quedó sumida este miércoles en una nueva crisis, de dimensiones imprevistas, con una de tres horas que derivó en una denuncia que deja al presidente en la tablita.

La comunidad internacional, de derecha, izquierda o centro, condenó igualmente el intento de golpe encabezado por el –con la notable excepción del presidente argentino, Javier Milei-.

Parecía un regreso a los tiempos del pinochetismo, del fujimorismo. La primera hipótesis era que el objetivo de Zúñiga era dejar fuera de la jugada al expresidente Evo Morales y su intento de conseguir, a pesar de que la ley se lo prohíbe, la candidatura de su partido MAS a la Presidencia para las elecciones 2025.

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El empeño de Morales de regresar al poder ha desatado profundas divisiones en un país que tuvo que abandonar en 2019, en medio de acusaciones de elecciones fraudulentas, también entonces, por sus esfuerzos de mantenerse al mando.

La duda era: ¿por qué entonces emprender un golpe contra Arce, enfrentado también con Morales a pesar de pertenecer al mismo partido y de rechazar los intentos de éste por una nueva reelección?

El anuncio de Zúñiga de que pretendía nombrar un nuevo gabinete, reconociendo “por ahora” a Arce como el mandatario, no ayudó a calmar las cosas.

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Pero la denuncia que podría explotarlo todo, a pesar de que aparentemente fue el fin de la asonada, fue la que hizo el propio Zúñiga ante los medios, en lo que fue parte de una intentona golpista “al aire”, transmitida en vivo en cada uno de sus momentos. El destituido comandante de las Fuerzas Armadas acusó directamente a Arce de estar detrás de lo ocurrido este miércoles, de haber ordenado a Zúñiga “sacar los tanques” para así mejorar la popularidad de un mandatario cuya imagen está por los suelos.

 Frenan en Bolivia golpe; acusan al presidente
Frenan en Bolivia golpe; acusan al presidente

¿Golpe o show? Es la duda que hoy prevalece entre los bolivianos que vivieron momentos de pánico; para algunos, las escenas parecieron emular las del golpe encabezado en 1971 por el militar Hugo Banzer.

El saldo de la intentona, afortunadamente, fue de cero víctimas y, tres horas después de que se desató el caos, un Arce triunfante salía a anunciar el restablecimiento del orden democrático.

¿Será así? Considerando las ambiciones políticas de Morales, y la gravedad de la denuncia de Zúñiga, parece poco probable que la tranquilidad regrese a Bolivia. Los cuestionamientos crecen al paso de las horas respecto a lo que pasó, por qué pasó, y a quién beneficia.

Son horas clave para Arce. Si logrará mantenerse en el poder, si fortalecerá su imagen o, por el contario, comienza el camino al abismo, se verá en los próximos días.

Intento de golpe de Estado en Bolivia. Militares intentan ingresar por la fuerza al palacio presidencial. EFE/ Luis Gandarillas
Intento de golpe de Estado en Bolivia. Militares intentan ingresar por la fuerza al palacio presidencial. EFE/ Luis Gandarillas
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