La Constitución es la síntesis del pacto social que une a ciudadanos y gobierno en la búsqueda de un ideal de convivencia y superación.
El pasado domingo en Chile se celebró un referendo para la aprobación de una nueva Constitución. Ello como resultado de las negociaciones de pacificación posteriores al estallido social del año 2019.
La Constitución chilena vigente desde 1980 fue promulgada en el periodo del dictador Augusto Pinochet. Para muchas generaciones representa el régimen represivo y autoritario de aquellos años. No obstante, bajo ese marco constitucional se sustentó el crecimiento económico de Chile durante cuatro décadas.
El nuevo texto consta de 388 artículos y 57 normas transitorias. El resultado de dicho referendo tuvo un rechazo del 62% y una aprobación del 38% de los votos.
Las razones de este rechazo fueron debido a una serie de innovaciones en materia de derechos de los pueblos indígenas en un país mayoritariamente mestizo, a quienes se les quería dotar de autonomía territorial y de un sistema de justicia alterno acorde a sus costumbres y tradiciones. Según los especialistas locales, esto buscaba emular el modelo plurinacional de Bolivia sin tener las características étnicas de ese país.
Se buscaba sustituir al Senado con una comisión territorial de ambiguos alcances, y para sospecha de muchos, se incluyó la reelección presidencial consecutiva; actualmente el texto permite reelegirse, pero no de manera inmediata.
Esto buscaba establecer las bases para la continuidad de un gobernante y la limitación de los derechos democráticos y las oposiciones.
Adicionalmente, la redacción que habla de términos inclusivos sociales y de economía solidaria, son temas que además de las campañas de carácter ideológico político entre las fuerzas contendientes de Chile no lograron convencer a las mayorías.
Resulta que el espíritu predominantemente progresista de este texto con una evidente inspiración de izquierda se encontró de frente con una ciudadanía posiblemente más conservadora y menos radical.
En mi experiencia como gobernador de Veracruz, veo que después de 22 años de vigencia de la Reforma Constitucional de Veracruz es posible confirmar que los avances en materia de los derechos humanos y los pueblos indígenas veracruzanos, así como el acotamiento a las atribuciones del Poder Ejecutivo y los mecanismos de democracia semidirecta, como el referéndum, el plebiscito y la iniciativa popular, fueron las bases para que este estado avanzara en la consolidación de la democracia y el respeto a las libertades de los ciudadanos.
Para Chile el reto ahora es continuar trabajando en un texto constitucional que busque renovar el pacto social, no bajo una sola tendencia de extrema derecha, como en el caso de Pinochet, o de notorio contenido de izquierda, como el texto propuesto, sino como la imperativa necesidad de una síntesis dialéctica que retome las cualidades de ambos proyectos y los haga converger en una visión en la cual todos los ciudadanos se sientan representados.
Rúbrica. Comunicación, arma de guerra. Volodímir Zelenski ha estado dando una batalla inédita en los medios en defensa de su país y ha logrado mantener la invasión de Rusia a Ucrania como noticia de primera plana por más de seis meses... y los que faltan.