Sin duda, 2020 dejó una gran huella en materia de propiedad intelectual, en nuestra región y país. Gracias a la entrada en vigor del T-MEC y su implementación, no solo contamos con la nueva Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial, la cual cumple y brinda con los máximos estándares a escala internacional de protección y observancia en materia de patentes, marcas, diseños, secretos industriales, indicaciones geográficas y denominaciones de origen, sino también contamos con un Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial más fortalecido y con facultades únicas en el mundo.
Recibimos 2021 con las tradicionales uvas, las cuales simbolizan los deseos y esperanzas para el año que empieza; si éstas las reconducimos a la propiedad intelectual serían:
La primera por la esperanza que la ley cuente, a la mayor brevedad, con su reglamento para una mejor implementación. La segunda, para que la reestructura orgánica institucional vaya más allá de ser un simple reacomodo, y que traiga una ampliación de la estructura actual, tanto en recursos humanos como materiales, para hacer frente a la creciente demanda de servicios y a las nuevas responsabilidades.
La tercera va con el ánimo que al IMPI se le dé amplia libertad en utilizar los recursos por él generados.
La cuarta uva va en el deseo que la nueva secretaria de Economía, y nueva presidenta de la Junta de Gobierno del IMPI, tenga siempre dentro de los primeros lugares de su agenda a la propiedad intelectual.
De igual manera, con la quinta y sexta, todo el éxito al nuevo consejo directivo de la Asociación Mexicana para la Protección de la Propiedad Intelectual y para el nuevo staff de primer nivel de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, los cuales, desde sus trincheras, tendrán un papel determinante en la evolución de la materia.
La séptima va por la Sala Especializada de propiedad intelectual del Tribunal Federal de Justicia Administrativa y por el análisis que empezarán a hacer de casos bajo la nueva ley.
La uva ocho, por la Suprema Corte de Justicia, para que al resolver la acción de inconstitucionalidad en contra de las reformas a la Ley Federal del Derecho de Autor y al Código Penal Federal, consideren que dichas reformas son necesarias para la protección de derechos humanos, como lo son los de propiedad intelectual, en el entorno digital.
La novena sería por que el nuevo titular del Instituto Nacional del Derecho de Autor que sea designado, dé continuidad a lo trabajado y logrado en varios años.
La 10, por las autoridades de propiedad intelectual entrantes con la nueva administración federal de Estados Unidos, para que continúen con el trabajo conjunto con México.
La 11, por los gobernadores y legisladores que resulten vencedores en el proceso electoral de este año, para que tengan presente a la innovación y propiedad intelectual en sus planes de gobierno y agendas legislativas.
La última va por la actividad intelectual de los investigadores que, en tiempo récord, nos dieron las vacunas que ahora acaparan la atención mundial, para que encuentren en el sistema de propiedad intelectual la protección a sus creaciones y confirmen con ello las bondades y la importancia de contar con un sistema cada vez más fortalecido.
In memoriam. Don Armando Manzanero (1935-2020). Autor, intérprete y promotor de la Propiedad Intelectual al contribuir en la composición y ejecución de políticas públicas en defensa de los Derechos de Autor.
Twitter: @MA_Margain