Esta semana en un ataque atribuido a Israel, fue asesinado en Beirut Saleh Al Arouri, uno de los líderes más importantes de Hamás, considerado no solo el autor intelectual de una gran cantidad de atentados desde los años 90 hasta el pasado 7 de octubre, sino el enlace entre Hamás, Hezbollah e Irán. Es decir, un puente entre tres pilares del llamado “eje de resistencia” proiraní. Todos los ojos estaban puestos el miércoles en el discurso del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, para evaluar en qué medida esa agrupación escalaría sus hostilidades contra Israel como represalia. Además de esa arena, otros frentes se han encendido desde el 7 de octubre. Uno de los que más ha llamado la atención en las últimas semanas es el de la milicia yemení de los houthies y sus ataques en el Mar Rojo contra buques que esa agrupación (a veces correcta y otras incorrectamente) asocia con Israel. Cada uno de esos temas es enormemente complejo, pero hoy todos confluyen en un factor común: el grado de respaldo que Irán y sus aliados están dispuestos a ofrecer a Hamás y a la Jihad Islámica en su guerra contra Israel.

Como nota, ya de estos temas he escrito varios artículos. Si desea más datos de contexto, los puede revisar en mi perfil del Universal. Aunque hoy rescato algunos fragmentos, me concentro en la situación a inicios del 2024.

Israel-Irán

1. Israel e Irán son los mayores rivales en toda la región; libran desde hace años una guerra de “baja intensidad” (cada vez menos baja) y actúan continuamente para contenerse o, abiertamente, golpearse. Esto conlleva al menos dos vetas, la nuclear y la actividad regional iraní. Israel es un país nuclearmente armado; Irán considera que la única forma de equilibrar la balanza está en su propio proyecto nuclear y de misiles. Sobre ello ya hemos escrito y lo seguiremos haciendo posteriormente. Por ahora me enfoco en el segundo rubro:

Irán ha construido una red de milicias aliadas (que tienen distintos grados de cercanía y coordinación con Teherán) en la región de Medio Oriente; Teherán aprovechó la guerra siria para establecer bases propias y posiciones de algunas de esas milicias aliadas, así como para establecer rutas de abasto y armamento de la red. Israel lleva años atacando esas posiciones y rutas de suministro en Siria.

Cada uno de los actores que conforman esa red de milicias proiraníes tiene características y metas propias, así como rivalidades no solo con Israel sino con otros países o actores.

Hamás y la Jihad Islámica son parte de esa red. Aunque ambas tienen historias y metas que obviamente se asocian a la lucha palestina, Teherán financia, arma y entrena a ambas organizaciones. La historia entre Hamás e Irán es compleja, pero desde 2017 su acercamiento ha crecido y justamente Al Arouri fue uno de los factores clave en ello.

2. Irán se enfrenta continuamente al dilema de hasta qué punto apoyar a sus aliados en Gaza. Como dije, desde al menos 2017, Israel se mantiene atacando posiciones iraníes en Siria, pero, además, ambos países se han golpeado de distintas formas. Apenas hace unos días, otro ataque atribuido a Israel eliminó a un importante general iraní en Siria. A pesar de todo ello, de acuerdo con las estimaciones actuales, hasta este punto Irán no parece interesado en un conflicto directo a gran escala contra Israel, puesto que el costo sería enorme, considerando los beneficios que Teherán puede obtener mediante otras estrategias que sí está implementando. En otras palabras, atacar a Israel y a otros países que le respaldan, mediante los distintos brazos de su red, sin tener que pagar el precio por hacerlo, resulta más racional. Teherán indica que cada uno de sus grupos aliados es independiente y toma las decisiones por sí mismo, lo que permite a Irán la “negabilidad plausible”, es decir, no tener que reconocer su involucramiento en determinados eventos y evitar así el recibir represalias directas por los mismos.

3. Si consideramos que, además, Estados Unidos ha adoptado una postura disuasiva y ha amenazado a Teherán en caso de intervenir de manera directa en el conflicto contra Israel, podemos afirmar que, por ahora, Irán se encuentra cómodo con seguir implementando la estrategia actual sin su directo involucramiento.

4. El riesgo, sin embargo, permanece latente toda vez que, como podemos observar, Israel—quien sí atribuye a Irán la responsabilidad directa de varios de los ataques que ha recibido—se mantiene probando continuamente la línea roja que ese país está dispuesto a cruzar.

5. Como mención adicional, solo señalar que hace unos días ocurrió un atentado en Irán durante la ceremonia luctuosa del General Soleimani, quien fuera el segundo hombre más poderoso en Irán, asesinado por Washington hace cuatro años. El atentado de esta semana que cobró más de 80 víctimas iraníes, consistió en dos ataques suicidas, los cuales han sido reivindicados por ISIS. Ello merece un análisis aparte, pues si bien guarda cierta conexión con el contexto actual, en realidad forma parte de otra cadena separada de eventos marcada por la conflictiva Irán-ISIS.

Israel-Hezbollah

1. De todos los actores que conforman el eje proiraní, Hezbollah es probablemente el mayor pilar con el que Teherán cuenta. Se trata de una agrupación libanesa chiíta que fue fundada, que es financiada, armada y entrenada por Irán. Sin embargo, Hezbollah es una organización compleja. Su brazo armado, con lazos documentados con el crimen organizado, por ejemplo, en América Latina, ha cometido una importante cantidad de atentados terroristas (hace algunas semanas, la inteligencia brasileña frustró planes terroristas asociados a Hezbollah para cometer ataques en ese país), y en 2006 sostuvo un largo y abierto enfrentamiento contra Israel. Al mismo tiempo, la rama política de esa organización compite en elecciones en Líbano y forma parte del parlamento y del gobierno en ese país.

2. La realidad es que esta es la agrupación percibida en Israel como su mayor amenaza inmediata. En aquel 2006, las hostilidades Israel-Hezbollah terminaron en una especie de empate (el cual en Israel fue percibido con sabor muy agrio, ya que las metas enunciadas, “la destrucción” de esa organización, no se consiguieron). Hezbollah tiene unas 10 veces la fuerza de Hamás, y una escalada mayor que involucre a esa organización sería no solo desastrosa para Líbano sino también para Israel.

3. Por ahora, Hezbollah ha decidido calentar su frente con Israel solo mediante intercambios de fuego relativamente limitados, pero sí suficientes como para haber ocasionado la evacuación de 60 mil residentes israelíes del norte del país, y tener al ejército israelí distraído, considerando siempre la posibilidad de que dicho frente se encienda más.

4. Dicho eso, hay otros factores que podrían restringir las acciones de Hezbollah. Esto incluye la desaprobación que hay en Líbano acerca de la posibilidad de ser arrastrados a un enfrentamiento con Israel, o bien, otros como la disuasión que ha ocasionado la presencia incrementada de Washington en la región, así como las amenazas de Biden. Pero por encima de todo, ahí está el mensaje de fuerza que Israel está enviando y que, por lo que parece, tanto Hezbollah como Irán están recibiendo, al menos en parte, en el sentido de que, si la situación llega a escalar, a pesar del enorme daño que Israel recibirá, Hezbollah será dramáticamente reducida, cortando a Irán uno de sus más importantes brazos.

5. Aún así, a inicios de 2024, la situación se presenta más compleja. Hasta el momento de este escrito, Hezbollah ha lanzado 556 ataques contra Israel desde el 7 de octubre (INSS, 2024). Israel ha respondido en una cantidad similar de ocasiones matando a 134 operativos de esa agrupación, además de varios civiles libaneses. Hezbollah ha matado a 14 israelíes. Con toda probabilidad, los últimos ataques atribuidos a Israel tanto en Líbano como en Siria, ocasionarán un incremento en esos niveles de intercambio de fuego entre Hezbollah e Israel lo cual, de manera natural, eleva las posibilidades de que el conflicto escale.

6. No obstante, por los factores que arriba señalo, es probable que Hezbollah intente represalias que, si bien puedan enviar mensajes de fuerza y eleven el costo a Israel por esos asesinatos, buscarán no escalar el conflicto a un nivel mucho más alto del que actualmente se encuentra.

7. Aún así, a medida que el conflicto en Gaza se mantiene vivo y mientras Hamás siga perdiendo capacidades operativas, Hezbollah se encontrará cada vez más presionada a intervenir a su favor, lo que siempre puede suscitar un error de cálculo o incluso un accidente que desemboque en una guerra de mayor nivel contra Israel. Adicionalmente, del lado israelí todos los días aumenta la presión por parte de actores de línea dura quienes consideran que ese país debería ya lanzar un ataque mayor contra la milicia libanesa. Estos son riesgos que se tienen que monitorear a diario.

Los houthies

1. Los houthies son un grupo insurgente de Yemen, quienes predominantemente pertenecen a una subsecta del islam chiíta, llamada zaidi. Los houthies participaron en las revueltas de la Primavera Árabe en 2011. Se trata de una agrupación apoyada por Irán desde los años noventa, aunque el respaldo iraní en ese entonces era mucho menor que en la actualidad.

2. Los rebeldes houthies tomaron en 2014 control de la capital del país, Sanaa, y lanzaron una gran ofensiva de expansión amenazando ahora a Adén, ciudad a donde tuvo que huir el gobierno formalmente reconocido, liderado por el presidente Hadi. Desde entonces los houthies libran una guerra contra ese gobierno, así como contra una coalición de países liderada por Arabia Saudita. El conflicto en Yemen ha pasado por distintas fases.

En 2023 hubo varios ceses al fuego que colapsaron. No obstante, parte del tema actual es que el reino saudí se encuentra altamente interesado en mantener vigentes esos ceses al fuego y por tanto prefiere por ahora distanciarse de cualquier escalamiento con los houthies.

3. Al igual que el resto del eje de milicias proiraníes, desde el inicio del actual conflicto entre Israel y Hamás, los houthies señalaron que apoyarían con fuego a sus aliadas en Gaza: Hamás y la Jihad Islámica.

4. Esto ha sido implementado por los houthies de dos maneras. De un lado, hasta ahora, esa agrupación ha lanzado 14 ataques contra Israel, lo que incluye una gran cantidad de misiles crucero, misiles balísticos y muchos más drones, enviados desde Yemen hacia el sur israelí. Es notable la cantidad de ocasiones en las que buques estadounidenses han intervenido para interceptar esa serie de proyectiles, pero también es interesante considerar que otros países, incluidos Francia, Reino Unido o hasta la propia Arabia Saudita y Egipto, han tenido que interceptar drones y misiles houthies en esa zona.

5. La segunda forma ha sido la disrupción a la navegación comercial en el Mar Rojo que los houthies han puesto en marcha como medida de presión, ya no solo contra Israel. Los houthies han secuestrado o atacado con drones y misiles a embarcaciones que esa organización indica que tienen lazos con Israel o que efectúan operaciones comerciales con ese país. Sin embargo, la realidad es que esto ha afectado a compañías europeas y asiáticas, al grado de ocasionar que muchas de éstas suspendan operaciones en ese importante mar que conecta Asia y África con Europa.

6. Los riesgos de escalamiento en este frente se mantienen creciendo. Ante los ataques houthies, Estados Unidos ha buscado conformar una coalición de defensa que amenaza a esa agrupación en caso de continuar con sus ataques. De hecho, EU ya combatió y hundió embarcaciones houthies. Ello ocasionó que ahora fuese Irán quien trasladó un buque militar a la región mandando también sus propias señales de apoyo a esa organización aliada.

7. Nada de ello, sin embargo, está siendo capaz de disuadir a la agrupación yemení quien se mantiene casi todos los días atacando a embarcaciones de distintos países. De hecho, es probable que las tensiones aumenten incluso más.

8. Parte de la estrategia consiste en presionar a Biden justo en un año electoral, frente a amplios sectores de su propia sociedad que están reprobando su gestión del conflicto Israel-Hamás y, sobre todo, ante millones de estadounidenses que se oponen a que su país se vea arrastrado a una nueva guerra en Medio Oriente.

En fin, además de la situación en Líbano y en el Mar Rojo, está la actividad de las milicias proiraníes en Siria y en Irak, tanto contra Israel como contra Estados Unidos, pero eso lo abordaremos ya posteriormente. Por ahora, mantener el ojo en toda la región pues esta delicada situación desde hace muchas semanas dejó ya de limitarse a la zona de Gaza.

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