que sí despertó la emoción de las asistentes.
Para el año siguiente, el 6 de enero de 2021, López Obrador decretó que el gobierno federal movería la celebración de las enfermeras al 12 de mayo, día de reconocimiento internacional para estas trabajadoras de la salud, por el natalicio de Florence Nightingale, ícono de la enfermería moderna.
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El cambio de fecha fue para homologar dicha conmemoración con el ámbito internacional, por lo que el 6 de enero del 2021 fue el último día que las enfermeras fueron “un regalo de Reyes Magos” para sus pacientes, después de 90 años de tradición.
- Fuentes:
- Hemeroteca EL UNIVERSAL
