Cada año nuevo llega cargado de deseos y propósitos, y la Propiedad Intelectual (PI) no es ajena a éstos. Como dicta la tradición de las 12 uvas, he reunido una lista de deseos para ella en este 2025.
La primera uva, y por quinto año consecutivo, está dedicada a la promulgación y publicación del tan esperado Reglamento de la Ley Federal de Protección de la Propiedad Industrial. Las recientes reuniones entre el IMPI y la Consejería Jurídica de la Presidencia parecen indicar que en este 2025 nuestro deseo se convierta en realidad.
La segunda es el deseo de que continúe la voluntad política mostrada hacia el IMPI, reflejada en las acciones emprendidas recientemente contra la piratería, y que trascienda hasta permitirle utilizar los recursos que genera para ampliar y fortalecer sus activos, garantizando que la lucha contra este cáncer sea constante y efectiva.
La uva tres se reserva para la revisión del T-MEC, donde México llega bien posicionado en materia de PI. Sin embargo, hay temas que es urgente se revisen, como lo es el sistema de vinculación IMPI-Cofepris en materia de patentes farmacéuticas y lograr un proceso integrado que impulse la competitividad.
En cuarto término, la uva correspondiente es tanto un deseo como un agradecimiento por volver a contar con un titular del IMPI y un secretario de Economía interesados y comprometidos con la PI. Es importante que este compromiso continúe, lo cual no será difícil considerando que contamos con una Presidenta con impulso de la ciencia, tecnología y la innovación, preocupada en el incremento tanto en la obtención de patentes como en su explotación.
La quinta uva está dedicada a los juzgadores federales que estaremos eligiendo a mediados de 2025, deseando que tengan conocimientos sólidos en PI. Deseo y hago votos para que se tenga en mente que la piratería, aunque socialmente aceptada y generadora de votos, acarrea graves consecuencias.
La sexta es para el Indautor, que tras un largo periodo sin un titular formal en la Dirección General y estando ausente en la agenda del sector cultura, ha comenzado a revitalizarse. Mi deseo es que este impulso continúe y que se fortalezca.
La séptima va para el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS), otra de las autoridades clave del sistema de PI mexicano, encargado de la protección y defensa de las variedades vegetales.
La octava es para que las denominaciones de origen e indicaciones geográficas sigan el ejemplo del Tequila y se conviertan en verdaderas herramientas de desarrollo.
La novena uva está destinada a lograr una mayor representación de México en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Nuestra posición como una de las 15 oficinas más grandes del planeta, la más importante del mundo hispanoparlante y la más eficiente de Latinoamérica, merecen un reflejo justo en el número y nivel de nacionales que trabajan en dicha organización.
La uva 10 es para modernizar el sistema de registro de marcas en México. Es hora de considerar la implementación de solicitudes multiclase.
La 11 es para la Asociación Mexicana para la Protección de la Propiedad Intelectual, deseando que sea nuevamente presidida por una mujer que continúe con el compromiso, la congruencia y la dedicación por la materia.
Finalmente, la duodécima uva es para que todos los involucrados en la PI contribuyamos a crear conciencia sobre su importancia, explotación y respeto. Solo así podremos avanzar hacia un futuro donde este sistema sea un pilar para el desarrollo de México. Con estos 12 deseos, brindo por un 2025 lleno de éxitos para la PI y para todos aquellos que trabajamos en ella. ¡Feliz año nuevo!
*Especialista en propiedad intelectual y protección de innovación, socio de ECIJA México.X: @MA_Margain