Las luces se apagaban antes de la medianoche y los pobladores dormían junto al Lago de Chapala . Sólo se escuchaba el tenue oleaje y el zumbido de los mosquitos. No había más que hacer pues todos los comercios y bares cerraban temprano ante la sorpresa de visitantes extranjeros.
“¿Cómo es que en México puede existir un lugar donde se apague la luz eléctrica por las noches?”, decían los viajeros acostumbrados a la vida nocturna y la modernidad sobre los pueblos asentados a orillas del lago.
Así era la vida entre calles empedradas y burritos cargados de leña, donde la gente vestía de manta, faja roja, huaraches, sombrero y un rosario de cuentas negras colgado del pecho. Eran los años 20.
“No existen aguas más bellas en ningún lugar del mundo que las de Chapala y Pátzcuaro”, dice una crónica de 1922 sobre los icónicos lagos mexicanos. Foto: Archivo/EL UNIVERSAL.
La escena nocturna contrastaba con la energía de las familias de bañistas que viajaban desde lejos para conocer el lago más extenso de México , rodeado de casas e iglesias que hacían juego con los cerros circundantes.
El comercio era escaso. Había unas cuantas tiendas de ropa y abarrotes, varias cantinas, una botica, algunas fondas, un mercado y puestos de dulces a lo largo de las calles más solitarias por donde pasaba el vendedor de nieves, gritando:
“¡Nieve, nieve!
Hay de limón para el corazón;
de piña, para la niña;
de fresa, para Teresa;
de perón, para Ramón;
de tuna, para la Luna.
¡Nieve, nieve!”
En 1867 el hacendado Ignacio Castellanos intentó convencer al presidente Benito Juárez de construir un dique. El gobierno realizó una consulta sobre el proyecto y concluyeron que llevarlo a cabo significaría el fin del lago y las comunidades que dependían de él. Foto: Archivo/EL UNIVERSAL
El Lago de Chapala se ubica entre Jalisco y Michoacán y comenzó a formarse hace 50 millones de años por movimientos tectónicos y su extensión original era de 30 mil kilómetros cuadrados.
A principios del siglo XX tenía una superficie de mil 500 kilómetros cuadrados. Sin embargo, hacendados de la región decidieron secarlo porque sus propiedades se inundaban, y también porque querían aprovecharlo para sus cultivos o pastoreo de ganado.
Eran tierras fértiles y buscaron la manera de aprovecharse de ellas. Así el lago se redujo a mil 200 kilómetros cuadrados alrededor de 1910, casi la extensión que tiene hasta nuestros días.
En temporada alta las familias adaptaban rincones de su casa como pensiones de huéspedes para obtener un ingreso extra. Foto: Archivo/EL UNIVERSAL
Ochenta por ciento del Lago de Chapala se ubica en Jalisco y el resto en Michoacán. Gracias al agua evaporada por el lago, el clima de la región es de tipo semiseco y semicálido con inviernos templados.
“De no existir Chapala, el clima de una amplia zona que incluye por supuesto la misma ciudad de Guadalajara sería de tipo semiárido”, escribió la investigadora Luisa Paré en 1989 sobre los posibles problemas ambientales a partir del nuevo milenio:
“Aquí se presenta y perfila un problema complejo, porque si bien las necesidades de agua para la población son innegables e ineludibles, la demanda creciente excede las capacidades del lago. Si esa capacidad es rebasada, se puede generar una alteración al ambiente ”.
Los niveles más bajos registrados en el Lago de Chapala ocurrieron a finales de los años 40 y hasta mediados de los 50. Foto de los años 20. Las líneas rojas indican los cortes que hicieron para publicarla en el periódico. Archivo/EL UNIVERSAL
El Lago de Chapala es la principal fuente de abastecimiento de agua para la zona metropolitana de Guadalajara . Luisa Paré hizo un llamado temprano sobre el tema y vislumbró conflictos ambientales entre los usuarios del agua. Las causas: el uso desmedido del lago y el rápido crecimiento poblacional.
El investigador Ignacio Íñiguez Dávalos coincide con esta postura. Agrega que los derrames de productos químicos y el crecimiento de lirio acuático (planta considerada una plaga por su daño al ecosistema), también han impactado negativamente sobre la zona.
Pero ante toda adversidad, en los años 80 la Sociedad Pro-Defensa del Lago y organizaciones de agricultores afectados por la contaminación lucharon por la protección de Chapala.
Instituciones como el Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral de la Comunidad Rural, la Escuela Secundaria Pesquera Técnica en Jamay y la Preparatoria Pesquera de Jocotepec, entre otros, también se unieron a la causa.
Sin embargo, la duración de los periodos políticos fue un problema a la hora de iniciar acciones a favor del medio ambiente. Así que los programas iniciados durante una gestión concluían con el cierre de ésta.
El Lago de Chapala se localiza al oriente de Jalisco y al noroeste de Michoacán. Imágenes satelitales del Lago de Chapala en 1986 (inferior) y 2001 (superior). Puede notarse la desecación del lago. Imágenes: NASA. https://bit.ly/32t9ppy
En 2009 se conformó la Asociación Intermunicipal para la Protección del Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable del Lago de Chapala (AIPROMADES), que busca soluciones a los problemas ambientales del cuerpo de agua. Su director, Gabriel Vázquez, explica que 16 municipios vinculados al lago trabajan en conjunto con financiamiento estatal:
“Es un problema hidrológico que excedía la división política de los municipios. [Necesitábamos] un enfoque regional que fuera más allá de los tiempos políticos para establecer una agenda ambiental de mediano y largo plazo”, dice.
También explica que los problemas del lago no se pueden resolver de manera inmediata pues tienen múltiples causas. Por ejemplo, se enfrentan a la contaminación del Río Lerma , cuyo cauce lleva residuos que va arrastrando hacia el lago.
En el lago habitan 21 especies de mamíferos medianos y grandes. Investigadores de la Universidad de Guadalajara elaboraron una interesante guía dirigida a todo público. Está disponible de manera gratuita, aquí: https://bit.ly/2wXSdNp. Foto: Archivo/EL UNIVERSAL
Pero el principal obstáculo es el crecimiento desmedido de la población. En el territorio que la asociación cubre viven al menos 650 mil personas que diariamente generan 600 toneladas de basura. Es un problema multifactorial que intentan resolver en conjunto, hasta donde sus facultades y capacidades técnicas llegan.
Con los talleres de educación ambiental y proyectos de ingeniería han protegido áreas naturales en las montañas cercanas para asegurar que se cumpla el ciclo hidrológico que mantiene al Lago de Chapala .
“Nosotros no podemos incidir en el cuerpo de agua pero sí en las condiciones asociadas. Esta iniciativa [propone] que los municipios empiecen a hacerse responsables de su agenda ambiental”, opina Vázquez.
Después de Chapala, los siguientes lagos con mayor área y volumen de almacenamiento son: Cuitzeo y Pátzcuaro (Michoacán), Yuriria (Guanajuato) y Catemaco (Veracruz), según datos de la CONAGUA. En la imagen, un atardecer en el Lago de Chapala. Escenas de los años 20 en el Lago de Chapala. Foto: Archivo/EL UNIVERSAL.
Chapala, cuyo nombre viene del náhuatl “lugar de ollas pequeñas” o “lugar de chapulines sobre el agua”, hoy comparte espacio con fraccionamientos, contaminación y rápido crecimiento urbano. Ojalá que sus olas arrulladoras nunca se callen.
Fuentes:
Hemeroteca y archivo fotográfico de EL UNIVERSAL.
Entrevista a Ignacio Iñiguez Dávalos, investigador de la Universidad de Guadalajara.
Entrevista a Gabriel Vázquez, director de la AIPROMADES.
Texto "Guía de mamíferos de la Cuenca del Lago de Chapala" (2019). Autores: Carlo Cuevas, Ignacio Iñiguez-Dávalos y Luz Mariana Nava Gómez. https://bit.ly/2wXSdNp
Ficha técnica del Lago de Chapala, de la Comisión Estatal del Agua Jalisco.
Libro “Los pescadores de Chapala y la defensa de su lago”, de Luisa Paré (1989). Acceso: https://bit.ly/395QRy5
“¿Sabes cuál es el lago más grande de México?”, artículo de la Comisión Nacional del Agua.
Mapa del Lago de Chapala en 1817. Fuente: Mapoteca Manuel Orozco y Berra
Mapa del Lago de Chapala en 2019. Fuente: https://bit.ly/2wXSdNp