El conflicto Israel-Palestina está en uno de sus momentos más tensos y el mundo no permanece indiferente, menos los jóvenes. Colectivos estudiantiles emprendieron protestas contra acciones israelíes, en un suceso que desde 1968 no se veía con tanta fuerza: manifestación juvenil a gran escala.
Los años 60 fueron un periodo conflictivo, con polarización geopolítica, tensión armamentista, guerra e injusticias sociales; era cuestión de tiempo para que los jóvenes exigieran un cambio en el panorama global.
Se convirtieron en actores históricos
De acuerdo con Judit Bokser y Federico Saracho, investigadores sociales, 1968 “simboliza a una generación que emerge como actor social, con nuevos códigos culturales que confrontan lo existente como opción agotada”.
En plena globalización y transnacionalismo, jóvenes de distintos países se miraron para seguir motivaciones ideológicas y sociales. Ya no eran individuos aislados luchando contra la represión en su localidad, eran parte de un colectivo internacional que quiso cambiar al mundo.
En Europa, los manifestantes se unieron contra el capitalismo; mientras que en Estados Unidos proliferó el rechazo a la guerra y contra la segregación racial; en tanto, en naciones soviéticas se protestó contra la represión socialista; y en países de Latinoamérica se denunció la opresión.
De acuerdo con el investigador Roberto Rodríguez, “los rígidos controles representaban una camisa de fuerza sofocante” para los jóvenes enfurecidos y sus protestas sólo recibieron severas muestras de represión en cada país.
Europa, América y hasta África tuvieron insurrecciones juveniles
Aunque los movimientos estudiantiles de 1968 se dieron en contextos y circunstancias diferentes, la mayoría de ellos tuvo exigencias parecidas, sobre todo, por la tendencia global enmarcada por la represión y falta de diálogo.
Entre los levantamientos más importantes estuvo el Mayo francés, con miles de estudiantes franceses denunciando el autoritarismo y la “sociedad del consumo”, para después recibir entre sus filas una causa mucho más inmediata: la lucha de los obreros.
Polonia fue otro país europeo con levantamientos. Las protestas comenzaron por el gremio teatral y universitario a causa de la censura artística. Como respuesta, la fuerza pública excedió la represión, lo cual provocó que varios poblados demostraran su descontento.
América Latina no se quedó atrás en estas manifestaciones. México nunca olvidará la matanza de sus estudiantes en 1968 (el 2 de octubre), pero no fue el único país del “nuevo mundo” con protestas encabezadas por su joven población.
Brasil tuvo importantes insurrecciones estudiantiles en contra de la dictadura militar brasileña. La respuesta gubernamental fue agresiva y cobró la vida de varios jóvenes.
El continente africano también tuvo protestas en 1968. Sudáfrica, entonces inmerso en un gobierno del Apartheid, vivió las manifestaciones de la Universidad de Cape Town —institución para blancos—, motivadas por la injusta segregación ejercida contra el profesor negro Archie Majefe.
Fue el año de 1968 el de los estudiantes inconformes, el momento que tuvieron para consagrarse como una fuerza colectiva y consciente.
De los movimientos de aquel año, ninguno tuvo éxito inmediato en sus exigencias, pero marcaron un antes y un después en los levantamientos estudiantiles.
Ahora, jóvenes de todo el mundo se unen otra vez a favor de Palestina en el conflicto con Israel, tal vez la guerra más antigua y complicada de la historia que no llega a su fin.