Durante las últimas décadas, en México nos han inculcado un enfoque individualista y completamente mercantilizado del acceso a la vivienda. Esto quiere decir que para acceder a la vivienda se entiende que la opción es, prácticamente de forma única, la compra o la renta en el Mercado, en una negociación y trato individual, sin intervención alguna por parte del Estado (más allá de la relación que pueda tener éste con la planeación en la construcción de vivienda o el financiamiento de su adquisición).
Además, es casi nula la regulación al mercado de alquiler y a los renteros con quienes tratan los inquilinos en el país. No es casual que hace unos días una amiga de Chihuahua me contaba que, para renovar su contrato de alquiler, su casera le proponía un aumento de 42% de la renta. Y, a su pregunta de si era legal, me entristecía confirmarle que sí, en su estado no había un límite legal a esos aumentos. Dicho caso es cada vez más común, y frecuentemente nos llegan comentarios o denuncias de cómo suceden en todo el país.
El desinterés de los gobiernos en garantizar el derecho a la vivienda ha sido justificado y legitimado bajo mitos asociados a la narrativa meritocrática, como la idea de que “a los jóvenes ya no les interesa tener una vivienda” o que la “moda” del “co-living” (compartir vivienda con personas que no son parte de tu familia o relación afectiva) es una “tendencia que buscan los jóvenes”.
El otro efecto importante de estos mitos ha sido que refuerzan la idea de que tiene que ser individual la resolución de los problemas respecto al acceso a la vivienda. Ante tal desprotección, el “sueño” de gran parte de la población en el país ha sido lograr convertirse en propietarios de vivienda, para poder dejar de lidiar con la clase rentera abusiva.
Pero también es cada vez más común el cuestionamiento a estas narrativas individualistas que legitiman las carencias en el acceso a la vivienda, sobre todo entre las personas más jóvenes. Diversas activistas y colectivos en estos temas han señalado la imperante necesidad de la construcción de un sujeto social que se perciba a sí mismo como un colectivo capaz de exigencia de cambios y lucha colectiva por el derecho a la vivienda.
Por ejemplo, recientemente han llegado a nuestro país noticias de las luchas que llevan diversos colectivos sobre estos temas a nivel global, como la organización Inquilinos Agrupados en Argentina, Deutsche Wohnen & Co Enteignen en Berlín, el Sindicato de Inquilinos de Londres, el Sindicato de Inquilinos de Los Ángeles, entre otros.
El caso de los movimientos en España han sido aún más llamativos durante el mes de noviembre, pues se ha hablado de la posibilidad de ir a una “huelga de alquileres” para presionar de forma colectiva a los inversionistas del sector inmobiliario y a la clase rentera. En particular, se exige la disminución del 50% en el costo del alquiler y la regulación de las transacciones de especulación en el mercado.
Al respecto, en distintas ciudades de México también se están formando de forma incipiente estos movimientos sociales que, sin duda, irán conduciendo a la formación de algo similar a estos sindicatos con exigencias análogas a las de otros movimientos a nivel global.
En dicho contexto, desde las distintas trincheras de activismo en las que me ha tocado colaborar, hemos propuesto la ReNVi - Red Nacional por la Vivienda (puede apuntarse en este formulario quien le interese formar parte de la red), que tiene como objetivo buscar articular las distintas luchas locales en temas de vivienda, con paradigmas y exigencias comunes que se puedan trasladar también al ámbito nacional y generar un mayor poder de negociación ante los intereses económicos que, hasta hoy, han sido prioridad en el actuar de los distintos gobiernos.
En conclusión, es evidente que la lucha por la vivienda en México tiene que comenzar a organizarse desde este entendimiento colectivo, dejando de lado el individualismo y los mitos de la meritocracia, y bajo la premisa de que el abuso del sector inmobiliario y de la clase rentera sólo puede ser frenado con poder de negociación construido con la suma de los distintos movimientos que se están formando en las ciudades del país.
Aprovecho para recordar por acá que el próximo jueves 05 de diciembre, a las 18 horas, en Guadalajara habrá una manifestación en el contexto de la Feria Internacional del Libro (FIL) para exigir medidas claras de las autoridades contra la crisis de vivienda que se vive en la ciudad.