Las casillas especiales se instalan para la emisión del voto de los ciudadanos que se encuentran lejos de su sección electoral, pero la realidad es que por treinta años han sido un recurso insuficiente.
La Hemeroteca de EL UNIVERSAL presenta un recuento del constante obstáculo que enfrenta la población para votar por el candidato de su preferencia al poder ejecutivo cuando se encuentra lejos de su domicilio de origen.
En los noventas, 300 boletas por casilla
Estas casillas se pensaron para estimular la participación ciudadana; sin embargo, las elecciones federales de 1994 dejaron mucho qué desear en ese aspecto, para empezar, porque ese año sólo se daban 300 boletas a cada una.
En el entonces Distrito Federal (DF), la casilla especial frente a la antigua estación de trenes Buenavista fue noticia porque desde las primeras horas se permitió votar a un numeroso grupo de policías, por lo que hubo clara inconformidad.
El problema no fue sólo para los defeños, pues en Villahermosa, Tabasco, le prendieron fuego a tres urnas de la casilla especial número 288 y en el municipio de Cárdenas se destruyeron las urnas de la número 066.
Lo anterior, como protesta de los inconformes que denunciaban la limitada oportunidad de emitir el voto. Mientras que en la población de Cárdenas los votos no se perdieron porque ya los habían computado, en la capital tabasqueña sí quedaron hechos cenizas.
Esa misma tarde, la oposición acusó al PRI de acaparar las casillas especiales para “votar en masa”, pero al final el asunto no tuvo respuesta por parte de las autoridades, incluso se informó que el vocero del Episcopado Mexicano calificó de insignificante que miles de los inscritos en el padrón de todo el país no ejercieran su derecho.
Migrantes, los más afectados desde el 2000
Un sexenio más tarde, ya en el año 2000, el titular del Consejo Nacional de Población (Conapo), Rodolfo Tuirán, hizo saber en su Evaluación demográfica del padrón electoral que las boletas asignadas a las casillas especiales serían insuficientes, en especial en la frontera norte del país.
La realidad superó el pronóstico, pues la policía tuvo que intervenir para evitar disturbios de los inconformes por falta de boletas en Ciudad Juárez, Reynosa, Tijuana y Nogales, pero también en entidades no fronterizas como Michoacán, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tabasco, Veracruz y Sinaloa.
En esa ocasión, resaltó el hecho de que en la frontera los problemas fueron más graves por el gran número de mexicanos residentes en Estados Unidos que cruzó de regreso a la república sólo para votar aquel 2 de julio, y que se sumaron a los nacionales oriundos de otros estados, desde Oaxaca hasta Durango.
En el DF, la participación ciudadana “rebasó cualquier expectativa” pero, al toparse de nuevo con la falta de boletas en casillas especiales, la consecuencia fue bloqueos en calles del Centro Histórico y de las delegaciones Gustavo A. Madero, Azcapotzalco, Benito Juárez, Coyoacán y Venustiano Carranza.
El caso más grave fue el del Zócalo, donde los inconformes se amotinaron en torno a los funcionarios de casilla para después quemar sus propias credenciales del IFE como acto de protesta, aunque hubo otros tres casos de violencia por la misma situación en el DF, pese a que esta vez había 750 boletas por casilla especial.
Menos casillas especiales, ¿la solución?
Otros seis años después, en abril de 2006, se reportó que el Instituto Electoral del DF determinó disminuir el número de casillas especiales para la elección presidencial del 2 de julio, bajo el argumento de que había una tendencia a la baja en dichas casillas.
No era la primera vez que lo hacían, pues si el año 2000 hubo 47, en 2003 ya habían reducido la cifra a 42 casillas especiales.
La expresa molestia de los miles de electores inconformes por pasar horas en fila para no poder votar tras agotarse las 750 boletas, en estados de todo el país, sólo tuvo una respuesta de las autoridades: en entonces Instituto Federal Electoral (IFE) recordó a la ciudadanía que la ley es la que fija el número de boletas para cada casilla especial.
Capitales de diversas entidades federativas, centros turísticos y ciudades fronterizas fueron zonas donde se incrementó la demanda de boletas y, por lo tanto, de mayor molestia para la población. Aun así, el IFE aseguró que las casillas especiales habían sido “todo un éxito”.
El 3 de julio de 2006, la crónica de Héctor de Mauleón resaltó que aquella jornada electoral, en la Benito Juárez vio a centenares de electores esperar horas bajo la lluvia para encarar la amarga realidad de la escasez de boletas.
Mientras la presidenta de casilla intentaba sugerir acudir directo a las oficinas del IFE para buscar solución, los gritos iban desde un hombre que decía “¡Ahí no nos pelan, hombre! Ni que nos fueran a hacer caso. Se han de estar riendo de nosotros” hasta una anciana que reclamó “¡Con tantísimo dinero no pudieron hacer boletas suficientes!”.
Las autoridades electorales brillan por su silencio
La década anterior a este 2024 no fue distinta, pues en 2012 destacó el caso de un grupo de queretanos que acudieron directo a la sede del IFE tras quedarse sin votar, pero nadie los recibió.
En tanto, tras la jornada electoral de 2018 la noticia fue sobre los miles de trabajadores que se encontraban en el municipio mexiquense de Texcoco por la construcción del hoy Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Según relató un operador de góndola de materiales:
“Somos más de 2 mil trabajadores que venimos de fuera, como transportistas, obreros, electricistas o contratistas que laboramos en el nuevo aeropuerto y que queremos votar en la casilla especial. Nos dijeron que desde las 10 de la mañana se acabaron las boletas. Dieron números a los que llegaron temprano y se acabaron”.
Ante todo, el INE parece no atender la situación, desde hace 30 años, además de aumentar el número de boletas a mil por cada casilla especial.
Quienes parecen haber reaccionado, en cambio, fueron los electores como los que este 2 de junio de 2024 se presentaron a la única casilla especial de la alcaldía Benito Juárez desde las 3am, dato que repitió uno de los funcionarios a centenares de personas en tránsito que, a primera hora de la mañana, se toparon con una fila que daba tres vueltas a la cuadra, sin ofrecer solución más allá de ir a otra casilla especial.
- Fuentes:
- Hemeroteca EL UNIVERSAL.