El próximo domingo tendrá lugar el LV Súper Tazón, y los derechos de propiedad intelectual tendrán una presencia tan relevante como la cancha y los jugadores.

Este evento confirma lo sostenido por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI): Los deportes y la propiedad intelectual tienen una indisoluble relación, al ser ésta una herramienta indispensable de protección, publicidad y comercialización. El futbol americano fue uno de los iniciadores de la mercadotecnia deportiva.

Las marcas tienen un papel protagónico en el gran juego, no sólo por dejar ganancias infinitamente mayores a las de la taquilla, sino por todo lo que ellas conllevan. Debemos recordar que las marcas que confluyen van desde las de los organizadores, equipos, empresas patrocinadoras, hasta las de los jugadores y artistas invitados al espectáculo de medio tiempo.

Tan sólo el valor de la marca Super Bowl, que representa negocios por más de 13 mil millones de dólares, se ve incrementado año tras año en aproximadamente 8%. Esto no podría ser de otra forma si tomamos en cuenta que los costos de los boletos para tener la exclusividad en tal o cual producto o servicio relacionado con el Súper Tazón, empiezan en 250 millones de dólares.

Los derechos de autor también son invitados de honor. Desde la autoría del trofeo Vincent Lombardi por parte de directivos de Tiffany & Co., hasta las canciones que se interpretan en el show intermedio, pasando por el software de los asistentes electrónicos del arbitro, así como aquellos utilizados en la correduría de apuestas. Los derechos de autor también estarán presentes en las crónicas, notas y fotografías que diversos periodistas y articulistas publicarán al respecto.

¿Y qué con los derechos conexos? No hay manera de olvidarlos, pues los tenemos desde el derecho del ejecutante del himno nacional por su interpretación, hasta los de los organismos de radiodifusión, como CBS, Fox y NBC, que son los que pagan los boletos más caros (mil millones de dólares) para asistir, transmitir y darse el lujo de cobrar 6 millones de dólares por 30 segundos de anuncio.

Las patentes, los modelos de utilidad y diseños no se pierden el juego. Para un mejor desempeño de los jugadores, encontramos en su vestuario, calzado y cascos, modelos, diseños e incluso patentes cuyo valor excede los cientos de millones de dólares. Aún sin saberlo, los televidentes —aproximadamente 185 millones alrededor del mundo— confirman el honor de contar entre los asistentes a estos derechos, al poder ver en sus televisores la “Virtual Primera y 10 Amarilla” protegida por una patente.

Los derechos de imagen de los jugadores no se quedan atrás. Todo lo que ello representa —nombre, marcas, patrocinios— se verá multiplicado en proyección y ganancias. De aquellos, se destaca el mariscal de campo Tom Brady, quien ha registrado y explota varias marcas, no sin antes haber tenido que luchar por ellas y estar en el reflector al protagonizar uno de los casos marcarios sobresalientes en 2020.

Así, los indiscutibles y grandes ganadores del Súper Tazón son la propiedad intelectual y todos aquellos que de una u otra manera nos beneficiamos de ella.

Consultor especialista en protección de innovación y Propiedad Intelectual.
Twitter: @MA_Margain

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