Como era de esperarse, la propiedad intelectual estuvo presente en la reunión que el Grupo de los Siete (G7) sostuvo hace unos días en el Reino Unido. Si bien, se confirmó la importancia de la propiedad intelectual en el desarrollo global y en el comercio libre, justo y competitivo, su principal participación la tuvo en los espacios dedicados a la pandemia.

A nadie le quedaba la menor duda que la propiedad intelectual ocuparía un lugar estelar en el escenario dedicado al Covid-19, a las maneras de abordarla y hacerle frente, sobre todo tratándose de la vacunación. Era obvio que la propuesta de exentar de protección de propiedad intelectual a medicamentos, vacunas y dispositivos presentada por India y Sudáfrica ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), ocuparía un lugar de la agenda, tanto así que los mandatarios de dichas naciones fueron invitados especiales.

La propuesta, desde su inicio, ha generado un sinfín de argumentos, análisis, reuniones y declaraciones del más alto nivel. La expectativa sobre cómo la abordaría el G7 era mucha, y ésta se fue acrecentando a medida que la cumbre se acercaba. Fueron varias las cuestiones que prometían que las discusiones y, posible pronunciamiento, sobre el tema ocuparía los reflectores.

Desde principios de mayo, el tema de la exención temporal de protección de propiedad intelectual, empezó a escalar con el cambio de postura de Estados Unidos, de no aceptarla al mencionar que apoyaría la exención temporal de patentes de las vacunas. Todo parecía que la Unión Europea estaba firme en la no aceptación, pero en este mes, no obstante que su Comisión propuso ante la OMC un plan alterno, su Parlamento votó por respaldarla.

Si lo anterior fuera poco, el Papa Francisco y varios líderes de opinión alrededor del mundo manifestaron su apoyo. Horas antes de viajar a Inglaterra, el presidente Macron tuiteó que debía haber apertura de la propiedad intelectual y que el G7 debía involucrarse en el tema. El mismísimo director de la Organización Mundial de la Salud, en su alocución en la cumbre de Cornwall, insistió en la necesidad de la exención temporal de los derechos de propiedad intelectual.

Llegada la cumbre, y tras las discusiones pertinentes, los líderes de las naciones más poderosas, teniendo como objetivo el erradicar la pandemia y la pronta recuperación a una normalidad mejor, se comprometen a impulsar, en un marco de transparencia y libre mercado, la red de suministro de todo lo necesario para combatir el Covid.

Respecto a las vacunas, se puso énfasis no sólo en la necesidad de un acceso equitativo a las mismas, sino en la importancia de la propiedad intelectual. Los líderes, tomando en consideración el impacto positivo que tanto la transferencia de tecnología y el licenciamiento voluntarios han tenido en el incremento del suministro global de vacunas, se comprometieron en interactuar con la OMC en discusiones constructivas en torno al rol de la propiedad intelectual en temas de salud pública y las reglas que sobre el particular rigen en el seno de dicha organización.

La propiedad intelectual no sólo tuvo un papel estelar en la cumbre, salió fortalecida. El G7, confirmando su gran importancia, reconoció, por un lado, que el licenciamiento voluntario ha sido exitoso y, por otro, que el mismo sistema prevé reglas para hacer frente a situaciones como la actual, sin necesidad de hacer a un lado a los derechos de propiedad intelectual. Ojalá que lo considerado y declarado en Cornwall tenga eco en Ginebra.

Consultor especialista en protección de innovación y propiedad intelectual.
Twitter: @MA_Margain

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