Hay temas que son complejos y muy duros de abordar. El suicidio entra en esta categoría porque es difícil asimilar que una persona ha perdido todas las ganas de vivir. La incomodidad y vergüenza que genera ha hecho que lo releguemos al silencio, pero al cegarnos nos condenamos al fracaso, pues perdemos toda posibilidad de brindar una salida.

Erróneamente, suele pensarse que este es un problema de personas adultas, pero la realidad es que el suicidio no distingue entre género, clase social o edad; de hecho, se estima que a nivel mundial una niña, niño o adolescente termina con su vida cada 11 minutos.

Necesitamos hablar de lo que nos duele y les duele a otros para poder repararlo. Las nuevas generaciones no son de cristal, ni más débiles. Comencemos por escuchar, aprender y dejar a un lado nuestros prejuicios. Brindémosles un lugar seguro en el que hablar de cómo se sienten no represente una posibilidad de ser rechazado.

Las señales de alerta suelen estar ahí. A veces de forma tímida cuando las niñas, niños y adolescentes se aíslan sin motivos aparentes, cambian abruptamente de humor o se muestran desmotivados y apáticos ante actividades que antes solían causarles gozo y felicidad. En otros casos el dolor es más evidente: el deseo de suicidarse es directo y claro, pero incluso cuando eso sucede, se comete el grave error de acusarles de exagerados y de querer llamar la atención.

Como madres, padres, cuidadores, docentes -y prácticamente desde cualquier rol en el que nos encontremos- tenemos el deber de brindar herramientas a las niñas y niños que les permitan vivir una vida plena y feliz.

Es posible prevenir una desgracia si prestamos atención a los gestos de tormento. Fortalezcamos sus redes de apoyo y sentido de pertenencia hacia su familia y comunidad. Es necesario que cambiemos el paradigma hacia una crianza con ternura en la que las niñas y los niños se sientan arropados por su entorno, y sepan que está bien sentirse mal, pero que siempre existe la posibilidad de pedir ayuda.

En Save the Children desarrollamos un micrositio para brindar métodos útiles para el cuidado de la salud mental de niñas, niños y adolescentes; conócelo aquí: https://www.enduelo.org o acércate a la Línea de la Vida del CONADIC 800-911-200 para que una persona especialista te oriente y brinde ayuda para obtener un tratamiento especializado.

Directora Ejecutiva de Save the Children

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