Texto: Cristina Hernández
En las presentaciones de libros es común que los lectores se acerquen para que el autor, mediante algunas palabras, les dedique la obra con su puño y letra. Existe una frase que dice: “ Un libro es un regalo que puedes abrir una y otra vez ”, y así como los regalos tienen el nombre de quien los envía y para quien va dirigido, ocurre lo mismo con los libros.
Las dedicatorias que aparecen en ellos son un tesoro invaluable que aumenta el valor sentimental de los lectores hacia los ejemplares.
“Los grandes escritores y artistas meditan mucho al escribir una dedicatoria y rehúsan el prodigarla”, afirmaba Oscar Leblanc en EL UNIVERSAL ILUSTRADO de 1924.
Amado Nervo
decía que las dedicatorias más interesantes solían estar en los puestos de libros viejos . Leblanc narraba que para encontrarlos había que ir a la plaza del Volador en la Ciudad de México, situado en lo que hoy es la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Este antiguo nombre se debía a que ahí se hacía el Ritual Solar de los Voladores, conocidos como Voladores de Papantla.
“¡Ya Amado Nervo, en alguno de los artículos que escribió en París, contaba ‘dónde van a parar nuestros libros’ y describía la tragedia de aquellos que caen entre libros viejos, sin perder la hoja que ostenta la dedicatoria, la hoja que algunos tienen el pudor de cortar, antes de vender el libro”. Publicación del 1 de marzo de 1928. Foto: EL UNIVERSAL ILUSTRADO.
En la plaza del Volador había “un viejecito cegatón y optimista que pasaba miserias vendiendo libros viejos a los muchachos y novelistas”, decía en 1926 Argos en EL UNIVERSAL ILUSTRADO, “una vez cayeron en su poder varios libros desencuadernados y sucios que llevaban sendas dedicatorias”
Uno de esos ejemplares estaba dirigido al poeta Rafael López : “Querido Rafael: ahí va esta ‘ Santa ’, purificada por la amistad de FEDERICO GAMBOA ”.
18 de diciembre de 1924. La psicología de las dedicatorias. EL UNIVERSAL ILUSTRADO.
Las dedicatorias que sobreviven a los años
La página web “Los Libros del Dr. Sámano” se venden y compran librerías completas, hay un apartado especial donde ofrece una colección de libros firmados por sus autores. Ahí vienen las características del ejemplar en venta como el título, autor, número de edición, número de páginas y la dedicatoria.
Uno de los libros que se venden es Las Glorias del Gran Púas , del escritor mexicano Ricardo Garibay , es una primera edición de 1978 con 46 páginas. Hay una firma del autor en la primera página.
Las Glorias del Gran Púas firmado por su autor. Foto: Cortesía.
Sergio Núñez, quien dirige “ Librero en Andanzas ” compartió algunas de las dedicatorias que ha encontrado en los libros. Una de ellas con fecha de abril de 1945, escrita en francés.
La tinta pudo haber sido color rojo o rosa y está escrita, en perfecta caligrafía, por Inez Vargas de Nuñez en el libro A los pies de Shiva. Antología literaria hindú .
Fotos: Cortesía.
También compartió un libro de Rafael Solana llamado El día del juicio tres desenlaces que fue dedicado por el autor, aunque no incluye la fecha.
Los lectores buscan sentir un guiño o cercanía con el autor a quien han conocido a través de sus letras y de su forma de escribir.
Foto: Cortesía.
En un ejemplar del libro El Pasajero Olvidó algo , el escritor Diego Figueroa trató de sincerarse con la persona a quien le dedicó el libro, al escribirle:
“Don Miguel: Encuentro dificultad para la dedicatoria, -por ahora-, que ud. se merece. Dejémonos de contemplaciones y reciba un respetuoso abrazo. El autor”. La dedicatoria fue firmada en diciembre de 1952.
Fotos: Cortesía.
Cazadores de libros y dedicatorias
Enrique Abreu, coordinador de contenido digital en la ADIP - CDMX y profesor meritorio en la UNAM, compartió una dedicatoria que encontró en el libro La última Carcajada , del docente Ignacio Trejo Fuentes . Enrique aseguró que el ejemplar fue dedicado por su entonces profesor y, ahora, amigo por lo cual tiene para él un gran valor sentimental.
“Fue el primer libro que yo compré y me firmó Nacho Trejo y como bien dice la dedicatoria, a partir de ese momento se ha convertido en un gran amigo. Estoy viendo que fue en 2014, ya estamos en 2021 y somos más amigos que nunca”.
Esta dedicatoria dice: “Para el gran Enrique, estos desfiguros de mi corazón, con un abrazote de su prof. y, desde ahora, amigo. Ignacio Trejo F. Nov. 2014. Fotos: Cortesía.
Hay algunos autores que además de sincerarse se ponen creativos. Es el caso de Fernando Magallán quien dibujó una cara en el Diccionario del caos , fue firmado en 2016.
En el mismo diccionario, Fernando Rivera Calderón escribió: “Este diccionario caótico y dramático está dedicado para Daniela”.
Fotos: Cortesía.
“Cuando estaba en la secundaria me hice súper lectora, era lo único que hacía y leí varias novelas, especialmente. Desde entonces comencé a buscar los itinerarios de las ferias de libros y entonces veía qué autor iba a estar para irle a pedir que me firmara mi libro. En ese momento se me ocurrió que todos mis libros favoritos, de autores vivos iban a estar firmados”, narró la guionista Daniela Jurado.
Para ella las dedicatorias son aún más valiosas cuando el autor no solo pone su nombre o firma, sino que se toma el tiempo para escribir alguna frase que adquiere sentido.
El ejemplo con el que lo ilustró fue a través de lo que le escribió Rafael Pérez Gay . Cuando se acercó a él le contó que lo conoció por el programa televisivo La Otra Aventura, cuando comenzaba con una frase del escritor Adolfo Bioy Casares y fue de esa forma que inició la dedicatoria que ahora tiene su libro.
Un ejemplar firmado de Centro Histórico. 200 lugares imprescindibles. Foto: Cortesía.
Ahora es en las presentaciones de libros donde se busca a los autores para no solo escuchar sus charlas sobre el texto, sino también para buscar las mejores palabras del escritor hacia sus lectores.
Fue el caso de Atenea López quien consiguió la dedicatoria del escritor mexicano Carlos Fuentes luego de una conferencia en Saltillo, Coahuila, de donde es originaria. En el libro Constancia y otras novelas para vírgenes , Carlos Fuentes escribió: “Para Atenea diosa de la sabiduría”.
Foto: Cortesía.
Atenea recordó que en esa ocasión la acompañó su papá y después de la presentación se acercaron y le dio el ejemplar. “Fue mi primer libro firmado”, compartió.
Aspecto de las filas para conseguir una firma del escritor Carlos Fuentes en una librería al sur de la Ciudad de México en el 2011, el autor murió un año después. Foto: Luis Cortés / Archivo EL UNIVERSAL.
Recientemente, Atenea recibió una caja literaria con un libro firmado y otros regalos. El texto es El Libro Salvaje de Juan Villoro, donde el autor escribió: “¡Este libro se quería escapar y tú lo atrapaste! Afectuosamente Juan Villoro ”.
Fotos: Cortesía.
El mismo autor dedicó El Vértigo Horizontal al periodista Mauricio Romo en 2018 y escribió: “Para Mauricio este mapa literario de nuestra ciudad. Con gran afecto Juan Villoro”.
Foto: Cortesía.
En la imagen del 2018, el escritor Juan Villoro presenta su libro El vértigo horizontal en la Glorieta de Insurgentes; en la del 2021, una firma de libros a distancia, se imprime la dedicatoria del escritor sueco Jonas Jonasson. Durante un encuentro telemático también participaron autores internacionales como Isabel Allende y Alex Michaelides. Fotos: Alejandro Sandoval / Archivo EL UNIVERSAL y Quique García/EFE. Diseño web: Alejandro Sandoval.
El valor que se adquiere con el tiempo
En el artículo “Amantes de libros y buscadores de libros”, publicado en 1921 en EL UNIVERSAL ILUSTRADO, un periodista anónimo aseguraba: “el mercado de los libros es tan caprichoso como el mercado de los valores”.
Son altamente valoradas las primeras ediciones de libros antiguos y escritores como Julio Cortázar , Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes , por mencionar algunos, y el precio aumenta aún más si el ejemplar tiene alguna dedicatoria. Los precios van desde los 500 hasta los 6 mil pesos, aproximadamente.
Sergio Núñez explicó a El Universal que los precios varían según la edición, la dedicatoria y el autor. Por ejemplo, el precio para un libro de Gabriel García Márquez va de los 6 mil pesos si es una edición común y 80 mil para una edición especial.
El premio Nobel de literatura Gabriel García Márquez dedica un libro en el 2005, en La Habana, Cuba. Foto: EFE/Alejandro Ernesto.
En el caso del escritor Julio Cortázar pueden encontrarse ejemplares a partir de los 5 mil pesos. Para los libros de Carlos Fuentes , el precio es menor al igual que los libros de Octavio Paz .
“Si el ejemplar es primera edición de un libro escrito por un autor consagrado tiene una dedicatoria de su puño y letra para otro escritor de fama, ese ejemplar tiene una triple atracción: es una primera edición; es un ejemplar con autógrafo y es un libro de ‘asociación’, esto es, un libro que perteneció a alguien que tenía celebridad”, refiere EL UNIVERSAL ILUSTRADO de 1921.
Carlos Monsiváis firma autógrafos a alumnos de la Universidad de la Ciudad de México, donde recibió un reconocimiento en el 2008. Foto: Luis Cortés / Archivo EL UNIVERSAL.
El periódico aclaraba que quienes escriben están acostumbrados a peticiones de autógrafos y se les consideraba egoístas si se negaban a cumplirlas.
En El UNIVERSAL ILUSTRADO aquel año se cuenta: “Se han dado casos de individuos que coleccionan libros con el exclusivo objeto de lograr, por medio de reiteradas súplicas, que los autores firmen y de esta manera poder venderlos más tarde a precios exorbitantes”.
La fotografía principal es del 2007, el Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez firma ejemplares de su obra en Cartagena (Colombia). Foto: EFE/Ballesteros