Esperar 38 años para que podamos alcanzar la equidad de género en patentamiento es un lujo que no podamos darnos. No en Latinoamérica, no en las circunstancias actuales, y no con los avances logrados en los últimos cinco años.

Lo anterior de ninguna manera significa que dejemos de celebrar el aumento de la participación de las mujeres en ciencia, tecnología, innovación, creatividad y patentamiento. Menos aún en el marco del día internacional de la mujer, y en 2023, año en que el día mundial de la propiedad intelectual está dedicado a las emprendedoras e innovadoras.

En días pasados, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual publicó el reporte “La brecha global de género en innovación y creatividad. Comparación de la brecha de género en patentamiento global durante dos décadas”. La conclusión principal es tan simple como vinculante para el sistema de PI: No obstante que se observa y constata una tendencia de mayor participación de las mujeres en materia de invenciones y patentamiento, hay todavía mucho por hacer.

De seguir la tendencia como hasta hoy, será en 2061 que alcanzaremos el 50-50 de participación en patentamiento. Si bien ésta no es la opción, no puede pasar desapercibido que, hace cinco años, la expectativa era alcanzarla en 2074. El avance no solo se traduce en el aumento de participación femenina, sino que alcanzar la meta llevará 13 años menos.

Del reporte se desprende que, al cierre de la segunda década de este siglo, sólo 27% de las invenciones reportaron tener al menos una mujer inventora. En tan solo dos años, el porcentaje aumentó a 31. Paradoja o no, Latinoamérica fue la región que reportó más participación femenina (21%); Asía 17 y Norteamérica 15.

De las ramas en que tradicionalmente se clasifican las patentes, las mujeres son más activas en biotecnología, farmacéutica y química de alimentos; mientras que, es en ingeniería mecánica, en la que menos participan.

La participación de las académicas es mayor que aquélla que reportan las investigadoras en entidades privadas. Y, respecto a la manera de trabajar, la participación de las mujeres es mayor cuando trabajan en equipos mixtos, seguida de trabajo en lo individual y mucho menos en equipos del mismo género.

Por lo que hace a México, las tendencias observadas, son congruentes con 30% de participación de mujeres en ciencia y tecnología que a nivel mundial ha observado la Unesco. De las cifras publicadas por el Conacyt, 38.2% del Sistema Nacional a nivel SN1 son investigadoras. El porcentaje disminuye en los grados 2, 3 y eméritas. No obstante, respecto al patentamiento, y a pesar de los esfuerzos del IMPI, la participación de las mujeres no es lo que se espera de un país como el nuestro.

Si la participación de nacionales en general es mínima en solicitudes y concesión de patentes, las inventoras mexicanas no han logrado vencer el problema de la escasa cultura de PI que nos aqueja. Para superar esto, el IMPI en 2021 y 2022 se dio a la tarea de analizar el patentamiento desde la perspectiva de género. Los resultados arrojan datos que sólo conllevan a la obligación de ponernos a trabajar.

Si de solicitudes de patentes se trata, sólo 12% corresponde a una sola inventora; alrededor de 25% muestran, por lo menos, a una mujer dentro de los equipos de inventores. Si de concedidas se trata, el porcentaje disminuye drásticamente a 4, cuando de inventoras se trata y a 18 cuando de equipos mixtos.

Demos así, un aplauso al trabajo realizado y a los resultados obtenidos, para de inmediato tenerlos como la vara que hay que superar. La equidad de género no puede tardar más. El sistema de PI somos todos. A particulares, organizaciones y autoridades, nos corresponde disminuir la brecha incómoda e inadmisible que todavía enfrentamos. En la medida que alcancemos la paridad, se dejarán sentir los beneficios y conveniencia de la creatividad e innovación ilimitada de las mujeres.

Consultor especialista en protección de innovación y propiedad intelectual, socio en Pérez Correa González Asociados 
Twitter: @MA_Margain 

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