En su columna del jueves 27 de mayo pasado, en Milenio Diario, Joaquín López Dóriga incurre en importantes errores de diagnóstico sobre la coyuntura electoral.

El primero consiste en la siguiente afirmación: ”Hoy, a nueve días de las elecciones intermedias, el control del Presidente en la Cámara de Diputados está, electoralmente, en riesgo”.

El segundo, en la siguiente aseveración: “De acuerdo con los más serios análisis, el próximo 6 de junio Morena perderá la mayoría calificada que le permite al Presidente hacer las reformas constitucionales”.

El tercero, en este pronóstico: “… su partido tendrá su representación real, un muy optimista 30 por ciento que le arrebata la mayoría calificada, esencial para el proyecto de la 4T, y hasta la simple…”.

Y el cuarto: “… una tragedia que lo llevará a la denuncia del falso fraude electoral, que sólo se puede operar desde el poder del gobierno, que ellos hoy detentan”.

Respondamos a cada uno.

Primero. No hay datos objetivos que permitan asegurar que está en riesgo la mayoría del Presidente en la Cámara de Diputados. La encuesta publicada ayer por EL UNIVERSAL le da a Morena el 41% de la intención de voto para diputados federales; al Partido Verde el 6.7% y al PT, el 3.9%. Juntos tendrían el 51.6% de la votación. La misma encuesta le da el 15.9% al PAN; el 15.3% al PRI y el 3% al PRD. Ellos tendrían el 34.2% en forma conjunta. La distancia es de casi 20 puntos. No se advierte el riesgo. En las redes sociales circula una encuesta de Oráculus que distribuye así la intención de voto: Morena, 40%; PVEM, 5% y PT, 4%; PRI, 17%; PAN, 16% y PRD 5%. 49% de una coalición frente a 38 de la otra. Y también circula un sondeo de Citibanamex que pronostica que Morena retiene el control de San Lázaro. Sí leí el discurso de Massive Caller, encuestadora cercana al PAN, en el que afirma que Morena perderá la mayoría y festeja que se abrirá un periodo de negociaciones, pero más que un sondeo objetivo parece una manifestación de deseos.

Segundo. Morena no puede perder la mayoría calificada necesaria para hacer reformas constitucionales por la sencilla razón de que no la ha tenido. Cada reforma constitucional se ha negociado con la oposición y así seguirá haciéndose por la sencilla razón de que no se renovará el Senado este próximo 6 de junio.

Tercero. No hay ninguna encuesta, ni la más comprometida con la oposición, que ponga a Morena en el 30%; no hay ninguna que ponga a otro partido por encima de Morena, arrebatándole la mayoría simple.

Cuarto. Es cierto que se puede hacer fraude electoral desde “el poder del gobierno”. Pero el poder del gobierno no lo detenta sólo Morena. Los partidos de oposición gobiernan 25 estados de la República y 2,000 municipios. Y algo muy importante, los partidos de oposición tienen el control del órgano que cuenta los votos, y ya vimos en 2006, que no los contó bien. Además, también puede hacerse fraude desde el poder económico. Ahí están diversos organismos privados tratando de coaccionar a los trabajadores para que voten por la oposición, financiando ilegalmente campañas negativas y recibiendo recursos ilegales desde el extranjero para hacer política de oposición.

En conclusión, los dichos del periodista Joaquín López Dóriga son erróneos. Los más serios estudios electorales indican que Morena mantendrá la mayoría en la Cámara de Diputados. También indican, por cierto, que la sociedad espera un órgano electoral que cuente bien los votos.

Senador de la República

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