En esta era de barreras comerciales, muros fronterizos y divisiones sociales, la preservación ambiental es un objetivo global incompatible con los dogmas ideológicos.
En la película El graduado (1967) hay una escena memorable referente al modelo industrial del futuro, donde un personaje le da un consejo al joven protagonista (Dustin Hoffman) con una sola palabra: “plásticos”. Desde entonces y hasta la fecha el dominio de los plásticos y sus variantes han dominado los procesos industriales de consumo, cuyos excesos hoy presentan un problema ambiental de escala mundial. Nuestro planeta vive una crisis ambiental sin precedente. La contaminación que ahoga de desechos plásticos los mares y los incendios forestales deliberados son síntomas inequívocos de que estamos en una ruta de colisión contra el ecosistema global.
Durante mi cargo como Senador de la República, como Presidente de la Comisión de Ecología y Medio Ambiente, formé parte de la delegación de México en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, conocida también como Cumbre de Río. Asistieron ciento sesenta y seis países representados, cientotreinta Jefes de Estado, y mil quinientas organizaciones ambientalistas de la sociedad civil que acordaron atenuar, corregir o restaurar los graves daños al ecosistema global por los modelos de producción industrial, así como por las políticas públicas carentes de una visión sustentable de largo plazo.
En cumplimiento de los acuerdos logrados en México emprendimos la tarea de proponer iniciativas de reformas constitucionales y las leyes necesarias para integrar la noción ambiental en todos los órdenes de la vida pública. Desde entonces y hasta la fecha hay una visión compartida de nivel global por la conservación ambiental, la reparación de suelos, la reducción del daño a la capa de ozono o de la huella de carbono por uso de fuentes de energía no renovables, así como una cultura del reciclaje y la sustitución de procesos tóxicos por materiales biodegradables, entre otras muchas soluciones. Actualmente los desastres naturales son más frecuentes y plantean condiciones de emergencia en países carentes de los recursos para su prevención o su atención inmediata.
Los documentos acordados son referentes fundamentales de la incorporación del concepto de sustentabilidad en el mundo moderno, que de poco servirán si no desarrollamos los protocolos internacionales de colaboración inmediata para emergencias de carácter global, como la que hoy afecta a la selva más grande del planeta. Las reglas vigentes son sustento de las decisiones gubernamentales, no obstante el nivel de crisis y emergencia ambiental que afecta a diversas regiones del planeta nos hace reflexionar acerca de nuestros hábitos de consumo, modelos de producción industrial, emisiones, desechos y efectos negativos en la salud y la biodiversidad. En el Amazonas hoy se proliferan tierras muertas mientras las letras vivas de los acuerdos tomados y las reglas vigentes son insuficientes u omisas para que los gobiernos actúen con la inmediatez y la autoridad necesaria ante episodios tan graves como los que hoy destruyen tesoros que quizá sean irremplazables.
Así como las potencias militares actúan con rapidez para desplazar operativos militares conocidos como cascos azules en misiones de paz, es urgente que las burocracias internacionales y los principales países desarrollados logren promover una fuerza global de acción inmediata ante desastres ambientales de impacto mundial, y su compromiso no puede esperar.
Rúbrica. Bienvenido a México. La llegada del nuevo Embajador de los Estados Unidos, Christopher Landau, facilitará un diálogo cercano entre vecinos lejanos.
Político, escritor y periodista.
@AlemanVelascoM