Muchos años han pasado desde que, de 1942 a 1964, México tenía con Estados Unidos un acuerdo de trabajadores migratorios temporales conocido como “Braceros”, con el que ese país demandaba, en diversas actividades agrícolas, manufactureras y de servicios, mano de obra para compensar su ausencia por el reclutamiento de hombres para combatir en la Segunda Guerra Mundial y los trabajos posteriores de reconstrucción de Europa. Hay antecedentes de un acuerdo entre Porfirio Díaz y William H. Taft, de 1909, para la contratación de 1,000 trabajadores mexicanos para labores agrícolas. Situación que Francisco I. Madero, conocedor de la frontera, criticó severamente en su libro La Sucesión Presidencial en 1911.
Un elemento de fundamental importancia para la economía de México ha sido el crecimiento sostenido de la recepción de remesas que los trabajadores mexicanos envían a sus familias. Por primera vez en la historia económica de México, los ingresos por remesas han superado a los provenientes de la inversión extranjera, el petróleo y el turismo.
Desde el año de 1995 el Banco de México inició la definición y registro de las remesas. A lo largo de este periodo las remesas han crecido consistentemente de un nivel de 4,000 millones de dólares al año hasta llegar a 58,497 millones de dólares, al cierre de 2022; una cifra superior en 13% al importe recibido en el año 2021 por 51,586 millones de dólares; la tendencia seguirá siendo creciente gracias a las facilidades que han implementado las autoridades.
México ocupa el segundo lugar mundial en recepción de remesas, después de la India y arriba de China, ambos países tienen casi diez veces más población que nuestro país, lo que sitúa a México en primer lugar cuando se analiza el ingreso de este rubro por el nivel de población.
Estos recursos llegan directamente a mujeres cabeza de familia, ya sean madres o cónyuges, en regiones marginadas para la remodelación habitacional, salud, alimentación y vestido, principalmente.
Las diez principales ciudades receptoras son Tijuana, Guadalajara, Puebla, Morelia, la Alcaldía Álvaro Obregón en la Ciudad de México, Ciudad Juárez, Culiacán, León Guanajuato, Zapopan y Oaxaca. No obstante, la mayor derrama económica de estos ingresos se distribuye en cientos de localidades con población menor a los diez mil habitantes.
Es meritorio reconocer que a pesar de las enormes vicisitudes y abusos que tienen que sufrir los migrantes indocumentados, una vez que logran obtener un trabajo, comparten sus beneficios con los parientes que han quedado en sus lugares de origen. Son hombres y mujeres valiosos, atrevidos y con arrojo para emprender una nueva vida en otro país.
Hoy la población de origen mexicano en los Estados Unidos es una de las más grandes comunidades que comparten una identidad binacional, que sintetiza la aspiración de superación por la vía del trabajo en una economía de mercado innovadora y competitiva; con la preservación de sus tradiciones, cultura, religión y valores familiares. Lamentablemente prevalece la exclusión, xenofobia y discriminación hostil, y recientemente, ser rehenes de la competencia electoral.
Con su esfuerzo seguirán contribuyendo a aportar recursos en las regiones más necesitadas del país.
Rúbrica. Reivindicaciones del Día del Trabajo. México tiene un nivel récord en el incremento al salario mínimo.