Texto: Cristina Hernández
A las 3:52 de la mañana, un sismo de 7.2 grados sacudió los estados de Puebla y Veracruz dejando un saldo de 490 muertos y 972 heridos en ambas entidades. Según reportó este diario hubo más de 300 víctimas tan solo en la zona de Orizaba, Veracruz; mientras que la mitad de Ciudad Serdán, en Puebla, quedó destruida e incomunicada durante varias horas.
Fue el 28 de agosto de 1973 cuando la búsqueda de restos humanos inició en ambos estados a los pocos minutos de registrado el temblor. El presidente Luis Echeverría llegó a la zona afectada para coordinar los rescates y ayudar a los damnificados; además, ordenó que la coordinación quedara en manos de la Secretaría de Gobernación.
A las 3:52 de la mañana, un sismo de 7.2 grados sacudió los estados de Puebla y Veracruz dejando un saldo de 490 muertos y 972 heridos en ambas entidades. Según reportó este diario hubo más de 300 víctimas tan solo en la zona de Orizaba, Veracruz; mientras que la mitad de Ciudad Serdán, en Puebla, quedó destruida e incomunicada durante varias horas.
Fue el 28 de agosto de 1973 cuando la búsqueda de restos humanos inició en ambos estados a los pocos minutos de registrado el temblor. El presidente Luis Echeverría llegó a la zona afectada para coordinar los rescates y ayudar a los damnificados; además, ordenó que la coordinación quedara en manos de la Secretaría de Gobernación.
El terremoto que mató a 490 personas en 1973
En Veracruz, las poblaciones más afectadas fueron hacia el sur, como Orizaba, Santa Rosa, Río Blanco y Córdoba, entre otras localidades. En cuanto a Puebla, el municipio de Ciudad Serdán fue el más dañado con al menos 150 personas, además de la destrucción de varios hospitales, templos, edificios públicos y casas. Horas más tarde de la tragedia se registró la lluvia.
Los trabajos implicaron la remoción de toneladas de piedra, arena y cemento, por lo que se veía correr a grupos de voluntarios, socorristas y elementos del Ejército Nacional que colaboraban para ayudar a encontrar a las víctimas entre los escombros.
El terremoto que mató a 490 personas en 1973
La información refiere que un edificio de departamentos se derrumbó y solo cuatro de las catorce familias que lo habitaban sobrevivieron. Alrededor de 50 personas quedaron sepultadas bajo las piedras. Tres horas después del sismo se rescataron a siete víctimas de entre las ruinas del edificio. Además de viviendas hubo iglesias muy afectadas como la de Santa Gertrudis, en Orizaba.
Casas dañadas y escasez de ataúdes en Ciudad Serdán
En Ciudad Serdán, Puebla, la mitad de las casas del municipio se cayeron ocasionando la muerte de cerca de 200 personas. El pueblo quedó aislado por varias horas debido a que la luz, líneas de teléfono y de telégrafo dejaron de funcionar.
Comenzó a escasear el agua y los habitantes temían ser víctimas de rapiña, además de que incrementaba la preocupación sobre qué ocurriría si faltaban los alimentos.
Comenzó a escasear el agua y los habitantes temían ser víctimas de rapiña, además de que incrementaba la preocupación sobre qué ocurriría si faltaban los alimentos.
El terremoto que mató a 490 personas en 1973
Las cinco funerarias de la entidad quedaron rebasadas y hubo escasez de ataúdes para los cadáveres; en su lugar, los muertos se cubrieron con sábanas y sarapes. El presidente municipal, Agustín Ruiz calculó que entre las ruinas de las casas podría haber hasta cien personas.
Doce horas después del movimiento telúrico, el gobernador de Puebla, Guillermo Morales, llegó a Ciudad Serdán donde aseguró que recorrería la mayor parte de la zona afectada.
Según algunos testimonios recopilados por este diario, los habitantes que salieron de sus casas aseguraron haber visto destellos rojos durante “los 110 segundos que duró el bailoteo de la tierra”, que ellos sintieron como “infinitos”.
Fuente: Hemeroteca EL UNIVERSAL
Doce horas después del movimiento telúrico, el gobernador de Puebla, Guillermo Morales, llegó a Ciudad Serdán donde aseguró que recorrería la mayor parte de la zona afectada.
Según algunos testimonios recopilados por este diario, los habitantes que salieron de sus casas aseguraron haber visto destellos rojos durante “los 110 segundos que duró el bailoteo de la tierra”, que ellos sintieron como “infinitos”.
Fuente: Hemeroteca EL UNIVERSAL