Los sistemas energéticos y alimentarios están profundamente entrelazados. Alrededor del 30% de la energía mundial se consume en los sistemas agroalimentarios y este gasto energético resulta ser responsable de un tercio de las emisiones totales del sector. A su vez, los sistemas agroalimentarios producen un tercio del total de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero.
Ambos sistemas deben transformarse para satisfacer la demanda actual y futura de alimentos y de energía, de manera justa, ambientalmente sostenible e inclusiva. Un enfoque conjunto para la transición energética y a la transformación de los sistemas agroalimentarios es crucial para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 así como el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático.
Los vehículos solares, con su promesa de utilizar la energía del sol para movernos y así reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, ya se han convertido un símbolo de las esperanzas de sostenibilidad de consumidores y líderes defensores del medio ambiente. Sin embargo, la sostenibilidad de estos vehículos solares está intrínsecamente vinculada a la fuente de energía que usan y al ciclo de vida de sus componentes, especialmente las baterías, cuya producción y eliminación plantean desafíos ambientales, sociales y económicos notables. La colaboración entre actores de la industria y responsables de políticas es esencial para establecer una infraestructura robusta de reciclaje, asegurando que los beneficios ambientales de los automóviles solares se extiendan más allá de las carreteras.
De la misma manera, en el otro extremo del espectro verde, ha surgido un concepto nuevo y prometedor, las "vacas solares", para reducir las emisiones de metano de la producción ganadera. Se trata de un enfoque multifacético e innovador, que implica prácticas mejoradas de alimentación, exploración de forrajes de alta calidad, junto con la adopción de tecnologías como digestores anaeróbicos para la captura y utilización de metano o paneles solares.
Con todo, para lograr el equilibrio deseado es necesario alinear toda la cadena de producción con prácticas sostenibles, desde el cultivo de piensos hasta la gestión de residuos, con un fuerte enfoque en aumentar la productividad proteica de los propios animales. Los componentes esenciales para el éxito incluyen el manejo del pastoreo, la cría selectiva para características bajas en metano, un mejor manejo del estiércol, tecnologías de alimentación de precisión y educación de los agricultores, todos los cuales resaltan el papel fundamental de las políticas gubernamentales holísticas.
Es urgente embarcarse en esta transformación, especialmente porque hoy en día, miles de millones de personas mejorarían su salud si consumieran más alimentos de origen animal. Además, en este contexto, no solo la tecnología y la innovación ofrecen soluciones a estos desafíos tan apremiantes, el comercio internacional también desempeña un papel crucial al apoyar la lucha contra la inseguridad alimentaria, hacia una mejor nutrición, adaptación al clima y resiliencia.
Si bien estas estrategias ofrecen promesas significativas, es esencial llevar a cabo una gestión cuidadosa, teniendo en cuenta una amplia gama de factores y condicionantes locales. Aunque los automóviles y las vacas solares presentan un gran potencial, no son una panacea y requieren prácticas integrales y sostenibles a lo largo de sus ciclos de vida. La clave radica en integrar estas tecnologías en ecosistemas más amplios, donde la producción, el consumo y la gestión de residuos estén interconectados y guiados por la administración ambiental.
En conclusión, el camino hacia la sostenibilidad está lleno de buenas intenciones, pero el éxito reside en los detalles. Mientras exploramos la frontera verde con automóviles y vacas solares, un enfoque holístico que considere todo el ciclo de vida de estas tecnologías es fundamental. Abordar desafíos, desde la sostenibilidad de la fuente de energía hasta el reciclaje de baterías y prácticas agrícolas responsables, asegura que estas innovaciones nos impulsen hacia un futuro verdaderamente sostenible. No se trata solo de velocidad en esta carrera; se trata de resistencia y responsabilidad, principios claros de la nueva Hoja de Ruta Global de la FAO, con el objetivo de alcanzar el ODS 2 –Hambre Cero- sin sobrepasar el umbral de 1.5°C.