El cambio tecnológico ha modificado nuestra vida diaria. Lo instantáneo y lo digital ocupan un lugar que hace que la dinámica de miles de personas sea distinta. Debido a esto, una persona en edad de trabajar inmersa en la modernidad tiene una serie de posibilidades para su desarrollo que abarca muchos ámbitos además del relacionado al trabajo físico o presencial, lo que provoca que debamos plantearnos si la jornada de 8 horas sigue siendo la mejor forma de organizar el tiempo de las y los trabajadores, o si una nueva visión del trabajo nos ha alcanzado y requerimos hacer cambios en nuestra forma de asignar el tiempo para poder desarrollarnos y cumplir con todo aquello que en nuestra vida es fundamental, como atender a nuestros hijos y seres queridos, estudiar, prepararnos y descansar. En ese sentido debemos considerar la naturaleza del trabajo que realiza cada persona ya sea que trabaje para instituciones públicas o la iniciativa privada. En lo que respecta al sector público, según datos del Inegi, en las instituciones de gobierno trabajan alrededor de 5 millones de personas, de las cuales la mayoría presta sus servicios en puestos administrativos, lo cual quiere decir que su trabajo se desarrolla en un entorno de oficina. Esa clase de trabajos tiene la característica de ser estacional, es decir que los resultados se obtienen a partir de metas establecidas previamente que no están sujetas a cambios en el tiempo y muchas veces pueden lograrse en una dinámica de trabajo que es menor a las 8 horas diarias. Al respecto, pareciera que existe una asignación poco eficiente del horario laboral burocrático que podría modificarse para llegar a un arreglo más adecuado que pudiera beneficiar tanto a las personas trabajadoras como a las instituciones en las que prestan sus servicios. Las ventajas en ese sentido se han visualizado en áreas tan variadas como la salud de las personas y los rendimientos para las instituciones o empresas donde trabajan. Por ejemplo, de acuerdo con información de la OMS, “Las jornadas laborales prolongadas provocaron 745 mil defunciones por accidente cerebrovascular y cardiopatía isquémica en 2016” y en lo relativo a la productividad de las empresas, de acuerdo con datos de la OCDE, México es el país en el que más horas se trabaja, pero su productividad es baja, además dicha organización menciona que una persona que tiene tiempos adecuados para descansar, un balance correcto entre el trabajo y el resto de sus actividades y un buen ambiente laboral es más productiva. Sumado a esto, si una persona cuenta con más horas de tiempo libre, tendrá mayor oportunidad de consumir bienes y servicios, lo cual podría incentivar la economía. Por lo anterior, presenté una iniciativa que modifica los horarios laborales que rigen al trabajo burocrático, el trabajo en el gobierno. El punto de debate se centra en si pensamos en la calidad de vida de las y los trabajadores y al mismo tiempo logramos mejorar su productividad en las oficinas de gobierno, esto es entender que una vida digna también depende de una moderna jornada laboral.
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