El 2 de abril del año 2013 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley de Amparo que está vigente en México, la cual sustituye a la anterior que databa de 1936. Se han cumplido ya 10 años de su publicación y los cambios que ha traído al derecho mexicano han sido enormes.

Sobra decir que el juicio de amparo es el principal instrumento de defensa de las libertades y derechos en México. Aunque su origen remoto se encuentra en normas de mediados del siglo XIX, el amparo mexicano se ha ido modernizando y se ha sabido adaptar a los tiempos actuales, sobre todo por la influencia benéfica precisamente de la ley que ahora está cumpliendo sus primeros 10 años de existencia.

La Ley de Amparo que nos rige ha permitido que los jueces federales desarrollen interesantes conceptos como el del interés legítimo para promover el amparo, la suspensión con efectos anticipatorios, la ponderación entre interés social y apariencia del buen derecho en la medida cautelar suspensional, el concepto de autoridad para efectos del amparo, la declaración general de inconstitucionalidad, la forma en la que se integra la jurisprudencia (y ahora el precedente judicial vinculante), entre otras muchas cuestiones.

Ha sido gracias al juicio de amparo que se pudieron defender miles y miles de personas que fueron violentadas en sus derechos durante la pandemia, tanto personal médico como padres y madres de familia que buscaron a través del amparo conseguir las vacunas para sus hijos menores de edad que el gobierno insistía en negarles.

También el amparo ha sido la sede por excelencia para discutir sobre el apego a la Constitución de algunas ocurrencias y proyectos gubernamentales que no han estado muy apegados al marco constitucional que digamos. Han llovido los amparos por la devastación ecológica que produce la construcción del Tren Maya, por la desaparición de las estancias infantiles y las escuelas de tiempo completo, por el cierre de los refugios que protegían a las mujeres víctimas de violencia de género, por la negativa a dar información sobre todos esos proyectos de infraestructura y de políticas públicas, etcétera.

Para darle efectividad a la Ley de Amparo ha sido de la mayor relevancia el papel que han jugado los integrantes del Poder Judicial de la Federación. Particularmente, se han observado interesantes criterios de vanguardia por parte de personas juzgadoras muy jóvenes, que se han sumado a la carrera judicial federal en los más recientes concursos de oposición y que han traído consigo nuevas formas de argumentar sus sentencias y de encarar los litigios que deben resolver.

También la Suprema Corte ha tenido un papel de gran trascendencia para hacer efectivo el juicio de amparo, ya sea dirimiendo contradicciones de tesis (ahora llamadas contradicciones de criterios), conociendo de recursos de revisión para supervisar lo que iban dictando los Tribunales Colegiados de Circuito o bien ejerciendo su facultad de atracción para conocer de casos que le han permitido fijar importantes criterios de interpretación.

Los abogados mexicanos debemos sentirnos muy orgullosos del juicio de amparo, pero también debemos reconocer que siempre hay áreas de oportunidad en las que se debe poner mucha atención.

Por ejemplo, se debe mejorar la capacidad de ejecución de las sentencias de amparo, pues hay algunas que tardan mucho en ser cumplidas o que se cumplen a medias y de mala gana por parte de la autoridad sin que haya consecuencias. También se deben mejorar los plazos en los que se tramita y resuelve un amparo; la sobrecarga de asuntos que llegan al Poder Judicial de la Federación hace que su respuesta no sea tan pronta y expedita como sería deseable. Igualmente hay que afinar algunos criterios sobre la procedencia de cierto tipo de amparos (sobre todo cuando se promueven alegando el ya citado interés legítimo).

En fin, habría muchas cosas por reflexionar en materia de amparo, pero por lo pronto hay que valorar todo lo que ha cambiado y mejorado en los últimos diez años, deseando que los próximos diez también traigan también vientos de cambio del amparo mexicano.

Abogado constitucionalista.

@miguelcarbonell

Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, y muchas opciones más.