Los recientes acontecimientos en Bolivia tienen enorme trascendencia para toda América Latina. Militares y policías pidiendo la renuncia de un gobernante legítimamente electo es un golpe de Estado. No suavicemos los términos. Por ningún motivo puede regresarse a la época de las dictaduras militares o cívicomilitares de los años 70 y 80, que dejó una secuela de sangre, muerte y violación a los derechos humanos.
El golpe de Estado en Bolivia representa una amenaza para toda la región. Por ningún motivo puede darse carta de naturalización a golpes de Estado para revertir el difícil avance democrático en América Latina. Desde México decimos: el poder político sólo es legítimo si se instituye a partir del voto ciudadano y siempre tendrá supremacía el poder civil al que debe estar subordinado siempre el factor militar.
Es de aplaudirse la acción diplomática rápida y efectiva del gobierno mexicano y del presidente López Obrador para dar asilo al mandatario boliviano, Evo Morales, cuya vida e integridad física peligraban. Es lamentable que surjan voces que festinen golpes de Estado y rechacen el asilo con falsedades y argumentos racistas.
Se dice que asilar a Evo Morales es un gasto para el Estado. Esto es absurdo. También gastó el Estado para rescatar a los miles de refugiados españoles. Y fue una hazaña humanitaria reconocida en los años posteriores. También el gobierno de Evo Morales gastó dinero cuando envió 11 toneladas de ayuda humanitaria a México luego de los sismos de septiembre de 2017. El gobierno de Evo fue de los primeros en solidarizarse. Ningún boliviano cuestionó la ayuda pese a que la economía de ese país es menos grande que la nuestra. Se llama grandeza.
Por eso, el Senado de la República debería de forma institucional condenar enérgicamente el golpe de Estado en Bolivia y respaldar la decisión del gobierno de México de darle asilo al presidente Evo Morales. No lo ha hecho. Debe hacerlo. En lo personal, valoro los enormes avances que se dieron durante su gobierno:
-Crecimiento económico sostenido superior al 5%
-Aumento en tres veces del Producto Interno Bruto Per cápita
-Recuperación del control nacional sobre recursos naturales como el gas natural
-Disminución de la pobreza en un 50%
-Erradicación del analfabetismo
-Aumento en casi 100% de la inversión extranjera directa
-Crecimiento en 5 veces del salario mínimo
-Reducción de la inflación hasta dejarla en un 1.5%
-Reducción de la desocupación en un 50%
-Disminución de la deuda externa como porcentaje del PIB
-Democracia participativa
-Reconocimiento de la pluralidad étnica
-Fortalecimiento de la soberanía nacional
-Parlamento paritario entre hombres y mujeres
El gobierno de Evo Morales creó cuatro grandes políticas sociales dirigidas a adultos mayores, alumnos de educación básica, mujeres e indígenas. Su administración de no se caracterizó por un talante represivo, ni por el uso de la fuerza pública o militar para enfrentar conflictos sociales. Entre sus grandes logros está la visibilización de una mayoría indígena que fue sometida durante largos años por una oligarquía racista y despótica que saqueó a ese país y explotó y reprimió a sus trabajadores y campesinos.
Evo Morales ya está en la lista de los grandes presidentes latinoamericanos de nuestra época, junto con Salvador Allende, Lázaro Cárdenas, Juan Domingo Perón, Néstor Kirchner, Omar Torrijos, Rafael Correa, José Mujica y otros.
Senador de la República