La filtración de un proyecto de resolución de la Suprema Corte de Estados Unidos ha puesto de cabeza no solamente al tribunal sino a todo el país. El proyecto determinaba abandonar de la tesis Roe vs Wade implantada desde 1973.

Conforme a Roe el derecho al aborto comprende la decisión de una mujer para dar por terminado o no el embarazo. La Suprema Corte definió un marco trimestral para la procedencia de la práctica de un aborto: durante el primer trimestre del embarazo la decisión del aborto debe corresponder a la mujer conjuntamente con su médico, sin mayor interferencia del Estado; durante el segundo trimestre, el Estado tiene facultades para intervenir y regular por razones de salud de la madre y no es sino hasta el tercer trimestre que el Estado puede prohibir el aborto, el promover su interés en la potencialidad de la vida humana.

En términos simples la decisión se sustentó en la consideración que la Decimocuarta Enmienda garantiza la libertad personal, como parte del debido proceso, que trae consigo el derecho a la privacidad que violan las leyes contra el aborto.

A pesar de este criterio se han dado numerosos intentos de los congresos estatales por echar abajo esta tesis y prohibir la práctica del aborto. Los más recientes la legislación texana que prohíbe el aborto, a partir de las primeras seis semanas de embarazo, incluyendo a mujeres embarazadas por una violación o incesto. Establece además penas para quienes faciliten un aborto, incluyendo no solamente a los médicos que los practican sino a enfermeras, auxiliares y hasta el chofer del taxi o transporte que llevó a la paciente a la clínica.

Desde la conformación de la Suprema Corte con los jueces conservadores propuestos por Trump (en EU el presidente propone un candidato y el Senado lo aprueba o rechaza) se veía venir un cambio en la tesis casi cincuentenaria. Los conservadores tienen una súper mayoría de seis a tres. De manera que cuando llegue el momento de votar es altamente probable que el derecho a decidir de las mujeres quede relegado. Por ello la llamada urgente del presidente Biden para que el Congreso expida una ley a favor del aborto reglamentado.

La filtración dejará claro que si los conservadores abandonan el precedente de Roe irán en contra de 65% de estadounidenses que se han manifestado a favor de la decisión liberal de favorecer el derecho a la privacidad de las mujeres.

Roberts, el presidente de la Corte, se ha manifestado sobre la filtración misma como un hecho en extremo grave y ha ordenado una inmediata investigación. Respecto al contenido del proyecto que se le traspasó al periódico Politico, ha declarado que no era definitivo y que falta la decisión colegiada. La filtración la consideró como un intento de minar la integridad del tribunal.

La filtración que publicó Politico, señaló que cinco de los nueve jueces respaldarían la constitucionalidad de una ley del estado de Misisipi que prohíbe el aborto después de 15 semanas de embarazo, con lo que se cancelaría la emblemática decisión en Roe. El proyecto filtrado establecía la terminación de Roe al establecer que corresponde a los estados definir su política respecto al aborto. Por lo pronto 14 estados tienen leyes vigentes o en proyecto que prohíben el aborto en sus territorios.

Existe la conciencia de que el Poder Judicial de Estados Unidos ha sufrido un profundo daño en su reputación e independencia.

La filtración viene a agitar la atmósfera política del dividido país del norte. En noviembre habrá elecciones intermedias y los demócratas encontrarán en este episodio elementos para ir en contra de la mayoría judicial ligada al movimiento provida.

Doctor en Derecho. Autor de "La Suprema Corte de EU. Claroscuro de la Justicia".

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