Varios autores coinciden en que somos polvo de estrellas, por el calcio de los huesos, el hierro de la sangre, el carbono de nuestro código genético y en suma, por la evolución de elementos que desde hace millones de años se formaron en el universo.
El cuerpo humano contiene seis elementos que definen casi el 90% de su estructura: oxígeno, hidrógeno, calcio, carbono, nitrógeno y fósforo y el resto está compuesto por potasio, azufre, sodio, cloro y magnesio. Al menos estos once elementos son necesarios para la vida.
El pasado 5 de diciembre, la cápsula enviada por el satélite Hayabusa 2 de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) cayó en las llanuras de Australia, con muestras del asteroide 162173 Ryugu (1999 JU3). El polvo de estrellas recabado en pocos gramos de minerales transportados a más de trescientos millones de kilómetros de la Tierra brindarán importantes elementos a la investigación científica acerca de la formación del universo.
Hayabusa 2 es una muestra de avance tecnológico sorprendente. Fue lanzado en diciembre de 2014 y en 2018 llegó al asteroide Ryugu. A pesar de la distancia se mantiene en comunicación permanente, envía imágenes, recabó, empacó, transportó y envió muestras minerales a la tierra, mientras continúa su camino estelar, pues una vez expulsada la muestra obtenida, se dirige hacia el asteroide 1998KY26, de 30 metros de diámetro, que orbita entre la Tierra y Marte.
Después de las muestras lunares de la primera misión tripulada a la Luna en el Apolo 11, en 1969, cuya hazaña tuvimos la oportunidad de transmitir en vivo mi querido Jacobo Zabludovsky y yo, esta es la segunda ocasión que minerales del espacio son transportados a la tierra.
Desde entonces hasta la fecha, con la nanotecnología, propulsión de plasma robótica, inteligencia artificial, digitalización y la biología molecular, telecomunicaciones y la experiencia de años de análisis de la vida humana en gravedad cero, la innovación ha permitido superar las fronteras del universo.
En su momento, el astronauta Buzz Aldrin expresó que una nueva etapa en la exploración del espacio sería resultado de la competencia de empresas que generarían mayores avances a la ciencia.
En nuestros días, las naves tripuladas y robóticas de agencias gubernamentales y empresas privadas abren un nuevo capítulo de cooperación.
La empresa SpaceX, del joven empresario Elon Musk, es muestra de su visión más allá de los límites de la imaginación para hacer realidad el transporte y exploración del espacio.
De ahí la importancia del compromiso de John F. Kennedy cuando expresó: “… los ojos del mundo ahora miran al espacio, a la luna y a los planetas más allá, y hemos jurado que no lo veremos gobernado por una bandera hostil de conquista… hemos prometido que no veremos el espacio lleno de armas de destrucción masiva, sino de instrumentos de conocimiento y comprensión”.
En el futuro mayores descubrimientos nos habrán de sorprender, por ahora solo nos queda reflexionar acerca de la frase de Arthur C. Clarke: “Dos posibilidades existen, o estamos solos en el universo, o no lo estamos. Ambas son igualmente aterradoras”.
Rúbrica. Bajo la Estrella de Belén. Mis mejores deseos a los amigos lectores para que esta Navidad sea motivo de celebrar los verdaderos tesoros de la vida: la salud, el amor, las libertades y la convivencia armónica, sin distinciones ni divisiones.