Uno de los temas que más preocupan de la agenda universitaria tiene que ver con la seguridad, si bien es cierto que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) no es una isla, debemos aceptar que el problema de la inseguridad tiene un alcance nacional, por ello, es necesario que desde la Universidad se construya un mensaje que aborde no sólo la problemática que se vive al interior de la máxima casa de estudios, sino que participe permanentemente de la mano con las autoridades locales y federales.
El tema de la seguridad es de la atención de los cuatro aspirantes a la rectoría de la UNAM: Angélica Cuéllar Vázquez, directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS); Enrique Graue Wiechers, rector de la UNAM; Pedro Salazar Ugarte, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ); y Daniel Velázquez Vázquez, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES), Aragón. Por razones de espacio consideraremos las propuestas de dos de los aspirantes a la rectoría.
En su plan de trabajo Enrique Graue considera como prioridad el fortalecer la cultura de prevención y autocuidado como estrategia para reforzar la seguridad de la comunidad universitaria y de sus instalaciones. Asimismo, señala que es necesario mejorar las capacidades de vigilancia en las instalaciones universitarias. En esta propuesta ha insistido en dar mayor capacitación al personal asignado a las tareas de seguridad, así como robustecer la seguridad en los entornos de los planteles universitarios, mediante la vinculación entre dependencias y entidades universitarias con las autoridades públicas.
En el tema de la seguridad Angélica Cuéllar plantea que en un primer momento se requiere del reconocimiento de cada contexto particular, es decir, un diagnóstico para diseñar e implementar intervenciones (arquitectónicas, culturales, deportivas y políticas) y también estrategias de formación y difusión académica que transformen positivamente las relaciones sociales en la Universidad.
Considera fundamental crear y fortalecer instancias de colaboración con las autoridades locales, estatales y federales, de tal manera que se propicie el diálogo, la reflexión y propuestas de la comunidad. En este sentido, destaca la importancia de los centros para la recepción de información en tiempo real, con el fin de conocer los lugares y horarios de mayor incidencia delictiva.
Ambos aspirantes representan una carta fuerte para la próxima rectoría. Ahora será la Junta de Gobierno quien en los próximos días tomará una decisión que defina la vida universitaria en los próximos cuatro años, pues es seguro que los dos aspirantes cumplen cabalmente con los requisitos.
Académico de la FCPyS