Mauricio Farah

La incontenible muerte en la frontera

La incontenible muerte en la frontera
19/02/2022 |03:18
Redacción El Universal
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Pacto Mundial sobre migrantes, objetivo 8: Salvar vidas y establecer esfuerzos internacionales coordinados en beneficio de los migrantes desaparecidos.

En 2021 se cumplieron 28 años de muerte diaria en la frontera entre México y Estados Unidos.

Cada vez que hay que decirlo o escribirlo, las palabras pesan, y hay que leerlas lentamente: muerte diaria en la frontera durante 28 años.

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Cuento las casi tres décadas desde que el gobierno de Bill Clinton puso en marcha la llamada Operación Guardián, que comenzó la construcción del muro y fortaleció la vigilancia en la frontera en las zonas urbanas, lo que provocó que las rutas migratorias se trasladaran a áreas inhóspitas y de alto riesgo.

Así fue como dio inicio esta tragedia tan incontenible como invisible. Los años han pasado y han ido dejando una estela de muerte y sufrimiento en la frontera de dos países que además de ser socios comerciales gustan de llamarse amigos.

En 2019 y 2020, las cifras ya superaban el saldo mortal de años anteriores. En el primero murieron 524 y en el segundo 476, para una cifra total, exacta y escalofriante de mil migrantes fallecidos en dos años (*).

En 2021, sin embargo, el drama migrante alcanzó una cifra récord: 681 personas perdieron la vida en la mencionada franja fronteriza: 348 hombres, 89 mujeres y 19 niñas y niños. Los 225 restantes no pueden sumarse a alguno de estos grupos porque la descomposición en la que se hallaron ha hecho imposible saber su sexo o edad (El Universal, 10 de febrero, 2022).

¿Cómo mueren las personas migrantes en la frontera? De forma lenta, a veces con agonía de días, casi siempre en soledad, en ocasiones extraviados o imposibilitados para seguir al grupo, y siempre aconsejados para que avancen hacia la carretera que se les señala y se entreguen a la Patrulla Fronteriza, lo que siempre es una apuesta alta. Así, el año pasado murieron 130 por las condiciones climáticas y/o por falta de alimento o agua; 101 por ahogamiento; 76 por accidentes viales; 45 por violencia; y 19 por caídas o piquetes de animales. Otra vez la cifra de los indescifrable es numerosa: en 302 casos, no pudo determinarse la causa de su muerte.

De los 681, se identificó como mexicanos a 151; guatemaltecos, 72; hondureños, 34; ecuatorianos, 17; salvadoreños, 16, y a un senegalés. De los 390 restantes no hubo forma de saber su procedencia.

Así son los desiertos, los ríos, las montañas: con frecuencia, al acabar con la vida, borran cualquier vestigio de identificación. Así son las áreas inhóspitas que en su desesperación aceptan o eligen los migrantes, conocedores ellos o quienes los guían de que mientras traten de internarse en Estados Unidos más lejos de los centros urbanos, hay un poco más de probabilidades de cruzar la frontera… o de morir en ella.

(*) Todos los datos son del Proyecto de Migrantes Desaparecidos, de la OIM.

Secretario general de Servicios Administrativos del Senado y especialista en derechos humanos. @mfarahg