Biden debe dejar la carrera presidencial. No he leído una sola opinión seria en el sentido contrario. Su desempeño en el debate no sólo fue malo, sino que puso en duda que actualmente Estados Unidos esté en buenas manos. Mientras veía el debate, Biden me parecía el rival más débil, a pesar de ser el presidente en turno, comandante en jefe de las fuerzas armadas y, supuestamente, el líder del “mundo libre”. Su desempeño fue un desastre mayúsculo.

La historia de Estados Unidos se basa en la idea de que es un país realmente excepcional. Estados Unidos es la “ciudad en la cúspide de la montaña” (city upon a hill) que está llamada a ser un “faro de esperanza” (beacon of hope) no sólo para los estadounidenses, sino para todas las demás naciones. Bajo esas ideas fundaron su nación y diseñaron sus instituciones. Al ver el debate uno tenía la sensación de que esos ideales quedaron atrás, muy atrás. Políticamente, hoy Estados Unidos no es ejemplo de mucho. Un racista mentiroso compulsivo y alguien claramente incapaz de ser candidato protagonizan la decadencia del vecino del Norte.

Los llamados a que Biden abandone la candidatura deben tomarse en serio. Si algo mostró el debate es que si Trump llega a la Casa Blanca va a destruir lo que queda de la muy imperfecta democracia estadounidense. Vimos a Trump sin límites y dispuesto a hacer lo que sea porque, efectivamente, el sistema no ha podido con él. Pero los demócratas están a tiempo de revertirlo. Su convención es el 19 de agosto, ahí pueden elegir a otro candidato o candidata.

Desde un inicio me sorprendió la nominación de Biden. Es más que obvio su desgaste físico y cognitivo. No imagino a quién se le ocurrió que era buena idea presentarlo así en un debate. Más aún cuando la fecha del debate y el formato fueron ideas de su equipo, no de Trump. Me sorprende que siga aferrado a la candidatura. Es una estampa de cómo el poder distorsiona la realidad. Quienes lo detentan pierden el sentido del mundo, por creer que su realidad es el mundo entero. Basta con que el propio presidente Biden abra cualquier periódico para que se dé cuenta de que ya perdió. Y que su terquedad podría dinamitar el sistema político estadounidense.

Biden debe hacerle caso a su amigo Thomas L. Friedman del New York Times quien le dice que, en un acto de dignidad y responsabilidad, debe retirarse de la contienda. Si lo hace, será recordado como el gran presidente que ha sido. Dejar el poder no es cosa fácil. Felipe González se tardó varios años y eso afectó su prestigio. De Gaulle batalló, pero hizo varios repliegues tácticos. Sabía entrar y salir de escena. Biden debe hacerlo. Debe seguir los pasos de Lyndon B. Johnson, quien también quería reelegirse en 1968, pero el mal desempeño de EUA en la guerra de Vietnam acabó con su popularidad y con sus aspiraciones. El debate fue el Vietnam de Biden.

Los demócratas deben actuar pronto y nominar a alguien más. No hacerlo sería darle la razón a Gore Vidal cuando decía que “Estados Unidos fue fundado por la gente más brillante del país. Y no la hemos visto desde entonces”. Pues eso.

X: @MartinVivanco

Friedman, Thomas, L, “To Serve His Country, President Biden Should Leave the Race”, The New York, Times, 28 de junio de 2024, disponible en:

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