La televisión es la pantalla inteligente porque nunca ha sido “la caja idiota”.
La historia de la televisión mexicana integró las tecnologías de su tiempo con los contenidos que en todo el mundo se producían en áreas de entretenimiento, deportes, arte, música, tradiciones, cultura, barra infantil, información, melodrama y otros temas. Recordemos que con antelación la radio acercó las zonas remotas a las fuentes educativas del conocimiento y la información.
La radio y la televisión son servicios concesionados, sujetos a reglas precisas de transmisión en frecuencias del espectro radio-eléctrico. Adicionalmente, en el pasado se ejerció mucha supervisión por la Secretaría de Gobernación a ciertos contenidos que debían ser previamente autorizados y la expresión de opiniones políticas o ideológicas estaba celosamente limitada por las autoridades y no por decisión de las empresas emisoras.
Con gran creatividad produjimos series históricas en televisión de alto valor educativo, así como otros contenidos en radio que fortalecieran nuestra identidad, tradiciones, cultura y valores sociales.
En la década de los años 60, el fundador de Telesistema Mexicano, don Emilio Azcárraga Vidaurreta, ofreció que el canal 5 tuviera una barra educativa durante las mañanas. Esta propuesta tuvo la objeción de algunas secciones del magisterio, por la noción de que la televisión pudiera sustituir al mentor en el aula, lo que generaba incertidumbre por una posible idea de desplazamiento de plazas sindicales. De igual manera, y aún sin fundamento, se aducía que los contenidos fueran a ser modificados por las emisoras. Ambos argumentos, a pesar de haberse desmentido, no fueron superados.
Hoy, para las nuevas generaciones las tecnologías de información brindan oportunidades de innovación en la transmisión del conocimiento y poderosos estímulos a las capacidades cognitivas.
La pandemia del Covid-19 nos ha obligado a renovar la tarea educativa para superar las restricciones que imponen las medidas sanitarias, donde el maestro forma parte fundamental de un nuevo modelo educativo que integra las nuevas tecnologías para consolidar la impartición del conocimiento.
Sin reformas legales o cambios constitucionales es meritorio que las autoridades educativas y el magisterio hayan superado sus contradicciones internas, sin plantones ni bloqueos, para integrar la radio, la televisión y las plataformas digitales al mayor reto de modernización de su misión educativa, para que millones de estudiantes tengan acceso al nuevo ciclo escolar.
En muchas partes del país, el alumno desde su nueva “aula-hogar” tiene las herramientas de comunicación y acceso a la información en un teléfono móvil, en una computadora y ahora bajo la guía de sus profesores en televisión, con ello podrá avanzar en su formación educativa, investigar, hacer ejercicios y tareas con interacción directa en tiempo real.
El reto es titánico, se requiere producir más de 4,500 horas de contenidos de todos los niveles educativos, en coordinación con los maestros para cumplir la currícula académica en tiempo y contar con métodos para evaluar adecuadamente el desempeño de cada alumno.
Indudablemente la única forma de avanzar es mediante la innovación, pues la mejor forma de ser obsoleto es resistirse al cambio.
Rúbrica
Ahora mamás dicen: “¡Prende la tele y ponte a estudiar!”