Al menos 12 personas murieron y miles resultaron heridas en Líbano el martes cuando cientos de buscapersonas explotaron simultáneamente en todo el país en un ataque masivo dirigido en contra de Hezbollah. Debemos asumir que varias de las personas heridas y muertas son miembros de esa agrupación, pero que muchas otras no lo son. Aunque Israel, como es común en este tipo de casos, adopta una política de ambigüedad, todo apunta a que se trata de una sofisticada operación del Mossad, la inteligencia de ese país, situación que está siendo ya documentada por medios globales. Esto es acompañado por la atribución de la responsabilidad tanto por parte del gobierno de Líbano como por parte de Hezbollah, así como el reconocimiento tácito por liderazgos en todo el planeta de que Israel ha optado por escalar las hostilidades contra este, que es uno de sus mayores enemigos.

Aunque a lo largo de las últimas semanas he hablado mucho acerca de cómo la confrontación entre Hezbollah e Israel viene escalando desde hace meses, retomo lo siguiente como contexto para explicar cómo se inserta este ataque masivo dentro de una amplia y compleja cadena de eventos cuyo último capítulo inicia el 8 de octubre del 2023, un día después de los atentados de Hamás y la Jihad Islámica contra Israel.

El contexto

1. Hezbollah, es una poderosa agrupación libanesa (fundada, financiada y armada por Irán), pero que al mismo tiempo tiene sus propias consideraciones. Se trata no solo de una milicia, sino de una organización política que compite y gana elecciones en Líbano, forma parte del parlamento y el gobierno, pero que no por ello monopoliza las voluntades ni posiciones de la sociedad de su país sede. Así que una guerra mayor con Israel, en principio no se encuentra en su interés estratégico, tanto por el daño político que se ocasionaría en su contra, como por el daño que sufrirían sus tropas y arsenal. Consecuentemente, la estrategia que coordina con Irán para apoyar la causa de Hamás y la Jihad Islámica (otras dos aliadas de Teherán) en su guerra en Gaza contra Israel, le viene muy bien: activar una larga guerra de desgaste de baja intensidad que vaya paulatinamente mermando material y psicológicamente a Israel.

2. Así, Hezbollah se suma a la lucha en apoyo a Hamás desde el 8 de octubre, fecha en que lanza el primer ataque contra Israel. Estos factores resultan en una nueva ecuación que, podríamos decir, se mantuvo desde esa fecha hasta estos días. En lo general las reglas consisten en sostener una guerra de relativa baja intensidad: el “tit for tat” o golpe por golpe. Todas las semanas había intercambio de fuego entre Israel y Hezbollah (ocasionalmente también por parte de otras milicias proiraníes desde Siria e Irak hasta Yemen). Cada ataque de cualquiera de las partes producía una respuesta de la parte atacada que se procuraba enviar bajo determinados límites. Esto no significa que la violencia ha sido poca. Hasta antes del 27 de julio, Israel había eliminado a 388 combatientes de Hezbollah (incluidos varios comandantes) y de su lado, Hezbollah había ocasionado 37 bajas, principalmente entre militares israelíes. El común denominador de todos estos choques, sin embargo, es que Irán no estaba directamente involucrado.

3. Estas nuevas “reglas” se quiebran desde el 27 de julio. Hezbollah lanza un ataque con misiles contra Israel en represalia por la eliminación de cuatro de sus combatientes. Uno de esos misiles, a decir de las autoridades israelíes (corroborado por otros gobiernos) cae sobre una aldea drusa y termina con la vida de 12 jóvenes que jugaban fútbol hiriendo a muchos más. Hezbollah niega la responsabilidad de ese misil en específico (a pesar de que sí aceptó la responsabilidad de los otros), pero más allá de ello, lo relevante del caso es que Israel sí atribuye el ataque a esa agrupación, señalando que esos hechos rompían las líneas rojas que hasta ahora habían limitado el enfrentamiento.

4. Este solo hecho, ya inserta a ambos actores en una espiral que cobra dimensiones distintas a las arriba señaladas. Así, Israel declaró que deseaba generar un importante daño a Hezbollah sin que el resultado de su represalia produzca una guerra mayor, y en un ataque en los suburbios de Beirut eliminó al número 2 de la organización, el líder militar.

5. Pasadas varias semanas, sin embargo, Hezbollah lanza una represalia por ese asesinato que, si bien fue importante, mantiene la ecuación dentro del territorio de lo limitado.En ese evento de fines de agosto la agrupación libanesa intentó lanzar más de 1000 misiles en contra de Israel, una operación que fue mayormente frustrada por la aviación israelí tras lo que se calcula que unos 300 misiles sí lograron ingresar a Israel, pero ninguno de ellos ocasionó un daño mayor ni bajas humanas que hubieran contribuido a elevar una vez más la espiral. Además, Hezbollah anunció que había culminado esta fase de su represalia por lo que Israel entendió el mensaje y la situación regresó al tit-for-tat arriba descrito.

6. En otras palabras, al final del camino, tanto para Irán como para Hezbollah resulta funcional sostener la larga guerra de desgaste contra Israel mediante la cual, aunado a lo que acontece en Gaza, el eje proiraní percibe que ese país está paulatinamente siendo derrotado. No material, sino políticamente. Israel es globalmente percibido como el responsable de todo lo que acontece, su grado de inversión ha sido reducido por las calificadoras, su turismo y economía se encuentran fuertemente golpeados, su condena en organismos internacionales es continua; hay dos procesos judiciales en cortes internacionales en contra de ese país y su dirigencia, la causa palestina ha vuelto a ganar enorme energía, y, por tanto, Israel y su gobierno son cada vez más aislados. Mientras eso sucede, Hamás adquiere popularidad no solo entre la sociedad palestina (lo que reflejan encuestas desde octubre de 2023 hasta la fecha; en resumen, si hubiera hoy elecciones Hamás ganaría y por mucho), sino en el mundo árabe, en el mundo islámico e incluso en un sector del mundo occidental para quien Hamás ha conseguido exitosamente insertarse dentro de la lucha anticolonial y anticapitalista. Hezbollah no solo contribuye y apoya estos resultados, sino que, en palabras de su líder, busca también insertarse narrativamente dentro de las mismas causas para así, seguir dañando la legitimidad de Israel.

El ataque masivo contra buscapersonas de Hezbollah

1. El anterior es el contexto dentro del que, en los últimos días, en Israel se venía ya discutiendo la necesidad de modificar la estrategia en la frontera con Líbano. Parte de ello consistió en el establecimiento de nuevas metas para su guerra regional, las cuales ahora incluyen la creación de condiciones de seguridad para que las decenas de miles de desplazados del norte del país puedan regresar a sus hogares (lo que implicaría derrotar a Hezbollah y/u obligarle—por cualquier medio posible—a regresar a la situación previa al 8 de octubre).

2. Asimismo, se filtró en la prensa que Netanyahu había tomado la decisión de remover al ministro de defensa Gallantdebido a su oposición actual a escalar la conflictiva con Hezbollah y sustituirlo por otro político, Gideon Saar, más proclive a aceptar una operación mayor en el Líbano. (Al final, esta decisión se ha pospuesto debido a cómo los eventos se desencadenaron y la imposibilidad de hacer un cambio de mandos ante la emergencia actual).

3. Por último, justo en los últimos días, observamos que el golpe por golpe entre Israel y Hezbollah estaba volviendo a escalar, alcanzando en ciertos momentos el envío de cientos de misiles en contra de Israel desde Líbano, y decenas de bombardeos y varios asesinatos de miembros de Hezbollah por parte de Israel.

4. Ese es el punto en el que supimos de la explosión de miles de buscapersonas, desde Beirut hasta Damasco, en posesión de miembros de Hezbollah, causando miles de heridos, cientos de ellos de gravedad, incluido el embajador iraní en Líbano y al menos 12 muertos, varios de ellos civiles. Naturalmente, este ataque masivo se inserta dentro de toda la cadena de hechos que describo y forma parte de la decisión de Israel de mostrar su determinación a escalar las circunstancias.

5. Primero, ¿por qué buscapersonas o radiolocalizadores? Desde hace bastante tiempo, agrupaciones como Hamás o Hezbollah han optado por descartar el uso de celulares, especialmente smartphones, pues estos son blancos más fáciles para el espionaje y el hackeo. En cambio, han optado por el uso de telefonía fija, el uso de interfones, en el caso del liderazgo de Hamás notas escritas, y como ahora vemos, el uso de buscapersonas. En este caso, según se ha reportado, se trata de miles de buscapersonas que habían sido adquiridos por Hezbollah desde hace un tiempo.

6. Segundo, hay dos hipótesis que se están manejando. Una es el ciberataque de estos aparatos, la segunda sería una intervención por parte del Mossad en el proceso de fabricación y armado de los radiolocalizadores, en la que habrían conseguido introducir (hace meses) una cantidad de explosivos en cada uno de ellos, que fueron posteriormente activados mediante un código que fue enviado de manera simultánea. Por ahora no lo sabemos con precisión.

7. Tercero, según un reporte de Al-Monitor, la detonación de los buscapersonas no estaba planeada para este momento—sino para el evento de una confrontación mayor—pero tuvo que ser aceleradadebido a que ciertos miembros de Hezbollah empezaron a sospechar del plan.

8. Como sea, estos hechos colocan nuevamente a la región ante una situación muy delicada. Al final del camino, Israel ha optado por enviar un mensaje de enorme fuerza a Hezbollah y a su aliado mayor, Irán, en el sentido del costo que tendrán que pagar si siguen optando por librar esta prolongada guerra en su contra. No solamente se ha ocasionado un daño material considerable a Hezbollah y a miles de sus miembros, sino que Israel demuestra que ha podido penetrar y dañar su red de comunicaciones, factor central para librar cualquier guerra en su contra.

9. Acá la cuestión, sin embargo, no está en la táctica sino en la estrategia. Hezbollah (que cuenta con un arsenal enorme y sofisticado) podría optar por restablecer la ecuación disuasiva —es decir, lanzar una represalia que cause un daño tal en Israel que le haga pagar un importante costo por sus actos. Pero eso ocasionaría que Israel a su vez respondiese de igual manera, activando nuevamente la espiral hacia una guerra mayor que resultaría brutalmente perjudicial para todas las partes. O bien, podría lanzar un ataque menor que simplemente restableciera la ecuación de guerra de baja intensidad (tit-for-tat) arriba descrita. O podría lanzar una represalia intermedia. O incluso podría esperar varias semanas sin hacer absolutamente nada más que lo que ha venido haciendo en estos meses.

10. Lo que nos tenemos que preguntar es qué busca cada parte y cómo es como mejor consigue sus fines. Si srael pretende realmente regresar a la situación preexistente al 8 de octubre, es probable que los actos de fuerza no le lleven inmediatamente a ello. Estos actos no solo legitiman la lucha de Hezbollah (dentro y fuera de Líbano), sino que difícilmente le disuaden y en cambio, probablemente le incentivan. A pesar del daño sufrido, Hezbollah cuenta con más de 50 mil combatientes, un arsenal de más de 150 mil misiles, decenas de miles de ellos balísticos, y cientos de miles de drones. Al mismo tiempo, sin embargo, si Hezbollah desea retornar a la guerra de desgaste, que le permite no tener que pagar costos elevados por dañar paulatinamente a Israel, tampoco le convendría activar una confrontación mayor.

A pesar de todo lo que indico, el mayor error consiste en que una vez desatadas, los actores pueden controlar las espirales violentas. Frecuentemente éstas se salen de sus manos. Así que tendremos que seguir monitoreando, no solo lo que decida hacer Hezbollah como respuesta ante los hechos señalados, sino también Irán que sigue acumulando cuentas pendientes con Israel.

Instagram: @mauriciomesch

TW: @maurimm

Google News