La civilidad de un pueblo se mide por la forma como hace una fila; me dijo hace tiempo un estudioso del comportamiento humano. Hay países donde el espacio vital entre personas en una fila es mayor, y en otros la población se agolpa pecho con espalda para impedir que alguien dolosamente se meta para obtener un beneficio indebidamente.
Aproximadamente son dos meses desde que se iniciaron las recomendaciones de las autoridades para una cuarentena que interrumpa la cadena de contagios de la pandemia de Covid-19.
Hoy vemos una actitud inusitada de respeto a los espacios vitales, paciencia, orden y disposición de la ciudadanía para entrar a bancos, mercados y otros establecimientos, y los ciudadanos han aceptado dejar el espacio necesario para evitar un posible contagio, sin que intervengan decisiones fuertes, sanciones económicas o imposiciones de la autoridad, como en países europeos.
En México, en la historia reciente de los grandes retos, de las grandes tragedias, emergen grandes valores de la ciudadanía.
Tomando como ejemplo los sismos de 1985 y 2017, la espontaneidad solidaria de los ciudadanos es hoy un referente de una nueva etapa de armonía social y corresponsabilidad, que ha tenido efectos en otros escenarios de la vida nacional, tanto democráticos como de equidad y empoderamiento participativo.
La crisis sanitaria que hoy nos afecta está formando los cimientos de una nueva generación que, consciente de los riesgos de contagio, participa en la medida de sus capacidades en el apoyo a sus familiares mayores, así como en otros casos en la distribución de alimentos gratuitos para grupos sociales cuyas fuentes de ingreso se han suspendido durante esta temporada. Sabemos que la solución de fondo es identificar la fórmula de incorporación de mano de obra para procesos productivos en el corto plazo.
Hoy se está construyendo una cultura de higiene y de simplificación de modos de vida y de sistemas laborales que también está reforzando el valor de la familia, como núcleo fundamental de soporte social.
Son ejemplares los hombres y mujeres, trabajadores de la salud, que con entrega y convicción dan muestras ejemplares del amor a su profesión y de su compromiso con el país. De igual manera los maestros que aprovechan las redes sociales para mantener activo el ciclo escolar, en suma todos aquellos trabajadores que mantienen en operación las instalaciones públicas y los servicios privados para que el país continúe operando en condiciones excepcionales.
Las expectativas económicas mundiales para el segundo semestre del año, y el inicio del 2021, indican que habrá una profunda recomposición de mercados, industrias, productos, servicios y modos de producción.
Este periodo de cautiverio también debe de ser un periodo de reflexión y de preparación para que en la reapertura de las actividades económicas y sociales se pueda recobrar la fuerza productiva de nuestra economía.
La oportunidad que nos brindará la entrada en vigor del nuevo tratado comercial de México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) nos debe obligar a concebir una alianza para la producción, la competitividad y el empleo, que nos permita preservar y mejorar nuestra posición en los mercados globales.
En los meses por venir, México tendrá más probabilidad de reactivarse positivamente; en la medida en la que estemos más unidos los ciudadanos.
Rúbrica
Gobierno “Salomónico”. En una adaptación extrañamente bíblica al ejercicio del poder, después de tres elecciones fallidas en Israel los rivales acérrimos, Benjamin Netanyahu y Benny Gantz aceptaron partir en dos el periodo de gobierno para que ejerzan el cargo de Primer Ministro durante 18 meses. Ni en el Vaticano ni en Venezuela, lograron tal concordia.
Político y escritor. @AlemanVelascoM
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