“Aquellos que están gobernados por la razón, no desean nada para sí mismos que no deseen para el resto de la humanidad”. (Baruch Spinoza)

Cuando nos preguntamos: ¿qué mundo le vamos a dejar a las futuras generaciones? También hay que preguntarnos: ¿qué generaciones le estamos dejando al futuro del mundo? En este dilema el papel de la educación, en su más amplio sentido, para ofrecer la mejor formación intelectual, científica, humanista y de valores éticos, es la respuesta.

Entre especialistas se analiza el modelo pedagógico como una de las actividades que habrán de registrar los cambios más profundos en sus métodos, contenidos y sistemas docentes y pedagógicos de transmisión del conocimiento.

La instrucción educativa no volverá a ser igual por la velocidad con la que se dispone de nuevos materiales, cursos e instructivos en las plataformas digitales, bibliotecas abiertas de cursos y otras formas de educación a distancia. Todo ello al alcance de un teléfono móvil.

La consulta, investigación y asimilación de conocimientos se llevará cada vez más en línea. El alumno aprenderá simultáneamente entre el pizarrón y el ciberespacio.

En este nuevo modelo se enseñará al alumno a ser un autodidacta permanente, como elemento fundamental de su capacitación laboral.

El acceso a conocimientos en sistemas digitales se presenta como la mejor manera de superar atavismos de género, condicionados por culturas, religiones o fundamentalismos que han restringido el acceso de la mujer a la educación. Es evidente que una mujer que avanza en su educación, y que cultiva sus destrezas y capacidades intelectuales, tiene una vida más sana, hijos mejor educados y las habilidades para generar mejores ingresos.

La inversión en educación es uno de los elementos fundamentales de soporte al desarrollo económico futuro de una nación. La nueva educación es el germen de la nueva economía.

Si bien hay una corriente de opinión que los avances tecnológicos promoverán una automatización que condicione las capacidades intelectuales del individuo, también es evidente que estamos ante una nueva era de acceso directo a las fuentes de conocimiento.

Según Steven Pinker en su libro Enlightment Now, los niveles del coeficiente intelectual (IQ) a nivel mundial, han venido elevándose consistentemente por más de un siglo. Las personas con mejores niveles intelectuales, además de poder tener acceso a mejores empleos y salarios, también son ciudadanos de vida pacífica en cumplimiento con la ley. Los niveles de salud, nutrición y desarrollo humano tienen una correlación directa con el coeficiente IQ de un pueblo y en consecuencia de su desarrollo económico. No obstante, también es necesario integrar a este análisis los niveles de libertad, sistema democrático y fortaleza institucional para explicar este proceso. Nuestro tiempo indica que requerimos superar los dogmas del ayer para dar paso a los descubrimientos del futuro.

De ahí la importancia de fomentar un modelo de educación para la libertad, el análisis crítico y los valores, puesto que lo que se escribe en un pizarrón o se divulga en un “tutorial” en redes quedará grabado en las paredes de la corteza cerebral.

Rúbrica

Contraste diplomático. Mientras el pasado lunes Joe Biden tuvo una trascendente video-cumbre virtual con su homólogo chino Xi Jinping, mañana se celebrará la Octava Cumbre de Líderes de Norteamérica entre Biden, López Obrador y Trudeau, en forma presencial en Washington.

Político y escritor.
@AlemanVelascoM
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