A lo largo de los últimos años, hemos sido testigos de una participación sin precedentes de organizaciones, asociaciones, colegios y cámaras en defender temas que, más que afectar a sus agremiados en su actuar diario, repercuten, no solo en su gremio, sino al país entero, ya en lo político, social y económico.
Las voces de los gremios se han hecho escuchar en los tres poderes, con temas que van, desde lo energético hasta temas de salud y no se diga de seguridad. Es común que muchas veces estas voces no concuerdan, y también que una u otra conllevan un interés particular que las hacen ver el árbol en lugar del bosque.
Guardando las proporciones, este fenómeno de participación y defensa de interés por la materia, no se ha presentado con la suficiente intensidad que el sistema de propiedad intelectual (PI) mexicano merece.
Somos varios los que hemos señalado y escrito que, gracias al T-MEC, contamos con la legislación más moderna y con un instituto con atribuciones que ya las quisieran varios. Sin embargo, ante la falta de actualización de dichas atribuciones, la voz de nuestro gremio no ha pasado de unos meros artículos y opiniones en periódicos y redes sociales. No hemos formulado propuestas, para que, junto con la autoridad, ese súper y poderoso IMPI pase del papel a la realidad.
La participación en pro de la materia, a través de seminarios, comunicados, posicionamientos y encuentros con autoridades, legisladores, juzgadores que se tuvo —años atrás— con las pláticas para hacer más efectivas las visitas de inspección; cuando la materia entró al imperio de la Ley Federal de Procedimiento Administrativo y la consecuente incertidumbre de la vía para impugnar o, recientemente con las reformas en materia de marcas, diseños e indicaciones geográficas y a la elaboración del proyecto de la ley actual, ha brillado por su ausencia. La materia clama por esta participación.
A la fecha, hay varios temas en los cuales el gremio de PI puede, y debe, participar. Uno de ellos, y que está vigente aún, es la inconstitucionalidad del artículo y fracción de la ley que resulta ser la causal de nulidad de registro de marca más utilizada (65% de las nulidades se basan en él). El tema estuvo vigente hace unos meses a raíz de una contradicción de tesis, que al final el Pleno de la Suprema Corte resolvió que no existía. Ante esto, la participación de asociaciones, colegios, cámaras, fue casi nula y la que hubo, dejó mucho que desear. Es obvio que dentro de los agremiados hay intereses contrarios, y siempre los habrá, pero la labor es velar por la materia.
Aún y cuando se resolvió que no había contradicción entre lo sostenido por las Salas de la Corte, el tema sigue vigente en el Pleno. El gremio no puede desaprovechar esta oportunidad para definir y fijar postura en pro del sistema de PI. Hay tiempo para generar lluvias de ideas, concluir y argumentar lo correspondiente ante los ministros. Sea cual sea la decisión de la Corte, el gremio deberá continuar el trabajo para que la materia haga frente a una segura nueva realidad.
El gremio tiene que ponerse las pilas ante la acción de inconstitucionalidad de las reformas a la Ley de Derechos de Autor en temas de contenidos en internet presentada por la CNDH. Se tiene que fijar postura en torno a la PI, a la seguridad que conlleva y a la defensa de ésta. Al respecto, hay agrupaciones que tienen y defienden la postura contraria, las cuales, a diferencia de las nuestras, sí se están moviendo.
Hay muchos otros temas que demandan ocuparnos en velar, defender y procurar más por la materia y el sistema. Desde variedades vegetales; propuestas de reforma en materia de ciencia y tecnología que inciden y se relacionan con la PI, hasta la demora, ya de dos años, en el nombramiento de la persona titular del instituto autoral. ¡Pongámonos las pilas! ¡A trabajar por la PI!
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