La premiación de los Emmys a la serie “Juego de Tronos” nos muestra una visión fantástica de la lucha por el poder.

La 74ª Asamblea General de la ONU llega esta semana a sus sesiones de más alto nivel, donde más de noventa jefes de Estado en el pleno exponen sus posiciones coincidentes y divergentes, mismas que ponen en entredicho los valores e instituciones que ha sustentado el sistema internacional durante la segunda mitad del siglo pasado. Pocas ocasiones en tiempos de paz han requerido tanto trabajo como el que hoy desempeña António Guterres y toda la estructura de las Naciones Unidas.

Las voces a favor del proteccionismo y en contra de la globalización contrastan con millones de voces ciudadanas que reclaman la producción de energías renovables, de estructuras de mercado más justas y de debate acerca del modelo político que las gobierna.

Las multitudinarias movilizaciones del pasado fin de semana por el cambio climático funden su voz con los severos discursos recriminatorios de la activista ambiental sueca Greta Thunberg, que a sus diez y seis años y a nombre de las nuevas generaciones recrimina severamente la grave degradación ambiental que hoy registra las más altas temperaturas y la mayor concentración de partículas de carbono desde el inicio de la era industrial en 1850.

El llamado de Donald Trump a los “nacionalismos patrióticos”, así como su peculiar actitud en contra de la globalización no disfrazan sus verdaderas ambiciones electorales ni sus intenciones para ejercer autoridad en regiones, mercados y gobiernos que no le son afines. Emmanuel Macron y Angela Merkel buscan mantener la cohesión europea y la estabilidad económica mundial al tiempo que reconocen los beneficios económicos de la apertura global competitiva y las empresas que se han beneficiado de este modelo y que no han contribuido a resolver los problemas de pobreza; se acusa sin castigo a los gobiernos irresponsables que arrojan sus desechos al mar.

Adicionalmente el ataque a las instalaciones de Arabia Saudita es casi un 9/11 petrolero, del cual se desconoce su origen, pero se culpa, quizá más por conveniencia que por evidencia, al régimen islámico de Irán.

Más allá de las presencias controvertidas, como la del presidente Bolsonaro de Brasil o el llamado de las Islas del Pacífico a frenar la degradación climática que amenaza con su desaparición, son motivo de análisis las ausencias del presidente Putin de Rusia y Xi Jinping de China, así como las discutibles representaciones de Nicolás Maduro y de Juan Guaidó, quienes superan sus diferencias y mantienen sumido en una crisis al pueblo venezolano.

Hoy México optó por la cautela ante la diversidad de conflictos y la complejidad de los disensos entre los países más desarrollados y militarmente poderosos. Hoy la prudencia y la discreción son las mejores armas a nuestro alcance. Ante este panorama internacional sigue vigente el pensamiento del presidente Miguel Alemán Valdés en la primera presencia de México en esta sede en 1947, donde expresó: “La interdependencia de las naciones constituye, sin duda, el hecho culminante de nuestro tiempo. De ahí que la cooperación internacional, fundada en el respeto escrupuloso de los derechos de los estados, sea en la actualidad la aspiración suprema de nuestra convivencia”.

Rúbrica. Diálogos en el infierno:

—Mi país tuvo un referéndum, la mitad de la población está en contra, se suspendió al poder legislativo, el gobernante es intransigente, nos estamos aislando de nuestros vecinos históricos, la producción de petróleo no apoya el crecimiento, vivimos la peor inestabilidad política, hay manifestaciones muy frecuentes, nuestro futuro es incierto.

—¿Vives en Venezuela?

—No, en Inglaterra.

Político y escritor. @AlemanVelascoM

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