La importancia de las elecciones intermedias es tal que tres presidentes de Estados Unidos: Obama, Biden y Trump metieron más que las narices. Se jugó el futuro inmediato del país más importante del mundo en lo económico, tecnológico, militar y nuclear. Los resultados no son tan inmediatos como los de Brasil que sorprendió al mundo con su eficacia electoral, algunos casos tardarán todavía días y hasta semanas. El sistema electoral estadounidense es totalmente descentralizado, con reglas distintas según el ámbito federal, estatal, y hasta de ciudades y condados. Los indicadores disponibles, resultados al momento de escribir, encuestas y tendencias, señalan, —con cierto grado de certeza— que el Partido Republicano recuperará la mayoría de la Cámara de Representantes, con menor contundencia es probable que recuperen el Senado para asegurar una mayoría que se enfrentará al presidente y sus proyectos.
Estas elecciones tuvieron una importancia nacional y global, pero el interés se concentró en las contiendas locales. Pensilvania nuevamente un Estado clave, como cuando Hillary vs Trump; un Estado bisagra políticamente (ni demócrata ni republicano); cuya curul senatorial ocupó la mayor atención nacional.
La particular contienda en Pensilvania puso frente a frente a los candidatos más opuestos jamás imaginados. Por un lado, John Fetterman, el Vicegobernador (Liutenant Governor) demócrata en funciones, frente el Dr. Mehmet Oz, casi el mago de Oz: turco-americano con gran carisma, conocido conductor de televisión, sin experiencia política, profesor emérito y cardio cirujano retirado, impulsado decididamente por Trump. Fue tal el interés de Trump por Oz que esta contienda se consideró como la preparatoria de la presidencial de 2024.
En mayo, Fetterman el candidato demócrata, sufrió un derrame cerebral que puso en duda su capacidad para llegar al Senado. En el debate final con Oz tuvo problemas de comunicación verbal. Mientras Oz está completamente a la derecha política, Fetterman se distingue por su avanzada ideología, por su peso (154 kilos) y por sus llamativos tatuajes. Como en política todo se vale, los tatuajes y su incapacidad neurológica fueron las armas con las que se le atacó en campaña. De ganar los republicanos Filadelfia, los dados se cargarían nuevamente a favor de Trump.
Los electores decidieron lo más relevante para ellos: los republicanos el temor al aumento del crimen y la inseguridad, así como el incremento del costo de la vida debido a la inflación y el peligro de la frontera fracturada con México, por donde creen que ya se inició la invasión de su país. Los demócratas si acaso, tuvieron como bandera la expedición de una ley federal asegurando el derecho al aborto, las medidas de control a la venta de armas y sobre sus espaldas la raquítica aprobación del débil presidente Biden.
La nueva mayoría republicana en el Congreso utilizará sus facultades para combatir cualquier propuesta demócrata. Biden, por su parte, tendrá solamente el recurso del veto a las iniciativas legislativas que le sometan los republicanos. Todo esto augura un panorama de crispación en tanto lo que está en la mira es la elección de 2024, donde se librará la batalla de las batallas. En política, en Estados Unidos y en China, la única batalla que realmente cuenta es la final. Es previsible que Biden termine su gestión con más pena que gloria, mientras Trump por el contrario se instala para 2024.