En cada avance de la civilización, la ciencia ficción se transforma en historia. Los Hombres de la Tierra vinieron a Marte. Vinieron porque tenían miedo o no tenían miedo, porque estaban felices o infelices, porque se sentían peregrinos o no se sentían peregrinos. Había una razón para cada hombre… venían a buscar algo o dejar algo o conseguir algo, a desenterrar algo o enterrar algo o dejar algo en paz. Ray Bradbury, Crónicas Marcianas.
La misión espacial no tripulada que logró situar nuevamente el complejo vehículo de operación remota Perseverance que transmite imágenes, y por primera vez, sonido desde Marte, así como la toma de muestras geológicas, es una hazaña de dimensión histórica. Perseverance es el quinto vehículo operado a distancia en su tránsito por ese famoso planeta rojo.
Al igual que la llegada del hombre a la Luna, el acontecimiento de este amartizaje fue atestiguado por millones de personas con imágenes que permitirán disipar muchas incógnitas del origen del universo.
El proyecto preparado con años de anticipación tiene un aspecto que merece atención. Destaca el hecho de que han participado el mayor número de mujeres en puestos de decisión en una misión espacial.
A principios de 1992, un bestseller cuyo título traducido es Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus atrajo la atención de miles de lectores. Con la invocación a las figuras mitológicas de Marte, dios de la guerra, la valentía y la virilidad. En su honor se bautizó así al planeta rojo y en las lenguas de raíz latina se le dedicó un día de la semana. Y a Venus se le reconoce como la invocación a la feminidad, diosa mitológica de la belleza, el amor y la fertilidad, representada en extraordinarias obras de arte, y que a su vez un planeta lleva su nombre.
En ese libro se ofrecen argumentos referentes a las diferencias fundamentales de cómo ambos géneros perciben, razonan y actúan, con la intención de mejorar las relaciones de pareja y de la sociedad en general. No obstante, se dejó abierta la percepción de los estereotipos de género.
Muchos años han pasado y muchos avances se han logrado y sigue la tarea pendiente de lograr una justa e ineludible equidad de género y respeto a la dignidad de la mujer.
Desde el viaje de la primera cosmonauta soviética Valentina Tereshkova en 1963, hasta diciembre de 2019, de 565 personas que han estado en el espacio 65 son mujeres.
La participación de la mujer en los avances científicos del espacio tiene un lugar relevante. Fue la voz de una mujer la que anunció el amartizaje exitoso de la misión del vehículo Perseverance, integrante del equipo de más de 30 mujeres, siete de ellas con cargos de alta responsabilidad y complejidad en la programación, propulsión, robótica, telecomunicaciones, navegación y decisión operativa, que contribuyó de manera destacada a la consecución de este objetivo histórico. Quizá muchas de ellas han sido inspiradas por Katherine Johnson, la matemática afroamericana que en 1962 participó de manera decisiva en el diseño de los cálculos orbitales de la navegación en gravedad cero.
Así, las mujeres —también de Marte— conquistan su lugar en el espacio. Mucho trecho queda aún para que alcancen el lugar que deben tener en todos los ámbitos, sin menoscabo de las cualidades de Venus.
Rúbrica. Día de la Bandera. Símbolo de unidad, cuando más se necesita.
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