La política es la capacidad de convertir las convicciones personales en acciones de beneficio colectivo.
El día de mañana, jueves 27 de junio, se celebrará el primer debate entre los dos aspirantes a la presidencia de los Estados Unidos. Un debate con reglas nuevas, que por primera vez es organizado por dos cadenas comerciales de televisión. El presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump son dos aspirantes que aún no son los candidatos oficiales de su partido y buscan ocupar la Casa Blanca como el 47º mandatario de esa nación.
Son dos hombres muy maduros en un país donde los jóvenes políticos están desplazados y no logran traspasar las complejas barreras de intereses, acuerdos, negociaciones y, por qué no, también conspiraciones para acceder al poder, así como jóvenes votantes, de una generación de la información instantánea de la impaciencia y por ende de la intolerancia.
Será un debate donde los temas de política interior son predecibles respecto a los servicios de salud pública, impuestos, seguridad nacional, equidad, derechos sexuales y reproductivos, prebendas a grupos raciales, etc.
La justicia forma parte del debate, Trump tuvo un veredicto de culpabilidad de 34 acusaciones por un jurado ciudadano y Biden ha sido salpicado por los delitos de su hijo.
Con una retórica llena de críticas y comentarios burlones a su oponente, el protagonismo de Trump es abrumador; ha retrasado la designación de quien propondrá como su vicepresidente, al grado de que ni su esposa lo acompaña en esta campaña.
Veremos los ataques de Trump hacia la edad de Biden y las acusaciones de deterioro de la seguridad interna por la migración, que tiene atisbos de una actitud racista respecto a las nuevas corrientes de personas que desean vivir en ese país, y donde nuevamente se corre el riesgo de tomar a México como rehén de esas agresiones, lo que daña nuestra imagen para la próxima renegociación del T-MEC.
Mientras que Biden lucha por ofrecer una imagen jovial, consistente y en control de su mandato.
Además, en el escenario internacional surge una Europa proteccionista, con una derecha excluyente y que busca consolidar su fuerza militar.
Una frontera de la OTAN amenazada por la invasión de Rusia a Ucrania y un Medio Oriente convulso, con conflictos que parecen no tener fin y donde Estados Unidos no ha logrado ejercer su capacidad diplomática, económica y militar para lograr una tregua que permita negociar la paz.
En Asia, se percibe un panorama de tensión con el creciente y constante empoderamiento internacional de China. El África como siempre olvidada, y una Latinoamérica dividida entre gobernantes de una tendencia ideológica que es abierta o tácitamente antiyanqui, y otros profundamente alineados con la extrema derecha del mercado.
El riesgo más delicado es la reiterada invocación al encono y a la confrontación, a la división social y al escarnio recíproco a costa de las más preciadas características del sistema político de ese país: la libertad y la democracia.
¿Veremos sólo un montaje de monólogos pre-ensayados y filtrados por grupos de enfoque que impacten en las encuestas, o será un verdadero debate por la lucidez?
Serán 90 minutos decisivos en las aspiraciones políticas de ambos, del futuro de ese país y de otros.
Rúbrica. El día más largo del año. El solsticio de verano finalmente trajo las lluvias tan esperadas.