Con una mayor proporción de la población mundial ya vacunada, había una gran esperanza de que las economías del mundo se recuperaran para mediados de 2021. Sin embargo, en los Estados Unidos, aunque si hubo una recuperación, no fue tan elevada como se esperaba y pareció detenerse a mediados del año, debido a la variante Delta del Covid, y a la reticencia de muchas personas para vacunarse.
El producto interno bruto (PIB) de ese país solo creció en 2% anualizado entre julio y septiembre de este año. Aun así, se espera que llegue al 6% en todo el año. Esa tasa es relevante para México, porque normalmente los dos países crecen a tasas similares debido a la interconexión de las dos economías.
Tampoco los empleos se recuperan significativamente en los dos países. Muchos trabajadores en los Estados Unidos no han regresado a sus empleos por el temor de contagiarse o por tener parientes contagiados, especialmente en actividades de servicios. Los trabajadores más afectados fueron mujeres, trabajadores de bajos salarios, afroamericanos y latinos, y los menos educados, la mayor parte en el sector de servicios, por ejemplo, turismo, hoteles restaurantes, cines.
Curiosamente, lo que si se recuperó fue la demanda de mercancías, lo cual generó problemas inesperados para ofrecer esos bienes, en lo que el diario El País ha llamado “el gran atasco global en las cadenas de suministro”. La población norteamericana había generado ahorros por haber reducido sus gastos durante la pandemia. Cuando la demanda atrasada se quiso poner al día, la respuesta fueron los cuellos de botella, especialmente porque gran parte de sus bienes de consumo son importados: muebles, ropa, artículos electrónicos, bicicletas. Esto saturó los puertos del Pacífico, que reciben las importaciones del Oriente: las terminales de contenedores se llenaron y muchos barcos no podían descargar sus productos.
Ante el problema, el presidente Biden propuso que los puertos abrieran durante 24 horas, pero eso no resolvía los problemas de infraestructura, ni la carencia de choferes, almacenes y camiones.
A eso se agrega la falta de los chips (semiconductores) que usan los automóviles y los bienes de consumo durable. Todo esto ha llevado a elevar los precios allá hasta una tasa de 5.4% en octubre de 2021. Consecuentemente, en México la inflación llegó a una cifra de 6.0% anual en octubre, el doble del rango esperado por el Banco de México, con algunos bienes elevándose mucho más, como alimentos y energéticos.
Para 2021 en su conjunto, el Banco de México y el INEGI esperan un crecimiento del producto de 6.2%, pero el crecimiento de la industria sería de sólo 4%, probablemente afectada por la escasez de insumos importados. Sabemos además que este gobierno ha invertido menos que los gobiernos anteriores, y que la inversión que se concentra en tres proyectos prioritarios tendrá escasos efectos sobre el crecimiento del producto mexicano.
Incluso la inversión fija bruta ya venía decreciendo desde el 2018, antes de que llegara el Covid. Por otra parte, es cierto que el consumo privado sí se ha recuperado desde 2020, pero aún en este momento no ha alcanzado el nivel de antes de la crisis por Covid (ver “Panorama Económico de Coparmex”, Septiembre 2021.)
Los efectos por el encierro por el Covid durante 2020 fueron serios: en febrero de 2021 la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) informó que cerca de 90 mil restaurantes cerraron. Además, las restricciones sanitarias y la baja demanda llevaron a la pérdida de 20.7 millones de turistas internacionales, mientras que las aerolíneas perdieron 57% de sus pasajeros –alrededor de 11.2 millones de usuarios.
Con la mitad de la mano de obra en actividades informales, la recuperación de esos empleos ha sido más compleja. Especialmente complicado fue el panorama para los pequeños negocios o microempresas. En diciembre de 2020 Forbes Staff publicó que más de un millón de micro, pequeñas y medianas empresas mexicanas en las que trabajaban casi 3 millones de personas cerraron de forma definitiva por la crisis. Los datos eran del INEGI (Ver: Más de 1 millón de micronegocios cierran definitivamente en México por Covid-19 (forbes.com.mx).
Se trata de un tema fundamental para las políticas gubernamentales: apoyar directamente a esas empresas pequeñas, más que subsidiar a grupos sociales con fines que parecen ser más político-electorales que de recuperación económica. El único programa que encuentro es el llamado Crédito a la Palabra con 1,500 millones de pesos para 60,000 apoyos a micronegocios en 2021. Una gota en el océano frente a un millón de microempresas quebradas.