La venta de Banamex en México avanza a paso lento, pero cada vez son más los interesados. Los activos y la cartera de uno de los bancos más grandes del país, y el de mayor arraigo, ha generado un enorme apetito entre los multimillonarios mexicanos, a quienes el presidente Andrés Manuel López Obrador puso a competir.

El deseo presidencial de que los activos del banco se queden en manos de inversionistas mexicanos ha puesto una presión adicional a Citigroup, actual dueño de Banamex, pues si bien no va a descartar la participación de extranjeros –todos van a entrar al cuarto de datos para ver cómo está el grupo financiero–, sí habrá una inclinación por los empresarios nacionales. La CEO global de Citi, Jane Fraser, quiere vender, a buen precio, pero también quiere mantener una buena relación con el gobierno, pues se quedará en México con su negocio mayorista: la casa de bolsa y la banca privada global.

Entre los inversionistas que ha mencionado el titular del Ejecutivo nacional están Carlos Hank González, presidente del consejo de administración de Banorte; Ricardo Salinas Pliego, dueño de Banco Azteca; y Carlos Slim, propietario de Inbursa. Otros que han alzado la mano son la familia Del Valle, así como el presidente de la Asociación de Bancos de México y dueño de Grupo Mifel, Daniel Becker. Con muchas menos posibilidades está el empresario regiomontano Javier Garza Calderón.

De todos los tiradores mexicanos con posibilidades reales de hacer una oferta seria por el negocio minorista, la Afore y el patrimonio cultural de Banamex, Carlos Hank González ha sido el más vocal: fue de los primeros en alzar la mano, lo promueve en los círculos financieros y en el contexto de la Convención Bancaria publicó una carta llamando a los mexicanos a “recuperar” Banamex mediante un esquema mixto de inversión de sus consejeros regionales y locales, sus principales accionistas y clientes en el país.

Banorte está controlado por empresarios mexicanos, pero la mayoría de sus inversionistas son grandes gestores de activos extranjeros. Cerca del 80% de las acciones que están en la Bolsa Mexicana de Valores las poseen estos fondos internacionales, aunque esta es la situación de muchas compañías que cotizan en el mercado bursátil nacional y de la misma BMV.

La bandera nacionalista también la podrán asumir sus competidores, cuyos capitales serían reunidos a través de la caja de sus empresas y el financiamiento directo de instituciones nacionales y extranjeras. Como sea, Banorte ya se benefició: desde el anuncio de la venta, el 11 de enero, sus acciones han alcanzado picos de hasta 12.5% y antes de este lunes acumulaban un alza de 3.7%. Ayer cayeron 4.78% por una toma de utilidades, tras el aumento del viernes.

El grupo que ahora se ve como el caballo negro es el que encabeza Antonio del Valle Ruiz, fundador de Bital y empresario de altos vuelos. Creó Mexichem (Orbia) y la convirtió en la principal petroquímica del país y una de las más importantes a nivel mundial. Uno de sus hijos es presidente del Consejo Mexicano de Negocios y tiene muy buena relación con el Presidente. Los acompaña, ni más ni menos que el ex presidente de Banorte y ex gobernador de Banxico, Guillermo Ortiz, además de otros empresarios como Eduardo Tricio. El as bajo la manga de este grupo es el magnate Carlos Slim, amigo y socio de Del Valle desde hace muchas décadas. Slim financiaría una parte de la operación y se quedaría con una participación, la cual, con el paso del tiempo, buscaría incrementar.

Ricardo Salinas Pliego y Daniel Becker también están interesados en Banamex, aunque por ahora no son de los favoritos.

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El secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, no los adelantó y lo confirmó el presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Jesús de la Fuente: ambos buscarán que Banamex se quede entre inversionistas mexicanos.

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La CNBV sí está investigando el posible insider trading en Aeroméxico, previo a la llegada de un nuevo inversionista a través de la compra de sus títulos en circulación a 1 centavo.

En este espacio revelamos que el 3 de diciembre, el precio de la acción de la aerolínea cayó debajo de los 5 pesos y para el 15 de ese mes ya valía 3.7 pesos. Al día siguiente Aeroméxico hizo público el acuerdo para capitalizar a la aerolínea previo a una oferta de adquisición de acciones a 1 centavo. Ese 16 de diciembre sus títulos se desplomaron otro tanto, para cerrar a 1 peso por acción.

Según registros financieros, la casa de bolsa que operó más del 80% de las ventas masivas de acciones previo al anuncio del 16 de diciembre fue GBM, donde algunos de los principales directivos y accionistas de Aeroméxico tienen fondos de inversión y la usan como family office.


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