Despejadas las dudas de quien ganaría la presidencia, si es que hubo alguna, la incógnita es el temperamento que del nuevo gobierno. Si la continuidad anunciada será continuismo. Solo el tiempo tendrá la respuesta. Hay señales opuestas: algunas vaticinan un gobierno replay, otras un movimiento pendular.
La preocupación de la oposición (lo que quedó) es el Plan C. Si bien los signos son ominosos hay señales tranquilizadoras, como llevar a parlamento abierto la reforma judicial. Complicada tarea la de consultar a barras y asociaciones de abogados, cuando solo una de ellas, la Barra Mexicana de Abogados tiene las características para ser tomada en cuenta. (En México no hay colegiación de abogados, las agrupaciones gremiales son clubes sociales). Se sabe de la postura totalmente opuesta de la mayoría de abogados a la reforma judicial.
Por lo pronto hay reacciones, algunas exógenas: la fuerza del dinero que protesta ante la reforma judicial (baja en la bolsa, depreciación del peso, amenaza de éxodo o no llegada de capitales); otras endógenas, alentadoras, como la cercanía de Juan Ramón de la Fuente con la candidata ganadora y el papel como gozne entre los que se van y los que llegarán.
La presencia de Juan Ramón de la Fuente ha sido un ecualizador de equilibrio, tolerancia, y diálogo. Como decía Baltazar Gracián el prestigio se trabaja y de la Fuente ha trabajado en varias trincheras para disponer de virtudes apreciadas, virtudes difíciles de encontrar en el azaroso mundo de la política. No tan solo por los tres elevados cargos que ha ocupado: secretario de salud, Rector de la UNAM y representante permanente de México ante la ONU, sino por la huella que dejó en ellos y en otros.
No olvidar además su papel como Coordinador de la Investigación Científica en la UNAM, un cargo discreto en sus alcances mediáticos, pero de repercusión notable en los efectos benéficos que redunda al país el trabajo de los científicos mexicanos. De igual manera la reestructuración en la Facultad de Medicina de la UNAM, cuando Director, preparando la plataforma académica de la salud del país. Como rector acudió como rector emergente para resolver una grave crisis política y ubicar a la UNAM en el elenco de las mejores universidades del planeta.
La próxima presidenta de México habrá de tomar decisiones que aclaren su posición política: ¿Nueva ruta o continuismo?, de eso se trata. Una oportunidad para marcar una nueva ruta, un nuevo estilo se dará en noviembre cuando se lleve a cabo la reunión del G-20 en Brasil.
AMLO, fiel a que su política interior era la mejor exterior, no acudió a las reuniones del G-20. En noviembre, Scheinbaum tendrá la oportunidad de ser felicitada por los líderes del mundo (Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, Corea, Saudí Arabia, Sudáfrica, Rusia, Turquía, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea).
El marco inmejorable: Lula Da Silva anfitrión, con quien el nuevo gobierno México comparte afinidades políticas y también personales. Es probable que un gran ausente sea el presidente de EU, por la proximidad de sus elecciones. La otra gran ausente, de no asistir, sería la recién ungida presidenta de México, Claudia Scheinbaum, con lo que la señal sería afinidad con el aislacionismo de AMLO. Brasil en noviembre buena oportunidad para marcar una nueva ruta.