Para esta fecha no sólo 11 de los 15 nuevos gobernadores ya habrán tomado las riendas de sus estados, sino también habrán girado las órdenes para preparar y presentar, en tiempo, sus planes estatales de desarrollo.
En dichos planes se establecerán pilares, objetivos y líneas de acción de y para unas eficientes y efectivas administraciones estatales. Su finalidad es el desarrollo, implicando con ello seguridad, educación, progreso y crecimiento económico, para el bienestar de los estados y del país.
Es un hecho que en los rubros de educación y crecimiento económico se abordará temas de innovación, creatividad, industria y competitividad.
Siendo esto una realidad, la presencia de la propiedad intelectual es obligada, no sólo en los planes sino también en la ejecución.
Si bien en la mayoría de los planes anteriores estuvo presente, la propiedad intelectual brilló por su ausencia en la ejecución. Esto, que tuvo consecuencias medibles y que fue más allá del lugar que tuvo tal o cual estado en el ranking de patentamiento, no debe ni puede volver a suceder.
Ante el tamaño de nuestra economía y nuestra situación geográfica, con un tratado envidiable, traducidos en nueva ley y un fortalecido instituto, las administraciones locales deben no sólo acordarse por un momento de la materia, sino tenerla presente y explotarla.
En el otro extremo tenemos casos de éxito y de buenas prácticas que han traído beneficios y han sido reconocidas dentro y
fuera del país. Ejemplos de grandes resultados los tenemos en Guanajuato, Jalisco y Yucatán.
Guanajuato y Yucatán cuentan con programas de apoyo a emprendedores en materia de derechos de autor, marcas y patentes, los cuales se han mantenido incluso con cambios de administración; en el caso de Yucatán, el éxito del programa municipal de Mérida dio un salto a convertirse en estatal. Por lo que se refiere a Guanajuato, la importancia de la propiedad intelectual y su explotación también la vemos en la exitosa campaña de “MarcaGTO”.
Si de éxito rotundo hablamos, el que se lleva las palmas en los últimos nueve años es Jalisco. Congruentemente al ser el primer estado en elevar los temas de innovación a una Secretaría, creó y puso en marcha el Programa Jalisciense de Fomento a la Propiedad Intelectual (Propin), el cual hasta la fecha ha traído resultados que ya los quisieran no sólo otros estados, sino países enteros. El Propin tiene como objetivo fomentar la propiedad intelectual mediante el apoyo técnico y económico a emprendedores, investigadores y mipymes para proteger y explotar capital intelectual. Más allá de esto, Jalisco ha constituido un equipo de asesores especializados en propiedad intelectual que funge como coadyuvante en la ejecución y obtención de resultados del programa.
Casos como los anteriores, deben adaptarse y ejecutarse en los estados que estrenan gobernadores. Destaco dos de ellos: Michoacán, en el cual estoy seguro de que , con un gobernador especialista en la materia, la propiedad intelectual será considerada y explotada. El segundo, Nuevo León, del cual espero, por lo que representa para mí en lo particular y para el país entero, que saque el mayor provecho como hace mucho lo hizo.
Gobernadores, tienen todo para beneficiarse de la propiedad intelectual en aras del crecimiento y bienestar de sus estados. Tomen en cuenta las buenas prácticas de otros; cuenten con el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). Cuando vengan los resultados, y les aseguro vendrán, c acaréenlos y compártanlos. Deseo éxito en sus administraciones, por el bien de la propiedad intelectual y de México.
Twitter: @MA_Margain