La colonia Clavería, al norte de la capital, se encuentra sobre la avenida Azcapotzalco, cerca de lo que fue el pueblo de Tacuba, hoy en día, el metro del mismo nombre y cerca de lo que fue la antigua refinería, hoy parque Bicentenario.

Junto con San Álvaro y la Nueva Santa María, es de las pocas colonias de la alcaldía Azcapotzalco que no comparten la configuración de traza urbana que tienen los pueblos originarios, es decir, con una plaza central y capilla o de colonias para trabajadores que difícilmente tienen un jardín.

Clavería fue una de las primeras en trazarse de forma planeada en la zona norponiente a inicios del siglo XX.

Los fotógrafos de EL UNIVERSAL Ilustrado tomaron esta panorámica para mostrar a qué punto había llegado a inicios de los años 30 la “fiebre de construcción” en la entonces nueva y joven colonia Clavería. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Los fotógrafos de EL UNIVERSAL Ilustrado tomaron esta panorámica para mostrar a qué punto había llegado a inicios de los años 30 la “fiebre de construcción” en la entonces nueva y joven colonia Clavería. Hemeroteca EL UNIVERSAL.

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La financió un periódico en 1904

En entrevista con , Ana Paulina Matamoros Vences, quien es miembro cofundador de la Red de Investigadoras en Historia Urbana e imparte clases dentro de la licenciatura de Arquitectura en la Universidad Iberoamericana y la UAM Azcapotzalco, considera que el origen de lo que hoy conocemos como la colonia Clavería es muy particular.

Narra que inició con la primera lotificación de lo que fue la Hacienda de San Antonio Clavería, en 1904, a ese tramo se llamó El Imparcial. Para entender el por qué es necesario mencionar que el propietario de aquel periódico del mismo nombre, Rafael Reyes Spíndola, junto con Manuel Manterola y Ángel Zimbrón comenzaron un negocio para “embellecer a la avenida Azcapotzalco”.

Manterola tenía la propiedad de la hacienda hacia el oriente de la avenida y Zimbrón tenía la del Rancho de La Naranja que comenzaba al poniente de la calzada, explica la historiadora.


Para ella, la colonia El Imparcial tuvo dos momentos. El primero entre 1903 y 1904 cuando se comenzó a promocionar en las páginas de aquel periódico; había notas que afirmaban que vivir en Azcapotzalco era bueno para la salud por la lejanía y el paisaje campestre que se tenía porque había varios ranchos además de la hacienda. También se comenzó a hablar de las viviendas que se habían construido: los chalets de Daniel Garza, que también se promocionó como una modernidad por el uso del concreto.

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No obstante, tras la muerte de Manterola padre terminó la asociación, pero el proyecto de El Imparcial continuó en 1907 con un financiamiento compartido entre la Compañía Bancaria de Bienes Raíces y el propio periódico sobre los terrenos de la hacienda.

También en 1907 comenzó el segundo momento importante de esta colonia cuando se iniciaron las gestiones para su ampliación, etapa que contó con el respaldo publicitario y financiero del mismo periódico, tanto así que en los promocionales se anunciaba que la mayor parte de los actuales propietarios y vecinos eran miembros ejecutivos del rotativo como Manuel Manterola, José Reyes Spíndola (hermano de Rafael) y Carlos Díaz Dufoo, el editor del periódico, entre otros.


Ana Paulina nos cuenta que Ángel Zimbrón buscó hacer de su rancho una colonia para trabajadores de la compañía eléctrica; pero no fue hasta 1922 que se volvieron a tomar las riendas de la urbanización de la hacienda, ahora con Manuel Manterola hijo.

La propuesta abarcó hasta lo que hoy conocemos como la glorieta Clavería y que, para ese entonces, marcaba el lindero de la hacienda del mismo nombre. Fue entonces que se retomó la urbanización con Manuel Manterola hijo y que el nombre “El Imparcial” quedó en el pasado.

Aunque se transforma como todos los suburbios de la ciudad, un aspecto que ve desde nuestros días hasta hace casi cien años es la avenida Clavería, que desde entonces ya era una arteria principal de la colonia, tal y como se aprecia en nuestras páginas. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Aunque se transforma como todos los suburbios de la ciudad, un aspecto que ve desde nuestros días hasta hace casi cien años es la avenida Clavería, que desde entonces ya era una arteria principal de la colonia, tal y como se aprecia en nuestras páginas. Hemeroteca EL UNIVERSAL.

Nuestra entrevistada explica que la traza se ajustó a la expansión de la hacienda: “las manzanas son proyecto del ingeniero Velázquez de León, quien firmó el plano en 1922 pero no hay mayor referencia a él y su participación en el proyecto”.

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Para 1930 la ciudad de México estaba al borde de la expansión urbana, pero sin capacidad de dar servicios básicos, lo que llevó a un cambio en las formas de administración capitalina. Tras la publicación del Informe de Colonias hubo una expropiación del proyecto a la inmobiliaria, por lo que el recién creado D.D.F. continuó con la lotificación de las manzanas.

Entre la década de 1940 y 1950 comenzó la ampliación de las avenidas Camarones y Cuitláhuac que ayudaron a moldear la etapa más reciente de la colonia Clavería, misma que hoy abarca de la glorieta hasta el parque de la China; de igual forma, continuaron las expropiaciones, la lotificación y la venta de los lotes.

Un aspecto que los vecinos de la colonia Clavería preservan hasta la fecha son sus parques y áreas verdes en casi cada casa. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Un aspecto que los vecinos de la colonia Clavería preservan hasta la fecha son sus parques y áreas verdes en casi cada casa. Hemeroteca EL UNIVERSAL.

La colonia Clavería tardó 50 años en consolidarse

La hacienda de San Antonio Clavería fue un baluarte de la zona en la época colonial, pues fueron terrenos que el mismo Hernán Cortés entregó a varios de sus soldados luego de la conquista. Siglos después, el nombre se quiso retomar y preservar ya consolidada la colonia.

Ana Paulina indica que en los mapas que levantó José Antonio Alzate marcó el sitio y de ahí, sabemos que la hacienda fue cambiando de propietarios gracias a la investigación de Javier Torres Medina.

Una buena referencia de la urbanización de esta colonia es la publicidad de la “Farmacia Clavería”, que en 1933 ya ofrecía desde medicamentos hasta servicios como cirugía y atención de partos. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Una buena referencia de la urbanización de esta colonia es la publicidad de la “Farmacia Clavería”, que en 1933 ya ofrecía desde medicamentos hasta servicios como cirugía y atención de partos. Hemeroteca EL UNIVERSAL.

La consolidación urbana es el proceso entre la inauguración de una colonia hasta el momento en que se terminan de ocupar sus lotes. Es una etapa muy interesante, señala Matamoros Vences, porque cambia de colonia a colonia y de un periodo a otro. Por ejemplo, dice la historiadora, con Clavería se tardaron casi cinco décadas en que sucediera y en ese lapso las políticas habitacionales cambiaron, al igual que la forma de otorgar financiamiento y las transiciones políticas.

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En este caso, durante las cinco décadas se pasó del gobierno de Porfirio Díaz a la Revolución, a la construcción el Estado posrevolucionario y a la transición al Estado Benefactor, lo que tuvo incidencias urbanas como pasar de vender lotes de 500 metros cuadrados en la primera fase a espacios de 150 metros cuadrados en la última etapa.

Muchas de las primeras casas de Clavería se mantienen en el recuerdo gracias a las fotos de El Ilustrado, aunque tampoco está de más decir que viviendas como la de la esquina de Palestina y Moreras han resistido el paso del tiempo como pocas de la ciudad. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Muchas de las primeras casas de Clavería se mantienen en el recuerdo gracias a las fotos de El Ilustrado, aunque tampoco está de más decir que viviendas como la de la esquina de Palestina y Moreras han resistido el paso del tiempo como pocas de la ciudad. Hemeroteca EL UNIVERSAL.

Contó con un prototipo único de vivienda y una traza singular

En la primera etapa de la colonia, que aún se llamaba El Imparcial, el ingeniero militar Daniel Garza construyó viviendas estilo chalet, es decir, casas que no comparten paredes con otras y se encuentran rodeadas por parcelas que pertenecen al mismo propietario de la casa.

Garza fue integrantes de la logia intelectual de los científicos militares constructores, fue profesor de composición en el Colegio, estuvo a cargo de tareas en el Ayuntamiento supervisando las licencias para que los ingenieros militares tuvieran permiso de construir como civiles.

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Uno de sus logros fue el Sistema Garza, un sistema constructivo a base de concreto que fue patentado en México y en Estados Unidos, país donde Garza se exilió una vez iniciada la Revolución Mexicana.

Entre las residencias que EL UNIVERSAL Ilustrado fotografió para su nota de la colonia Clavería se encuentra la del ingeniero Orive Troncoso, que diseñó un número considerable de las casas habitación de la zona. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Entre las residencias que EL UNIVERSAL Ilustrado fotografió para su nota de la colonia Clavería se encuentra la del ingeniero Orive Troncoso, que diseñó un número considerable de las casas habitación de la zona. Hemeroteca EL UNIVERSAL.

Para ese momento, 1907, sólo se habían construido 18 viviendas y no se continuó usando su prototipo porque hoy en día los chalets han desaparecido casi en su totalidad, quedan 8 chalets completos, 2 de forma parcial, se conserva parte de las fachadas, y 2 se encuentran en estado ruinoso.

Ana dice que a pesar de estar en el perímetro de conservación del INAH, se ha logrado gestionar su demolición para la construcción de edificios residenciales, y no hay un plan de manejo o propuesta para las ruinas que quedan.

Sin duda, afirma nuestra entrevistada, la avenida más importante es Azcapotzalco, donde inició todo el proyecto; sin embargo, la avenida Clavería es el corazón de la colonia, al caminar de día se pueden ver las transiciones de los proyectos y de noche logra conjuntar la vida de los vecinos con la cantidad de negocios existentes.

Las banquetas amplias y tranquilas, por lo general limpias, son parte de lo que hace a Clavería un oasis de ambiente mexicano en medio de la gran ciudad. Foto: Roberto Armocida/EL UNIVERSAL.
Las banquetas amplias y tranquilas, por lo general limpias, son parte de lo que hace a Clavería un oasis de ambiente mexicano en medio de la gran ciudad. Foto: Roberto Armocida/EL UNIVERSAL.

También se puede apreciar que muchos capitalinos van a Clavería sólo para visitar y conocer la colonia. Sus calles mantienen su escala habitacional y los negocios logran mantener el ambiente tranquilo y adecuado.

Hoy en día, a Clavería se le reconoce por ser la cuna del cantante José José, referente en la música mexicana. Ana recuerda que el día que se anunció su fallecimiento la colonia tuvo un periodo de luto con vecinos y visitantes que fueron al Parque de la China, donde se encuentra su escultura, ahí cantaron durante aquel fin de semana.


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Ana Paulina recuerda que la mayoría de los locales, lejanos al parque, pusieron sus canciones y los vecinos te invitaban a unirte con ellos, lo cual habla del símbolo que representa esta figura para la colonia.

Otros personajes famosos que han vivido ahí son la conductora Paty Chapoy, el cantante Nelson Ned, los regentes capitalinos Manuel Camacho Solís y Manuel Aguilera Gómez, así como el pianista y compositor Luis Arcaraz, entre otros.

También nos comenta que si bien es famosa por la transcendencia que tiene José José en la cultura mexicana, desde su punto de vista como urbanista e historiadora, esta colonia llama su atención por los pocos cambios que ha sufrido en su arquitectura.


Hoy en día, el reto más duro para la colonia Clavería son los cambios de uso de suelo, eso hace que los chalets o las casas de hace un sigo sean reemplazadas por edificios de vivienda residencial, que aumentan la demanda por agua en una delegación que vive una escasez constante o suman vehículos generando mayores obstáculos para la movilidad.

Parte del encanto, que un vecino le comentó una vez a Paulina fue “En Clavería te sientes en otro tiempo”, y ella está de acuerdo en que eso desaparecería una vez que sólo tuvieran edificios residenciales, por encima de las viviendas unifamiliares.

  • Fuentes:
  • Entrevista a Ana Paulina Matamoros Vences miembro cofundador de la Red de Investigadoras en Historia Urbana e imparte clases dentro de la licenciatura de Arquitectura en la Universidad Iberoamericana y la UAM Azcapotzalco y candidata a Doctora dentro del Programa de Doctorado en Urbanismo de la UNAM.
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