Mauricio Meschoulam

¿Por qué Ucrania y Rusia llevan meses peleando por una sola ciudad y han invertido tanto en esa batalla?

¿Por qué Ucrania y Rusia llevan meses peleando por una sola ciudad y han invertido tanto en esa batalla?
14/03/2023 |04:42
Redacción El Universal
Periodista de EL UNIVERSALVer perfil

Bakhmut es una pequeña ciudad del este ucraniano, ubicada en la región de Donetsk casi frontera con Luhansk (Donetsk y Luhansk son las dos provincias que se autoproclamaron independientes de Ucrania en 2014, y son dos de las cuatro que Rusia ha anexado a su territorio como parte de la guerra). Ese poblado, que antes del conflicto armado tenía unos 70 mil habitantes, se ha convertido en el foco de los enfrentamientos entre Rusia y Ucrania. La batalla por Bakhmut inició desde el verano del 2022 y llevamos meses escuchando que Rusia está a punto de ganarla. Sin embargo, Kiev ha estado completamente decidida a continuar defendiéndola. En realidad, desde la perspectiva militar, la importancia estratégica de este sitio es cuestionable, pero, no obstante, ambos ejércitos están destinando incontables recursos humanos y materiales para seguir luchando esta batalla. ¿Por qué? ¿Qué exhibe la confrontación por una sola ciudad acerca del resto de la guerra Rusia-Ucrania?

1. Aunque la batalla por Bakhmut inició desde el verano, este tema empezó a cobrar mayor relevancia tras las contraofensivas ucranianas del otoño . Rusia estaba perdiendo amplias capas del territorio que controlaba, pero llamaba la atención que aún así, su ejército avanzaba lentamente sobre Bakhmut en algo que parecía muy característico de esta guerra: conquistas y pérdidas, pasos para adelante y pasos para atrás ocurriendo de manera simultánea. Así, algunos análisis militares asumían que Bakhmut caería desde octubre o noviembre pasados y eso brindaría un respiro al ejército ruso tras sus vastos retrocesos acumulados en el otoño.

2. No obstante, pasaban los meses y Bakhmut seguía siendo disputada. Prácticamente todas las semanas nos llegaban reportes que indicaban que Rusia seguía muy cerca del control completo del territorio y se pensaba que era cosa de días para que se anunciara la retirada ucraniana. La lectura que se hacía es que ese era un poblado del cual el ejército ucraniano podía efectuar un retiro táctico y concentrar sus líneas de defensa en otros puntos. Sin embargo, este repliegue no ha ocurrido aún. Al revés, la consigna ucraniana, repetida a lo largo de semanas por Zelensky y su equipo ha sido: “¡Retengamos Bakhmut!”, un grito que se ha convertido en una especie del “¡No pasarán!” ucraniano.

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3. Al margen de examinar los factores que están motivando esta larguísima confrontación, es importante entender que este caso específico evidencia de manera muy clara varios de los aspectos que caracterizan a esta guerra. Entre otras cosas, se puede apreciar la disposición de ambos ejércitos a sostener una cantidad de muertes que no se habían visto desde probablemente la Segunda Guerra Mundial—estamos hablando de cientos por día; hay reportes de algunos días con incluso miles de bajas—. De igual forma, observamos la disposición de ambos ejércitos para invertir incontables recursos militares y materiales con tal de controlar esta posición. Ello resulta en una prolongada guerra frontal y de desgaste, enormemente costosa, con incalculables rondas de artillería pesada y pérdidas brutales, para que meses después, nos encontremos en un punto no demasiado distinto del que estábamos antes de esas largas rondas de enfrentamientos.

4. En concreto, Moscú ha enviado ahí a decenas de miles de soldados recientemente reclutados no solo para sumar números, sino para poder sostener continuos asaltos sobre las posiciones ucranianas, atraer a la artillería de ese ejército y así ubicar las posiciones ucranianas y poder atacarlas.

5 . Para esta batalla, el rol del Grupo Wagner, una empresa privada de contratistas militares rusos muy cercana a Putin, ha sido fundamental, tanto por su experiencia en combate, como por su capacidad y velocidad para entrenar e incorporar a nuevos reclutas (miles de los cuales han procedido de prisiones rusas), así como por emplear tácticas que han resultado relativamente más eficaces que las del ejército ruso. Esta situación, no obstante, también ha intensificado una rivalidad política que ha crecido desde hace meses, entre el director del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, y la cúpula militar rusa (un tema que merecerá un texto aparte).

6. Parte de las tácticas que Rusia está empleando consisten en estirar hasta donde le sea posible, los puntos de ataque contra las líneas de defensa ucranianas. Esto ha significado no solo luchar en Bakhmut, sino en otros pequeños poblados más al norte y al sur de dicha localidad. En ese sentido, el ejército ruso ha conseguido ir avanzando lentamente sobre algunas de esas posiciones y esto, naturalmente, va dispersando la capacidad defensiva del ejército ucraniano. Con todo, Bakhmut sigue siendo hoy el centro más importante de combate.

7. Ahora bien, detrás de semejantes esfuerzos y energía por parte de Rusia, hay varias lógicas. La primera, es la urgente necesidad de victorias. Para Moscú, es crucial impactar sobre las narrativas que se tejen acerca de esta guerra, narrativas que van desde su ineficacia, sus incapacidades y sus errores logísticos de manual, hasta otras como el solo hecho de que desde hace meses se hable ya no solo de “detener” a Rusia, sino de “derrotarla de manera decisiva”. Pero eso no es lo único. Rusia necesita ofrecer a su población una historia de éxito, algo que justifique el costo humano, material, económico y social de las decisiones de Putin. A la vez, el Kremlin necesita proyectar poder hacia afuera , mostrar que las palabras, los discursos, las amenazas y la imagen que Rusia ha construido acerca de sí misma, tienen un sustento real. Desde su óptica, Bakhmut es crucial para cambiar las cosas. Desde una perspectiva más militar, quizás Bakhmut no sea necesariamente la puerta que permita toda la conquista de Donetsk, pero sí está desgastando al ejército ucraniano, pues atrae a sus fuerzas y puede vulnerar otras posiciones.

8. Hay un factor adicional. Putin estima que el tiempo está de su lado. Bajo la óptica de Moscú, en la medida en que batallas como esta se prolonguen por meses y meses, la parte más desgastada será Ucrania y los aliados occidentales que le respaldan. El Kremlin busca librar también una guerra cognitiva en ese rubro, un agotamiento político, generar fisuras—las cuales, si bien hasta el momento son muy pocas, pasado el tiempo se pueden intensificar.

9. Aún así, Ucrania ha tomado la decisión de defender esta posición con todo, y esto no solo tiene que ver con los factores psicológicos o morales arriba señalados. Kiev considera que mientras Rusia siga acumulando miles de bajas, se siga desabasteciendo de proyectiles de artillería, siga perdiendo tanques y equipo, en esa medida otras de sus posiciones se vuelven vulnerables para intentar nuevas contraofensivas como las del otoño. Esta es una estrategia que a Kiev ya le ha funcionado antes, y Zelensky está seguro que puede funcionar nuevamente.

10. Así que lo que podemos esperar para las siguientes semanas es posiblemente sí un eventual retiro ucraniano de Bakhmut, consiguiendo para Rusia una muy necesitada y buscada victoria. Pero también probablemente, estamos cerca de observar alguna o algunas contraofensivas ucranianas en otras zonas del país, lo que podría resultar en una recuperación de territorio para Ucrania.

La combinación de esta serie de factores habla mucho de lo que es esta guerra y de los meses que se avecinan: ejércitos carcomiéndose mutuamente (mientras que paralelamente Rusia se mantiene bombardeando la infraestructura civil y energética del país), un costo humano incuantificable para ambos rivales—tanto en vidas y heridos militares como en vidas civiles y personas desplazadas en el caso ucraniano—un costo económico difícil de dimensionar para ambos países a fin de poder sostener este ritmo de lucha, con una carga que queda en manos de aliados de esos países para poder respaldar y sostener estos meses (¿años?) de hostilidades. Esto, por supuesto, nos recuerda a guerras de otros siglos, se topa con la falta de preparación de la industria militar de esos países para mantener el paso que se requiere, y, sobre todo, nos regresa a niveles de destrucción y de tragedia humana que ninguna otra guerra después de la Segunda Guerra Mundial había producido. Probablemente la larga batalla por Bakhmut será recordada en los libros de historia por toda esa serie de elementos.

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