En un contexto de lenta recuperación económica tras la pandemia, vaivenes financieros, tasas de interés elevadas y conflictos geopolíticos, el pasado 27 de septiembre fue publicado el Índice Global de Innovación (GII) 2023, que muestra los resultados de la evaluación al desempeño de 132 economías en materia de innovación.

Tras 16 años de publicarse, el GII es ya una de las herramientas líder para medir el ecosistema de innovación. La evaluación bajo la lupa de 80 indicadores, además de rastrear las tendencias globales en este campo, es una referencia obligada para la formulación de políticas públicas y estrategias empresariales.

Al igual que en los 13 últimos años, Suiza ocupa el primer lugar. En 2023, Suecia arrebata el lugar dos a Estados Unidos; el Reino Unido alcanza el cuarto y Singapur por primera vez entra al grupo de los cinco. En la región latinoamericana, Brasil, único país en posicionarse dentro de los 50, desplaza a Chile para quedarse con el primer lugar. Y, por lo que hace a los países de ingresos medianos-altos, la tripleta es para China, Malasia y Bulgaria.

Al igual que en 2022, México ocupa el lugar 58. En la región seguimos en el tres, y respecto al nivel de nuestros ingresos (medianos-altos) ocupamos el 11. Contrariamente a lo que ocurre con varios países, del nuestro sólo se proporciona lo necesario sin recibir reconocimiento alguno, salvo los agradecimientos a entes mexicanos por su participación en el índice, y destacar a Kavak como empresa unicornio líder en la región.

Del GII se desprenden resultados positivos de México, así como desafíos y áreas de oportunidad. Resulta paradójico que, mientras en algunos indicadores nos situemos en primeros lugares, en otros en los 111, 116 y 120.

El índice confirma nuestro alto potencial en expresiones culturales y artísticas, así como en la industria creativa, toda vez que en el rubro de exportación de contenidos creativos, México ocupa el primer lugar. De igual manera, del GII se desprende el involucramiento y fortaleza de nuestro país en el comercio de tecnología avanzada; ocupamos el noveno lugar en exportación de productos high-tech y el undécimo en la importación de ellos.

Por lo que hace a la academia y a las empresas innovadoras, en el GII se hace mención a la UNAM y al Tec de Monterrey como promotores de investigación y desarrollo y generadores de innovación. Respecto a la explotación de la innovación, se hace mención que México alberga empresas unicornio, como KAVAK, CLIP y BITSO, que operan en el comercio electrónico y las fintech, y que representan ejemplos exitosos de emprendimiento.

No obstante, del índice se desprende que México enfrenta serias debilidades sobre todo en lo que respecta al entorno institucional. En este indicador, ocupamos el vergonzoso lugar 111 de 132. Por lo que hace al respeto al estado de derecho, nos situamos en el lugar 109; a la estabilidad operacional para los negocios, en el 116; a las políticas para hacer negocios, en el 120; en el 89 respecto a la efectividad gubernamental, y en el 102 en cuestión regulatoria.

En el tema de educación y calidad de ésta, no nos va bien. El GII confirma lo señalado por la OCDE por cuanto que la inversión en educación en relación con el PIB es relativamente baja. No se diga en el rubro de la investigación y desarrollo. De igual manera, la vinculación entre I+D y empresa enfrenta barreras significativas, lo cual limita la transferencia de conocimiento y tecnología.

La infraestructura tecnológica es algo en lo que tenemos que trabajar. Si bien México ha dado pasos en esta área, existe margen para mejorarla y así facilitar la adopción de tecnologías emergentes. Queremos ver en el futuro que uno de nuestros clusters de innovación figure en la lista de los 100 más importantes que se incluyen en el GII. Lo que alguna vez Brasil, Irán y Turquía se propusieron, ya es una realidad.

Así, y si bien no se vislumbra que se tome acción en el futuro cercano, las personas que pretenden dirigir al país deben de tener presente que contamos con una base sólida y potencial para mejorar nuestra capacidad innovadora. Es necesario el compromiso de ellas para mejorar lo que debe mejorarse, a eficientizar el aspecto institucional, pero sobre todo, a respetar y hacer valer el Estado de derecho.

Especialista en propiedad intelectual y protección de innovación, socio de ECIJA México

Twitter: @MA_Margain

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