Las casillas especiales se instalan para la emisión del voto de los ciudadanos que se encuentran lejos de su sección electoral, pero la realidad es que por treinta años han sido un recurso insuficiente.
La Hemeroteca de EL UNIVERSAL presenta un recuento del constante obstáculo que enfrenta la población para votar cuando se encuentra lejos de su domicilio de origen.
Lee también: Largas filas y papeletas agotadas en casillas especiales del Parque Naucalli
En los 90 había 300 boletas por casilla
Estas casillas se pensaron para estimular la participación ciudadana; sin embargo, las elecciones federales de 1994 dejaron mucho qué desear en ese aspecto, para empezar, porque sólo se daban 300 boletas a cada una.
En el entonces Distrito Federal (DF), la casilla especial frente a la antigua estación de trenes Buenavista fue noticia porque desde las primeras horas se permitió votar a un numeroso grupo de policías, por lo que hubo muestras de inconformidad.
El problema no fue sólo para los defeños, pues en Villahermosa, Tabasco, le prendieron fuego a tres urnas de la casilla especial número 288. Lo anterior, como protesta por la limitada oportunidad de emitir el voto.
Por su parte, la oposición acusó al PRI de acaparar las casillas especiales para “votar en masa”, pero al final el asunto no tuvo respuesta de las autoridades.
Lee también: Elecciones 2024: retraso en apertura de casillas y casillas especiales en la CDMX genera molestia ciudadana
Migrantes, los más afectados de 2000
Un sexenio más tarde, ya en el año 2000, el titular del Consejo Nacional de Población (Conapo), Rodolfo Tuirán, hizo saber que las ahora 750 boletas para casillas especiales serían insuficientes, en especial en la frontera norte.
La realidad superó el pronóstico, pues la policía intervino para evitar disturbios por falta de boletas en Ciudad Juárez, Reynosa, Tijuana y Nogales, pero también en Michoacán, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tabasco, Veracruz y Sinaloa.
En la frontera los problemas fueron más graves por el gran número de mexicanos residentes en Estados Unidos que cruzaron de regreso a la República sólo para votar aquel 2 de julio, y que se sumaron a foráneos nacionales.
En el DF, el caso más grave fue el del Zócalo, donde los inconformes se amotinaron en torno a los funcionarios de casilla.
Lee también: VIDEO: Así funciona la urna electrónica para casillas especiales y voto extranjero
Menos casillas especiales y silencio de las autoridades
En abril de 2006, el Instituto Electoral del DF determinó reducir el número de casillas especiales, bajo el argumento de que presentaban una tendencia a la baja.
La molestia de miles de electores tras agotarse las 750 boletas, en estados de todo el país, sólo tuvo una respuesta: el Instituto Federal Electoral (IFE) insistió en que la ley es la que fija el número de boletas.
Capitales de diversas entidades federativas, centros turísticos y ciudades fronterizas fueron zonas donde se incrementó la demanda de boletas y, por lo tanto, de mayor molestia para la población. Aun así, el IFE aseguró que las casillas especiales habían sido “todo un éxito”.
La década anterior a este 2024 no fue distinta: en 2012 un grupo de queretanos acudió a la sede del IFE tras quedarse sin votar, pero nadie los recibió.
En tanto, tras la jornada electoral de 2018, miles de trabajadores que se encontraban en Texcoco por la construcción del hoy Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) se quedaron sin votar.
Ante todo, el INE parece no atender la situación desde hace 30 años, más allá de aumentar el número de boletas a mil por cada casilla especial.