Al igual que las series que han hecho más llevaderos los últimos meses, la pandemia tiene sus respectivas temporadas. La primera introdujo al enemigo y el gran daño que sigue causando; en la segunda llegaron las vacunas y, con ello, la esperanza de domar al enemigo y de regresar a lo más parecido a la era preCovid. Y no obstante no ser lo deseado, hace dos meses y con ómicron, inició la temporada tres.

En esta “serie”, la propiedad intelectual (PI) ha tenido un papel estelar. En la temporada uno tuvo un rol protagónico pues, gracias a ella, las vacunas llegaron en tiempo récord. En la dos, varios capítulos han tenido de invitadas especiales a las patentes, vistas por muchos como villanas y, por otros, como heroínas. Es seguro que, en la tercera, también tendrá papeles estelares.

Y más allá del rol que la PI ha tenido en la “serie” Covid, 2021 fue un buen año. De los datos tanto de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), como de diversas oficinas alrededor del mundo, entre ellas las IP5 o cinco grandes (China, Corea, Europa, Estados Unidos y Japón) y la mexicana, el sistema tuvo un incremento en solicitudes tanto de marcas como de patentes.

Lo anterior no es óbice para siempre desear un mucho mejor sistema tanto en el plano nacional como en lo regional y mundial. Así, por lo que hace a lo internacional, la primera uva conlleva el deseo para que en 2022 se enaltezca a las patentes como el gran incentivo para contar con herramientas efectivas contra el Covid. La segunda, para que la discusión en la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre PI y acceso a vacunas tome su justa dimensión y se haga uso, de ser necesario, de los medios que ya existen para ello.

La uva tres, para que la OMPI continúe con el trabajo que ha venido desempeñando como la institución no sólo rectora del sistema de PI, sino como una de las principales evaluadoras del avance de la innovación mundial. La cuatro, con el deseo de, además de estar representados por la oficina más eficiente de Latinoamérica, en 2022 tener mayor presencia mexicana en el staff de la organización.

En el plano regional, la quinta uva la dedico al gremio latinoamericano de PI, ahora dirigido por un mexicano, para que se redoblen esfuerzos para que la PI tenga un lugar prioritario en las agendas pública y privadas.

Para el sistema mexicano, deseo con las sexta y séptima uvas que pronto se expida y publique el reglamento de la Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial, y para que se autorice al IMPI a utilizar los recursos autogenerados para que las facultades de las que fue dotado por la nueva ley, se hagan realidad.

Las uvas ocho y nueve las dedico al Indautor, para que a la brevedad posible se designe a su titular, con la esperanza de que se siga el ejemplo del IMPI y dicha designación recaiga en una persona con conocimiento de la materia y del instituto. Con la nueve, deseo todo el éxito a los sistemas electrónicos de registro de derechos de autor recién implementados.

La décima uva, para que nuestra Suprema Corte desestime la acción de inconstitucionalidad que pende sobre las reformas de la Ley Federal del Derecho de Autor y del Código Penal Federal. La 11, para que en el otro poder, el Legislativo, veamos iniciativas tendientes a mejorar nuestro sistema.

Finalmente, la 12 para que quienes nos desenvolvemos en la materia, desde cualquier trinchera, continuemos trabajando por fortalecer la cultura de la PI, desde su protección y explotación, hasta las ventajas y beneficios obtenidos o por obtener. ¡Feliz innovador, creativo y exitoso 2022!

Consultor especialista en protección de innovación y propiedad intelectual
@MA_Margain

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