La interrupción del embarazo es una práctica de la que se tienen registros arcaicos en México. Durante la época prehispánica 150 mujeres embarazadas por Moctezuma Xocoyotzin, último gobernante de la ciudad de Tenochtitlan, se vieron obligadas a abortar, pues contravenía los intereses políticos y sociales del imperio.
El aborto era castigado severamente, pero para tal fin se usaban plantas que aún podemos encontrar en el país y de las que profundizaremos más adelante.
La antropóloga Margarita Nolasco en el libro El aborto en México escribe: “En México, todos los grupos indígenas conocen alguna practica abortiva y la utilizan en algún momento”, las técnicas empleadas “se pueden llamar mecánicas, como la de golpearse el estómago, hasta la ingestión de brebajes más o menos eficaces, pasando por toda clase de recursos”.
Sin embargo, para entender lo que implicaba un aborto para los habitantes mexicas en la época prehispánica es necesario comprender cómo concebían la vida y la muerte. La población mexica percibía el espacio-tiempo, la naturaleza y sus cambios, y a partir de ello se regía su posición frente al universo.
Códice Florentino, manuscrito también conocido como Historia General de las cosas de Nueva España. Libro 6, Capítulo 27: “de como una matrona parienta […] habla a la partera para que se encargue del parto de la preñada y de cómo la partera responde aceptando el ruego”.
“La presencia del día y la noche, de lo frío y lo caliente, del nacer y el morir, son apenas unas cuantas realidades que lo llevan (al Hombre) a vivir dentro de un mundo de dualidades que le son propias”, dice Eduardo Matos Moctezuma en La muerte entre los mexicas.
La existencia de las personas era fundamental, Ernesto de la Torre en el artículo El nacimiento en el mundo prehispánico dice: “el estado y la sociedad toda, se interesaban en su viabilidad” e incluso se preponderaba el alumbramiento de los bebés a la vida de la madre y si ésta moría durante el parto se le llamaba mocihuaquetz , que significaba mujer valiente.
La sexualidad estuvo condicionada por el Estado. La sociedad mexica se apoyó de su sistema ideológico para conducir “la procreación femenina en la dirección deseada, según las necesidades coyunturales de la estructura económica”, cuenta María De Jesús Rodríguez en Mujer y familia en la sociedad mexica.
Las mujeres estaban obligadas a permanecer “vírgenes” hasta el matrimonio, renunciar a actividades premaritales y extraconyugales; además se veían obligadas a casarse con el primer hombre que “las solicitara” porque si se negaban corrían el riesgo de ser violadas por el rechazado.
A las mujeres que morían durante el parto se les llamaba mocihuaquetz, mujeres valientes, posteriormente eran divinizadas y nombradas Cihuateteo. Sus figuras suelen llevar el pecho desnudo, falda y cinturón de serpientes. La representación del Museo de Antropología e Historia lleva pintura negra alrededor de la boca como vínculo a la deidad Tlazolteotl; Diosa partera, de la fertilidad y de las hierbas. Cortesía/Janet Membrila.
De acuerdo con María de Jesús Rodríguez, “se inculcaba en las mujeres la idea de que su más importante función en la vida era la maternidad ; se les hacía creer que los dioses las habían creado sólo para dar a luz guerreros que engrandecieran el señorío”. Es por ello que la esterilidad se veía como un castigo divino.
Y aunque Alfredo López Austin señala en Cuerpo e ideología que si bien existían cihuatlatoani , mujeres que ocuparon puestos políticos importantes, “en términos generales, la sociedad enaltecía el valor de lo masculino”, tanto en la base campesina como en la cima con la nobleza de los pueblos nahuas.
López Austin también explica que en Tenochtitlan el imperio se fundamentaba en “la explotación del trabajo de los grupos tributarios”, por esta razón las políticas promovían que hombres y mujeres contrajeran matrimonio a una temprana edad y tuvieran descendencia.
Así, “cada vez que un macehualli [un natural] contraía nupcias ingresaba en el padrón como tributario. La maternidad no sólo era alentada, era impuesta”, dicen las especialistas en arqueología de género María Rodríguez-Shadow y Lilia Campos Rodríguez en el libro Género y sexualidad en el México antiguo.
En una sociedad principalmente agrícola y bélica reproducirse era un mandato. Por esta razón el aborto era criminalizado, María Rodríguez-Shadow y Lilia Campos Rodríguez establecen que “todas las prácticas que no contribuyeran al crecimiento poblacional estaban castigadas con la pena de muerte: el lesbianismo , el aborto inducido , el infanticidio , entre otros”.
Aun así hay registros en los que se trasgreden estas leyes prehispánicas.
La medicina herbolaría es una práctica que proviene de la época precolombina, esta aún se realiza en el país, sobre todo en zonas rurales. Las mujeres son reconocidas como poseedoras de conocimiento en el uso de plantas . Año 1988 Archivo/EL UNIVERSAL.
Aborto sí, solo si afecta a los gobernantes
La doctora en ciencias antropológicas, María J. Rodríguez-Shadow, dice en su libro La mujer azteca : “En Tenochtitlán, el aborto inducido se consideraba un acto criminal gravísimo”, por ello, “las prácticas abortivas se castigaban con pena de muerte, no sólo para la usuaria, sino también para la curandera que lo provocaba”.
Sin embargo, el aborto sí se permitió a las concubinas o esposas secundarias del gobernante supremo, “pues había dificultades para que sus hijos (ilegítimos) heredaran privilegios”.
El historiador Alfredo López Austin cuenta que en un tiempo el tlatoani (gobernante), Moctezuma Xocoyotzin, embarazó a “150 esposas” que tuvieron que abortar “porque tal número de hijos del señor presentaba problemas graves de derechos nobiliarios”.
El doctor Austin López expone: “El mencionado caso de los abortos de las mujeres de Moctezuma Xocoyotzin puede ser considerado excepcional y justificado por razones de necesidad política que rebasaban los ámbitos jurídicos y morales”.
La forma de lograr el aborto era mediante la ingestión de brebajes; las mujeres buscaban a las curanderas y parteras que les proporcionaban hierbas para interrumpir el embarazo.
Mexicas aborteras
En la época prehispánica las parteras, llamadas tlamatquiticit , tuvieron un papel significativo por ser consideradas especialistas en salud; ellas eran reconocidas a nivel social por su labor en cuidados antes, durante y después del parto .
Con la llegada de los españoles al actual territorio mexicano las parteras fueron perseguidas por los colonizadores religiosos y aunque brindaban sus servicios de manera clandestina se disminuyó el número de mujeres sabias que brindaban servicios para el cuidado del parto, abortar e incluso como consejeras. Códice Florentino, Libro VI.
La atención que ellas brindaban, además de la aplicación de brebajes obtenidos de las plantas , incluía la práctica de ritos , las intervenciones quirúrgicas y baños medicinales de acuerdo con Ericka García, Dulce María Guillen y Margarita Acevedo en su artículo Humanismo durante la atención del trabajo de parto.
El libro Brujas, parteras y enfermeras , de Barbara Ehrenreich y Deirdre English habla sobre la historia de las mujeres en la salud y considera que ellas siempre han sido sanadoras: “sabían procurar abortos y actuaban como enfermeras y consejeras. Las mujeres fueron las primeras farmacólogas con sus cultivos de hierbas medicinales , secretos de cuyo uso se transmitían de unas a otras”.
En la época precolombina incluso se adoraba a una diosa de las hierbas medicinales, su nombre era Temazcalteci , también conocida como Tlazolteotl , abuela de los baños, “adorabanla los médicos, y los cirujanos, y los sangradores, y también las parteras , y las que dan yerbas para abortar”, de acuerdo con Historia general de las cosas de la nueva España de fray Bernardino de Sahagún.
Temazcalteci, también nombrada Tlazolteotl, y conocida como abuela de los baños, era la diosa de las hierbas medicinales de la época prehispánica. Cada año se realizaba una fiesta para adorarla y su imagen la colocaban en baños y temazcales. La deidad se caracterizaba por tener la boca y garganta teñidas con goma negra, chaleco, enaguas blancas y sandalias; incluso una cabeza de cocodrilo como tocado. Cortesía/Janet Membrila.
A decir del ingeniero en agronomía y especialista en medicina herbolaría por la Universidad Autónoma de Chapingo, Axayacatl Cuevas Coeto, anteriormente la planta de barbasco se llegó a emplear para provocar abortos en los pueblos antes de la colonización española.
La especie barbasco, perteneciente al género discorea, “era empleada por parteras o mujeres para procurar el embarazo y parto , pero en dosis altas se provocaba el aborto . Mediante la observación, practica e ir experimentando, las mujeres se dieron cuenta de ello”, cuenta el agrónomo.
Hay diferentes especies que reciben su nombre, pero la “Dioscorea composita y D. bartletii, o ‘cabeza de negro´ […] han constituido la materia prima en la industria de las hormonas esteroides sintéticas”, según la académica de la Facultad de Ciencias, Nina Hike.
De acuerdo con la académica en su artículo El barbasco , se trata de una de las plantas menos conocida, pero muy importante en la industria farmacéutica para la creación de anticonceptivos.
La planta barbasco, de la especie discorea, crece en modo de enredadera, sus hojas tienen forma de corazón y sus raíces parecidas a un camote. Cortesía/Janet Membrila.
Actualmente, el barbasco no se asocia como planta con propiedades para inducir abortos sino para aliviar la tensión muscular, pero el agrónomo Axayacatl Cuevas puntualiza: “El barbasco también tiene estas propiedades para los músculos, hay que recordar que cuando se provoca un aborto se dan contracciones musculares en la zona vaginal ”.
Hoy por hoy la ruda es reconocida como una de las plantas empleadas para interrumpir un embarazo; sin embargo, el agrónomo Axayacatl menciona que ésta provino de Europa después de la Conquista.
En el Mercado de Sonora , en la alcaldía Venustiano Carranza de la Ciudad de México (CDMX), aún se pueden encontrar estas plantas viejas.
Pero, el tema es tabú para los comerciantes; entre los pasillos olorosos a hierbas, veladoras “para dominar a tu pareja” y “muñecos voo doo ” los comerciantes evadían el tema al momento de solicitar información sobre hierbas abortivas y respondieron a esta reportera que “sólo trabajan con plantas sanativas ”.
Luis Ernesto Miramontes Cárdenas, de la Facultad de Química, colaboró en la creación del primer anticonceptivo oral para las mujeres en 1951; en la imagen se ve mostrando la planta barbasco a un empresario de los laboratorios Syntex, S. A productores de hormonas esteroides en México. Crédito Mediateca INAH.
Hombres sacando el tubérculo de la planta conocida como barbasco o cabeza de negro. Crédito Mediateca INAH.
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Y a pesar de que los comerciantes desconocen al barbasco como una especie para ocasionar abortos, una vendedora comentó que la planta zoapatle sí se puede emplear para esta práctica. El zoapatle es un arbusto ramificado que se vende desde diez pesos el ramo en el lugar.
El especialista en herbolaría, Axayacatl Cuevas, considera que aún hay un gran número de población que recurre a las plantas para curar alguna enfermedad e incluso interrumpir un embarazo: “Hay poblados o comunidades indígenas, muy marginadas donde las mujeres son víctimas de violaciones y muchas se ven obligadas a abortar mediante el uso de estas hierbas”.
Pero provocar un aborto con herbolaría puede ser riesgoso, “Todo uso de plantas o fármacos sin supervisión es peligroso y en el caso del aborto puede provocar hemorragias e incluso la muerte”.
Planta de Zoapatle, conocida por poseer propiedades abortivas; se puede encontrar a la venta en el Mercado de Sonora en la Ciudad de México. Cortesía/Gabriel Sánchez Pozos.
Después de más de 500 años la cosmovisión, políticas y diversas circunstancias se han trasformado. En la CDMX se dejó de tipificar como delito la interrupción del embarazo antes de 12 semanas, desde el año 2007 y Oaxaca fue la segunda entidad en la que se despenalizó el aborto, el presente año, en la República.
Pero aún hay otros 30 estados en donde el aborto es criminalizado en sus leyes estatales pese a que desde la época prehispánica las mujeres abortan, las otras mexicanas todavía se encuentran a la espera de que sus derechos sexuales y reproductivos se garanticen, de que el aborto sea legal y seguro; de poder decidir sobre su propio cuerpo.
Nuestra fotografía principal ilustra a una curandera y a una mujer; pertenece a Historia General de las cosas de Nueva España, al igual que nuestra fotografía comparativa antigua. La foto actual presenta a una partera en 1988 y es del archivo de este diario.
Fuentes
- De Mattos Álvarez María Dulce, No para siempre en la tierra, Revista Casa del Tiempo, México: Universidad Autónoma Metropolitana, Cariátide, Noviembre 2001.
- Barbara Ehrenreich y Deirdre English, Brujas, parteras y enfermeras. Una historia de sanadoras, La Sal Barcelona: España, 1981, pp 4-19.
- Revista CONAMED, “Humanismo durante la atención del trabajo de parto”, vol.15, núm. 3, julio-septiembre, 2010, pp. 152-154.
- López Austin Alfredo, Cuerpo humano e ideología, “la edad y el sexo”, México: UNAM, Instituto de Investigaciones Antropológicas, pp. 319-353.
- Sahagún Bernardino, Historia General de las cosas de Nueva España, Libro I, 1829, Capitulo VIII, México: Imprenta del ciudadano Alejandro Valdés, pp.6.
- Sahagún Bernardino, Historia General de las cosas de Nueva España, Libro VI, Volumen II, 1829, pp.6. [En línea]. https://www.wdl.org/es/item/10096/view/2/269/
- Rodríguez María de Jesús, Presencia y trasparencia: la mujer en la historia de México “Mujer y familia en la sociedad mexica”, Colegio de México: México, pp. 21-38.
- De la Torre Villar Ernesto, El nacimiento en el mundo prehispánico, Revista Estudios de cultura Náhuatl, No. 34, 2003, pp 369- 390.
- Nolasco Margarita “Opiniones”, El aborto en México, México: Fondo de Cultura Económica, 1976, pp. 34-39.
- Rodríguez- Shadow María J. y Lilia Campos Rodríguez, “Concepciones sobre las sexualidades de las mujeres entre los aztecas”, Género y sexualidad en el México antiguo, México: Centro de Estudios de Antropología de la Mujer, 2011, pp. 99- 118.
- Entrevistas al ingeniero en Agronomía y especialista en Hewrbolaría Axayacatl Cuevas Coeto.
- Hinke, Nina, “El barbasco”. Revista Ciencias, No 89, 2008 enero-marzo, México: Facultad de Ciencias, UNAM, pp 54-57. [En línea]
- Ciudad de México, Interrupción Legal del Embarazo (ILE). Estadísticas abril 2007- 26 de septiembre 2019, Sistema de Información de Interrupción Legal del Embarazo